Progresismo forzoso
Ha conseguido la mala suerte de un destello refractado, de tal modo que le supone un espejismo paticorto y culibajo, de baja frecuencia y en vez de desconfiar de imitaciones zapateriles -que han quemado al público en general para mucho tiempo- se ha creído el rey del mambo, percepción suya y de los 74.223 contribuyentes afiliados y adheridos al horror, envenenados, empantanados e incondicionales –del cuanto peor, peor- que no son más que el 1,36% de los que le hacen falta para revivir los 85 escaños de san Pelayo.
Únicamente le faltan para eso 5.350.486 votos. Cualquier trazador de parábolas ajustaría la trayectoria para prever una caída hacia los setenta, camino de los cincuenta y que terminará en lo testimonial, tipo izquierda dispersa –comunismo rufianil- y con los que se podría dar con un canto en los dientes si hay elecciones y la llave la tiene Rajoy. Tras lo de Francia la cosa tiende a tintes de tragedia, que parece que es lo que está buscando con los desafueros bolivianos que predica y llegar a qué menos de uno de cada diez españoles y fumado hasta el culo, confíe la salud y el futuro de sus hijos al pediatra este de los chinos.
Se mira al espejo y no se ve, aunque haga gestos como de que entiende, pero que está solo en casa y han salido sus papás. ¿No hay nadie mayor ahí? ¿No sabe quién es Macron? ¿No se pispa de lo que está pasando? ¿Donde se cree que va con ese cerrilismo atávico de fondo epiléptico e idéntico a la locura moral, que diría Lombroso? Este hombre ¿no lee? ¿no ve la televisión? ¿No se fija en la envoltura del bocadillo que se almuerza, al menos? ¿Cómo es posible que le hayan cedido el mando en plaza? ¿Carece de confesor? ¿Qué hay de lo suyo?
No tiene capacidad de cubicaje, ni retranca, ni recursos propios, ni ajenos. Es lerdo, negado y va rozando todo el lateral contra el muelle y acabará provocando una vía y el naufragio. Lo del pobre Sánchez no tiene parangón, va empopado y cuesta abajo arrastrando al PSOE hacia el aliviadero y para más inri se rodea de gente alcanzadita de tan escasos recursos como él, justo a su imagen y semejanza, ni un milímetro más y claro, se les ocurren cosas a la altura del anís del mono y cada vez que abren la boca suena la registradora del local y pierden terreno, votos y prestigio. Es un caso del libro de los muertos vivientes. No se puede pretender más con menos.
En cada hogar que entra un trabajo por la puerta -que arbitra el brazo corrupto y eficaz del Rajoy Brey- sale un voto sociopopulísta por la ventana y a veces dos e incluso tres, porque la gente no quiere las carnicerías que se le ocurren al profeta y a sus inconsistentes corifeos, que se parecen a las del orate nefario, felizmente desvinculado del poder. No pasan el mínimo examen ni con la Narbona Ruiz, el cerebro araujiano de las desaladoras inoperantes y ruinosas y enemiga de la fisión y del champú. ¿Nadie les ha dicho del desastre del Melenchon y del Hollande, de aspecto relimpio y repeinado, al menos?
Todos miramos a Francia, todos escuchamos interesados esas noticias que hablan de gente capaz, de los mejores, de no partidos, de nuevas tendencias para el otoño, de solapas más anchas, de frentes despejadas, de equipos capacitados, profesionales y experimentados, alejados de los rancios sepias del proletariado –que ha sido superado por la robótica- y esta torpe mendruguéz nos huele a chamusquina de ni-ni y a anticapitalismo coreano-bolivariano. Nos espera un espectáculo lastimoso durante los próximos meses de legislatura, que va a descorazonar a muchísimos votantes de un PSOE socialdemócrata y erguido, que comenzó a horadar el zapaterísmo ramplón de la soflama y el rojísmo extemporáneo que postula y que ya no se lleva, ni nadie medianamente asentado desea ni soporta. Bueno, sí, una hez de la sociedad que no consigue levantar cabeza per se, sino que espera que se la levanten y eso no da para mucho repartido entre dos opciones a cual más casposa, caduca y pasada de fecha.
¿Aguantará Margarita Robles Fernández tanta endeblez, tanto botaratismo y durante tanto tiempo en pro de sus aspiraciones? ¿Se allanará a los deseos y caprichos del personaje? Me temo que no. ¡¡¡Es una piedra de toque!!!
¡Jo, qué plan!
El culpable de todos los males el progresismo. Claro como que fuero los progresistas los culpables de la crisis. Los que especulaban, engañaban y estafaban en los mercados Americanos. Los que en España construían millones de viviendas sin mercado. Los que sobornaban para construir proyectos faraónicos. Los que después echan la culpa a la gente por comprar por encima de sus posibilidades. La mentira más grande de la crisis. La gente no compro por encima de sus posibilidades, ya que mientras tenían trabajo pagaban como el que más. Es decir los culpables de la crisis no son los que no… Leer más »