Filosofía real
El sistema filosófico de Zubiri es muy sutil y es el resultado de numerosas elaboraciones sucesivas con cambios y modificaciones a lo largo del tiempo. Es un pensamiento vivo o en movimiento.
El dinamismo de la filosofía de este extraordinario pensador es la consecuencia de sus planteamientos, que destacan por su originalidad, profundidad y precisión conceptual. Los más de veinte libros publicados de Zubiri son la prueba de su afán por construir una filosofía sistemática.
Como dice Antonio Pintor Ramos que ha escrito el prólogo de este libro refiriéndose a su amigo Diego Gracia: «En todos estos órdenes, el autor defiende sus posturas con tenacidad, pero evita siempre cualquier tentación de dogmatismo-la tumba de la vida filosófica- abriéndose, como hemos dicho, a interpretaciones distintas, pero también haciendo ver los límites de su propia interpretación». La magnitud de lo realizado por Zubiri es tan enorme que causa asombro. Así lo afirma Diego Gracia que fue espectador privilegiado de la labor de Zubiri en la última parte de su vida. Se entiende que Diego Gracia escriba que «Es fácil advertir la sutileza de análisis de Zubiri, que aceptando de lleno las conclusiones a las que ha llegado la ciencia, tiene el coraje de pensar que no sólo sigue siendo posible la filosofía e incluso la metafísica, sino que además pone manos a la obra y trabaja denodadamente para reconstruir sus principales capítulos, de la filosofía de la naturaleza a la idea de Dios, y de la teoría de la persona a los conceptos de sociedad y de historia».
Las 666 páginas de texto de El poder de lo real. Leyendo a Zubiri, son fundamentales para estar al tanto de los rasgos esenciales de las más profundas y rigurosas interpretaciones sobre la filosofía zubiriana. Ya en el año 1986 Diego Gracia publicó el libro Voluntad de verdad: Para leer a Zubiri. Fue una obra que sirvió para introducirse en el pensamiento de este filósofo español, pero a la altura del año 2017 las interpretaciones han aumentado y la publicación de las obras de Zubiri ha sido continua a lo largo de los años. Lo que ha producido numerosos análisis de sus conceptos e ideas por otros filósofos e investigadores.
Además, la labor de la Fundación Xavier Zubiri en Madrid es prodigiosa a lo largo de décadas en la difusión de su pensamiento y en la oferta de cursos de nivel universitario. El Seminario de Investigación de la Fundación también es esencial para discutir los planteamientos conceptuales de Zubiri y sirve también para repensar la filosofía del siglo XXI.
Esta reseña pretende invitar a la lectura de esta gran obra por su extensión y profundidad a todas las personas interesadas en conocer aspectos claves de la filosofía explicados con rigor y amenidad por un filósofo de la talla de Diego Gracia. Sin olvidar el magnífico trabajo de edición y de recopilación de los trabajos de Gracia por otro gran experto en Zubiri como es Antonio Pintor Ramos.
Como muestra de una parte del sumario puedo decir que se tratan numerosísimas cuestiones filosóficas. Desde la pasión por la verdad hasta la metafísica de la complejidad, el acto de aprehensión, la noología zubiriana: noergia y actualidad, etcétera.
Los libros de Zubiri ya son unos clásicos del pensamiento y están abiertos a innumerables interpretaciones y especulaciones siempre que respeten el sentido preciso de lo que escribió y dijo. Además, dinamizan las corrientes de pensamiento actuales. Felicito a la Editorial Triacastela de Madrid por su cuidada y bella edición.
Aprovecho para expresar mi satisfacción por la existencia de una abundante bibliografía sobre la obra de Zubiri, que crece continuamente con el transcurrir de los años. Aunque lo fundamental, a mi juicio, es leer los libros de Zubiri.
Yo también formo parte del Seminario de Investigación de la Fundación Zubiri, porque me gusta la gran potencia analítica de la filosofía zubiriana y su gran belleza literaria y expositiva, así como su argumentación.
Te vas a reír…. en Cataluña estudian “filosofía” en preescolar y cuando salen de sexto, incapaces de entender/escribir un texto simple (en ningún idioma, por cierto, y en el que menos en catalán), la única capital que saben situar es …. (drumroll) Madrid! Es que ni para adoctrinar sirven….
La filosofia debería estar en las escuelas desde primaria.