Prontuario de hagiografías para meditar: Largo Caballero (VII)
Nacido en una buhardilla de Chamberí, Madrid en 1869. Hijo de un carpintero toledano y una sirvienta de Brihuega, que se divorció del artesano en 1871 por malos tratos, pasando ambos, madre e hijo grandes penurias. Recibió escuela de los cuatro a los siete años en las Pías de San Antón. Con nueve comenzó de aprendiz de estuquista-escayolista, oficio que ejercería hasta los treinta y siete años, alternándolo con la venta de verduras y la construcción.
Se afilia a UGT en 1890 y en 1893 al PSOE. Tributario de Pablo Iglesias -discípulo aventajado- jamás cita a Lenin, porque sin duda no sabía cómo se comía. En 1905 -con 37 años- deja el oficio de estuquista para dedicarse a la concejalía del ayuntamiento de Madrid y la actividad sindical. En 1908 llega a vicepresidente del PSOE. Quisieron incriminar a Iglesias en 1912 con el asesinato de Canalejas y Largo hizo una encendida defensa de su jefe de filas. En 1918 pasa a ser Secretario General de UGT y miembro de la Ejecutiva del PSOE. Iglesias, enfermo y viejo, es ya “el abuelo”. Largo siempre habla de la “cuestión social” al estilo de la verbena de la Paloma, camino de la revolución marxista y para ello busca la unión con los anarquistas de CNT. Se desmarca entonces de los bolcheviques de Lenin y se opone a integrarse en la Tercera Internacional Comunista, por lo que se desgaja en 1921 un grupo del PSOE y nace el partido comunista español.
En 1919 viaja a Amsterdam, Berna y Washington sin saber papa de idiomas. Entra en 1924 en el Consejo de Estado de la Dictadura de Primo de Rivera. En 1924 mueren Lenin e Iglesias, y Julián Besteiro ocupa las vacantes del abuelo en PSOE y UGT. Con la llegada de la II República y el aprobado general, Largo asciende a ministro de Trabajo en 1931, en el gobierno provisional del primer bienio de Azaña.
En 1933, le comienza a supurar el liquidillo verde del veneno marxista y ya repudia la vía parlamentaria para inclinarse a emprender la revolucionaria y violenta, que es más de su agrado y desplaza a Besteiro y Prieto –del PSOE y UGT- a fin de “redimir a la clase obrera” y manifiesta abiertamente que habrá que llegar a una guerra civil fatalmente para imponerse, al margen de la legalidad, como en la URSS de 1917. Parece que ya conoce los designios de Stalin. Ya tenemos al hombre que se radicaliza y quiere llegar a las manos y poner la bandera roja en el lugar de la tricolor republicana y lo va a conseguir. Tiene prisa. Para que luego digan… “Tenemos que luchar, como sea, hasta que en las torres y los edificios ondee, no la bandera tricolor de una República burguesa sino la roja de la revolución socialista” (afirma textualmente en El Socialista de 9 noviembre de 1933). Después les molestaba que les llamasen rojos, con lo demócratas y legítimamente republicanos que eran.
Luego, le molesta el fracaso de la revolución del 34 en Asturias, en la que intervino decisivamente y en la que ya aparecía el Ejército Rojo como tal. Se le encarcela por sedición y rebelión militar y le defiende Jiménez de Asúa, que consigue que le juzgue la sala segunda del Supremo, en vez del tribunal militar que le correspondía. El fiscal Valentín Gamazo le pidió prisión perpetua. Muere su mujer enferma, se le absuelve al pobre hombre… haciendo gala de buenísmo…
Su postura en extremo violenta y guerracivilista -¿a quién les recuerda esos ojitos claros y su actitud agresiva y reivindicante?- le valió el sobrenombre de “Lenin español”, mira tú por dónde, él que ni le mentaba. “La clase obrera debe adueñarse del poder político, convencido de que la democracia es incompatible con el socialismo. Hay que ir a la revolución”, dice textualmente en un mitin en Linares, el 20 de enero de 1936. ¿Tendría algo que ver con el fraude en las elecciones del inmediato febrero del 36 que robaron 50 escaños, esa incompatibilidad manifestada, a fin de conseguir la mayoría absoluta del frente popular?
