Prontuario de hagiografías para meditar: Valentín González “El Campesino” (I)
Valentín González, González, alias “El Campesino”, que jamás trabajó en el campo, nació, lo que es el destino mira tú, en Malcocinado (Badajoz) en 1904. Fue minero, arriero, desertor de la Legión y traficante de armas para Abd-El-Krim contra su patria.
Llegó a viajante de comercio y militante del partido comunista de España. Durante la guerra de los 986 días luchó en el Quinto regimiento y alcanzó el mando de la 10ª Brigada Mixta y la 46ª División de la II e idílica República española. Con estos mimbres, juncos y méritos de guardarropía, participó en las batallas de Guadalajara, Brunete y Belchite. Afamado por su brutalidad con sus subordinados y con los prisioneros –lo que está tirado- sus superiores, de la catadura de Lister y Modesto, le tomaron por cobarde y fanfarrón de retaguardia y embustero, además de chequista practicante. En su demarcación, cuidadín, se trinca y despelleja vivo a Andreu Nin.
Héroe creado por si mismo, por Miguel Hernández y por la eficaz propaganda comunista, abandonó Teruel, allá por el gélido invierno del 37-38 ante el empuje de las tropas nacionales y en los últimos momentos de la batalla, dejando la ciudad desguarnecida totalmente, lo que fue muy criticado en su bando. Lo hizo con nocturnidad, atravesando el río Turia helado, chapuceramente y abandonando a sus heridos. Murieron muchos de sus soldados, sobre todo congelados. Al fin salvó su pellejo que era lo principal para él. Lister le quería fusilar por desertor del campo de batalla, pero de nuevo le salió bien gracias a Mateo Merino, del núcleo duro comunista que le protegía y se negó a su linchamiento. Lideró la defensa de Lérida -dejando rastros de cobardía y dejación- que conquistó Franco como siempre y más tarde, en la batalla del Ebro, fue destituido por Lister como teniente coronel de la 46ª división, porque le había dado un ataque de pánico ante la idea de cruzar el Ebro. Ahí acabó su gloriosa vida militar republicana en suelo patrio. ¡Para que te vayas con los soldados!
En 1939 escapó a la URSS, desde Orán al que se largó apremiado por los nacionales y Francia e ingresó en la Escuela de Guerra de Moscú, la Academia Frunze, con Lister, Tagüeña, Modesto y otros, de la que fue expulsado por incapacidad para el estudio en serio. Anduvo en malos pasos de bandidaje y le metieron en un campo de concentración en los Urales. Intentó huir de la URSS a Irán, pero fue devuelto al remitente e internado en otro campo de trabajo, esta vez en Siberia, en el círculo polar. Al fin logró salir del paraíso comunista a Teheran y se fue a Francia a hablar mal del vulgar y feo Stalin, según él y de su cementerio de 50 millones de personas. A principios de los sesenta tuvo ocasión de asesinar a dos guardias civiles en la frontera española. Regresó a España desde Metz en 1977 y se metió en el PSOE de Felipe. Murió en Madrid de un tumor con 78 años, en su domicilio de la calle San Graciano, barrio de Moscardó –mala pata- junto al Manzanares, en octubre del 83. ¿No hay para una película de los Bardem o del Trueba, el francés, debidamente subvencionada, verdausted? ¿Una callecita o una costanilla, doña Manuela o un barrio como Moscardó, al menos?
!Brillante D.Pelayo y excelentemente bien documentado!
Ha sentado cátedra en Historia, que tanta falta hace.