Una internacional italiana deja el fútbol a los 21 años y se va de misionera a África
“Hay días en los que una se pone frente al espejo y se pregunta: ‘¿Qué quiero hacer?’ O más bien, ‘¿qué quiero ser?’ Hasta ahora mi respuesta siempre había sido ‘ser futbolista’ pero ahora ha cambiado. Quiero ser la voz de los necesitados, ayudar a los demás, quiero hacer lo que me dicta el corazón”. Este es un sincero y emotivo extracto de una carta emitida por Elisa Mele para despedirse de la afición del Brescia.
La centrocampista italiana ha anunciado que, a sus 21 años, ha decidido colgar las botas por un doble motivo: primero participará en una misión en Mozambique y después continuará con sus estudios, ambas experiencias incompatibles con la práctica profesional del fútbol.La carrera futbolística de Mele siempre ha estado ligada al Brescia.
El conjunto de la Lombardía quiso ficharla cuando aún no había cumplido los diez años de edad, pero tuvo que esperar un año hasta que el padre de Elise pudo compaginar sus horarios de trabajo con los entrenamientos de su hija. Pasó del equipo primavera (Academia) al primer equipo en solo cinco años y en el club ha permanecido once temporadas en las que ha ganado una Liga, una Copa y dos Supercopas italianas, jugando 44 partidos y marcado ocho goles. “Si soy la mujer que soy es gracias al fútbol, que es el espejo de la vida cotidiana: alegrías, penas, subidas, bajadas, victorias, derrotas, sacrificios, entrenamientos, … pero sobre todo entusiasmo y humildad. Siempre quise llegar hasta donde he llegado e incluso más alto”, asegura quien ha llegado a ser internacional con la absoluta de la azzurra en dos ocasiones.
Sin aparente motivo más allá de una fuerte convicción personal, Elisa sorprendió a los dirigentes del Brescia al dirigirse a ellos al término de la actual temporada para decirles que no continuaría jugando al fútbol. “El corazón no se puede controlar y ahora me dice que debo hacer otra cosa. Soy consciente de que dejo atrás muchas codas, pero al mismo tiempo estoy convencida de que es mejor lo que me voy a encontrar. Tomar decisiones implica decir que no a ciertas cosas. He tenido que hacer frete a muchos miedos y dudas. Me ha costado mucho renunciar al fútbol. Lo pensé una y otra vez, pero creo que he tomado la decisión correcta”, asegura la protagonista.
Mele cambia el campo del fútbol por un terreno inexplorado, a sus compañeras por colegas de aventura, la necesidad de ganar por la voluntad de ayudar. “En agosto viajaré un mes a Mozambique, en África, donde voy a formar parte de una misión con otros niños de mi edad. Me gustaría admitir que soy egoísta y que no solo voy a ayudar sino también a ser ayudada”, resume la italiana, que no ha querido profundizar más en sus tareas en el continente africano. “Sin duda, el fútbol será una herramienta que utilizaré en muchas ocasiones: en la educación, en el juego, en la enseñanza de compartir, … Dejo de ser futbolista, pero respiro fútbol por los cinco sentidos”, subraya. Después de acabar su misión en África, Elisa volverá a Italia para continuar su formación académica. “A partir de septiembre voy a empezar mis estudios y la situación no será compatible con los partidos y entrenamientos”, resume.
Fuente: Marca
Todo un ejemplo, eso son los deportistas que merecen ser premiados
Seguro que enfrente de tu casa,hay alguien que necesita ayuda.Hipocresia total la de preocuparse de personas que estan a 5000 Km y no la que tienes enfrente.
Ya le lavaron el cerebro, pobrecilla. Tal vez un balonazo a la cabeza le daño las neuronas
Te van a poner fina filipina.
Pobre enferma perdida y sobresocializada… en su propio país están entrando 300.000 africanos al año desde Libia… no se tiene que ir a ningún lado si quiero hacer algo por los africanos.