¿Se lo sugeriría el embajador de Stalin, el judío Marcel Rosemberg o sería el de la NVKD Grigulevich, el mismo que le explicara quién era Lenin? ¿Qué escrúpulo le podía retener para no hacerlo?
Estallada la guerra civil que él quería y buscaba para bien de la URSS, en septiembre cae el gobierno de Giral, y Largo, este pacifista, intelectual y honesto artesano, “de angosto e intolerable pensamiento” según el liberal Portela Valladares, asume la presidencia de un gobierno de coalición del frente popular de la idílica II República española, reservándose para sí el ministerio de la guerra. Le apoya la URSS y el PCE. El listo de él en octubre del 36 embarca las reservas de oro del Estado a Moscú, 510 toneladas en monedas, con lo que se entrega en manos de Stalin totalmente, se hipoteca. En términos actuales valdrían numismáticamente unos 20.000.000.000 de euros, a peso unos 12.000.000.000 de euros. Intenta poner orden en las hordas milicianas porque sabe que enfrente tiene gente muy preparada en todo, disciplinada, motivada y que sabe lo que hace, lo que no es su caso.
No está mal pensado para ser un escayolista furibundo. Pero una vez soltada la jauría ya se sabe. El PCE se le apodera de la fuerza armada y de los puestos claves de la administración e impone sus gentes de la Frunze moscovita. Lo éxitos de Franco comienzan con Málaga y Vizcaya que van cayendo, como el resto de territorio, al paso alegre de los nacionales. Mientras, hay bofetadas y muertos entre el PSUC, PCE, POUM y CNT y se muestra incapaz de poner orden y se le apodera el mangoneo soviético que sabe a lo que va y tiene prisa. Stalin, que ya ha hecho negocio y tiene el oro, le reprueba y Azaña, presidente del 36 al 39 de esta idílica II República española, fuerza su caída y es sustituido en mayo del 37 por el fisiólogo Juan Negrín que había aconsejado al escayolista lo del oro. A los comunistas parece que no les gustan las vocaciones tardías de aficionados oportunistas e ineficaces, por más liquidillo verde que destilen.
El 29 de enero del 39, antes de que entren en Barcelona las tropas nacionales, sale con su familia escopeteado desde su casa en la Diagonal –barrio obrero- donde vivía desde su caída, a Paris, donde subsiste quince meses gracias a su amigo Rodolfo Llopis y a la Federación Sindical Internacional. Dos días antes de llegar Hitler a Paris, sale a Albi con su amigo Llopis y detenido posteriormente, es confinado en un pueblín, Crocq. El fiscal español Pérez González en 1941 entabla una demanda y petición de extradición que se frustra quizás por las gestiones diplomáticas de México.
Confinado en Noyon permanece hasta 1943, que le trinca la Gestapo y le mete en el campo de Sachsenhausen, donde estuvo hasta abril del 1945 que le liberaron los soviéticos y le llevaron a Berlín, colmándole de detalles y agasajos postineros.
Regresa a Paris –ya más comprensivo y tolerante- en septiembre de 1945, pero intentando acometer contra el régimen de Franco. La parca se lo lleva el 23 de marzo de 1946 con 77 años y tras perder un riñón y serle amputada una pierna. Le enterraron en el Père Lachaise. En 1978 sus restos son traídos a Madrid y se le hace un funeral. ¡Usted verá!
Sus restos como su estatua en Nuevos Ministerios sobran. Hay que quitar ese nefasta estatua y prenderle fuego, que desaparezca en el infierno junto al personaje que representa. Uno de los más nefandos de la república, de la preguerra y la guerra. Inmundo.
Y estos son los que llegaron arriba, ¿Como serian los demás?::::
Dios mio no puedo evitar comparar los que formaron el Gobierno de Franco con estos. Es como comparar el oro con el barro, la virtud con el vicio degenerado, la luz con las tinieblas.