Imagen de la Policía marroquí en una de sus actuaciones.

Una de las razones de que la criminalidad en Europa esté alcanzando cotas apabullantes es por el garantismo de sus normas y la obstinación en extender los derechos humanos a personas que compiten en violencia con las bestias. Ello demuestra que en la medida en que una nación degenera y renuncia al mantenimiento de su seguridad en los términos más severos, cayendo presa de la falsa compasión y del buenismo multicultural a costa de la insatisfacción de la población autóctona, al final termina convirtiéndose en presa fácil para los que quieren atacarla, con el resultado de víctimas inocentes que contemplamos casi a diario.

Lo que hoy se defiende como medidas orientadas a preservar los derechos de todas las personas, independientemente de la naturaleza criminal de muchas de ellas, lo que está consiguiendo es disolver la moral de los pueblos europeos, haciéndolos más débiles y vulnerables.

Hace unos días, un islamista atacó con un cuchillo a varios policías en la frontera de Melilla. Como resultado de la agresión, uno de los agentes resultó herido. Su testimonio tras los hechos no deja lugar a la duda: la pretensión del agresor era acabar con su vida. A las autoridades españolas les faltó tiempo para descartar el móvil terrorista y de nuevo nos indicaron que el agresor tenía problemas mentales. De ser así, nos preguntamos por qué entonces éste se encuentra en prisión y no en un centro psiquiátrico. También nos preguntamos por qué los “trastornados mentales” que agreden a policías e intentan matarnos al resto son siempre musulmanes. ¿Tal vez por alguna variable psicopatológica que enlaza el instinto homocida con la religión del “trastornado”? ¿Por qué a los “trastornados” de otras religiones no les da por matar en nombre de su Dios? Por si este clima de laxitud política no fuera el más propicio para que los asesinos islamistas se rían de nuestras sociedades y se sientan cada día más inmunes, una periodista de LaSexta validó la acción del islamista de Melilla so pretexto de la violencia policial. Lo que se ve sin embargo en el vídeo es cosa bien distinta.

“Gracias a vuestras leyes democráticas os invadiremos y os dominaremos”. Lo dicen alto y claro. El que no quiera oír, que luego no se lamente.

Y quien crea que no hay alternativa sobre la forma en la que Europa gestiona su relación con los criminales, les ofrecemos imágenes de cómo la policía marroquí hace frente a este tipo de amenazas. En las imágenes se ve a un marroquí amenazando con un machete de grandes dimensiones a varios agentes del Reino alauita. (PINCHE AQUÍ PARA VER EL VIDEO)

Uno de ellos, sin temor a las voces disonantes de progres y buenistas, dispara al atacante con su arma de fuego. Una vez en el suelo es reducido sin contemplaciones por los agentes. En España, esos mismos agentes habrían sido objeto de inmisericordes ataques procedentes de políticos progres y organizaciones antirracistas. Probablemente a estas horas estarían fuera de servicio y quién sabe si encarcelados en nombre de los derechos humanos.

Vean, comparen y decidan qué dignifica o envilece más a un país: si las imágenes contempladas de Marruecos o las de unos policías agazapados mientras son atacados por un islamista en la frontera española de Melilla.