Venezuela: la secta roja y el silencio asesino de la izquierda
Germán Mazuelo-Leytón.- Nuestra Señora de Fátima dejó muy en claro en 1917 que a menos que sus peticiones sean atendidas: Rusia esparcirá sus errores (los errores del comunismo) por el mundo. Nuestra Señora nos advirtió que si la humanidad no respondía a esa gracia muy especial que Dios ha dado al mundo por el Mensaje de Fátima, que el mundo sería castigado por la persecución de la Iglesia, que ha resultado en una gran reducción de su Voz Moral en asunto tan vital del peligro comunista.
Ahora vivimos la hora del demonio, pues si el bien tiene su día, el mal tiene su hora. Nuestro Señor le dijo a Judas la noche de su Pasión: Esta es tu hora, el reinado de las tinieblas.
I. La Revolución
La más poderosa fuerza propulsora de la Revolución está en las tendencias desordenadas. Como los cataclismos, las malas pasiones tienen una fuerza inmensa, pero para destruir.
Y por esto la Revolución ha sido comparada a un tifón, a un terremoto, a un ciclón. Las fuerzas naturales desencadenadas son imágenes materiales de las pasiones desenfrenadas del hombre.
Es que las pasiones desordenadas, yendo en un crescendo análogo al que produce la aceleración en la ley de la gravedad, y alimentándose de sus propias obras, acarrean consecuencias que, a su vez, se desarrollan según una intensidad proporcional. Y en la misma progresión los errores generan errores, y las revoluciones abren camino unas a las otras.
II. Marxismo cultural
Antonio Gramsci, fundador del PC italiano y considerado el mayor ideólogo marxista de Occidente, hacia 1930 elaboró su novedosa concepción estratégica de que para establecer duraderamente el régimen comunista se requería primero alterar la «superestructura» de la sociedad, entendida como el sistema de convicciones, tradiciones y costumbres sociales vigente; y a este cambio le dio el nombre de revolución cultural.
El marxismo cultural está librando una batalla ideológica, propagando ideas falsas. Esto se hace mediante los medios de comunicación social, y al mismo tiempo forzando a que se acalle la voz moral de la Iglesia Católica. Esto permite una incesante y activa propaganda de mentiras y odio, difundida por los ateos comunistas, mediante muchos y engañosos métodos, avanzar sin que se les impida.
La guerra en que estamos es más que solamente militar, económica, política y diplomática. Es todo eso, pero es también una guerra ideológica y una guerra orientada a destruir nuestras normas morales y hacernos menos que los animales tentándonos a ser drogadictos, y asesinando a los más indefensos, los bebés en los vientres de sus madres. La guerra es todavía más que todo esto. Es espiritual: es una guerra conducida por Satanás y los ángeles rebeldes, los demonios. Es una guerra para la cual el Diablo utiliza el comunismo y los grandes recursos puestos a su disposición por el ateísmo militante global, para combatir a la misma Iglesia Católica.
III. Doctrina de la Iglesia
El gran Papa León XIII, el Papa de la Doctrina Social de la Iglesia, condenaba así: …aquella secta de hombres que, bajo diversos y casi bárbaros nombres de socialistas, comunistas o nihilistas, esparcidos por todo el orbe, y estrechamente coaligados entre sí por inicua federación, ya no buscan su defensa en las tinieblas de sus ocultas reuniones, sino que, saliendo a pública luz, confiados y a cara descubierta, se empeñan en llevar a cabo el plan, que tiempo ha concibieron, de trastornar los fundamentos de toda sociedad civil. Estos son ciertamente los que, según atestiguan las divinas páginas, ‘mancillan la carne, desprecian la dominación y blasfeman de la majestad‘ (Jdt. epist. v. 8).
En efecto, toda ideología, toda concepción política, todo gobierno que prescinda de Dios y del orden moral objetivo son «intrínsecamente perversos», ya que afirman en la doctrina y en la práctica la autonomía soberana de la libertad.
Siguiendo la doctrina del Papa Pío XI en la encíclica Divini Redemptoris, quien condenó los errores presentados bajo un falso sentido místico, el cristiano no puede adherir a aquellos sistemas ideológicos que se oponen radicalmente o en los puntos sustanciales a su fe y a su concepción del hombre: ni a la ideología marxista, a su materialismo ateo (…) ni a la ideología liberal, estas corrientes buscan apoderarse de la religión, instrumentalizando a las iglesias para servirse de ellas con el fin de la destrucción de la religión y de la creencia en Dios.
Callar frente a la presión explícita o implícita de los totalitarios rojos, es abandonar la grey frente a una poderosa invitación a la apostasía, sería traicionar la misión docente de la Iglesia, que consiste no solamente en enseñar la verdad, sino condenar el error.
San Ezequiel Moreno dijo:
“Estad seguros, día llegará en que la misma revolución, sagaz como su jefe, se ría y menosprecie a los que la sirvieron o de alguna manera pidieron favor o gracia. Es un error, y error funesto a la Iglesia y a las almas, transigir con los enemigos de Jesucristo y andar blandos y complacientes con ellos. Mayores estragos ha hecho en la Iglesia de Dios la cobardía velada de prudencia y moderación, que los gritos y golpes furiosos de la impiedad. (…) ¿Qué bienes se han conseguido con las blanduras y coqueteos con los enemigos de Jesucristo? ¿Qué males se han evitado, pequeños ni grandes, por esos caminos? No se consigue otra cosa con esa conducta que afianzar el poder de los malos, calmando ¡oh dolor! el santo odio que se debe tener a la herejía y al error; acostumbrando a los fieles a ver esas situaciones de persecución religiosa con cierta indiferencia”.
IV. Venezuela
Los tristes acontecimientos que vienen acaeciendo en Venezuela, bajo el delirante régimen de Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez quien llamó a su tenebroso proyecto Socialismo del Siglo XXI, con una democracia amañada, exportándolo a otros países, confirman que la singladura de ese estado castro-chavista –de no ocurrir un milagro – se encamina con rapidez a la consolidación de un comunismo totalitario.
El régimen castro-chavista encenegado en un corrupto sistema, busca mantenerse en el poder a cualquier costo en esa disfrazada y falsa democracia, prebendalista y embustera que engaña al pueblo, corrompe lo mejor, y mientras tanto, los que más piensan y los jóvenes hartos de la corrupción se van sintiendo cada día más frustrados y engañados.
De raíces ideológicas perversas, el socialismo únicamente genera opresión y miseria. Nuestro Señor Jesucristo dijo que el árbol malo no puede dar buenos frutos.
Bajo el principio de quien no está con nosotros es nuestro enemigo, Maduro y su régimen no permiten que nadie tenga una visión diferente, o la más mínima expresión de rebeldía.
Vemos cómo una Asamblea Constituyente títere, ha sido armada por la tiranía venezolana sin la menor vergüenza. Carlos Alberto Montaner señala respecto del escandaloso fraude de tal elección: «Maduro obtuvo 1.795,144 votos. Ni 1 + ni uno -. La fuente es Rondón (CNE). El fraude para llegar a + de 8 millones es el mayor de la historia».
Así y todo una de las primeras medidas de dicha Asamblea Constituyente ha sido destituir a la Fiscal General Luisa Ortega Díaz, quien de haber sido fervorosa chavista se desmarcó del narcogobierno.
Se vive ya hace mucho en Venezuela un régimen apabullante y conculcador de los derechos más elementales de las personas, una tiranía que por eso mismo carece de legitimidad.
Maduro controla todo el aparato estatal, salvo el Parlamento. «Según el mayor general Clíver Alcalá, quien ayudó a restituir a Chávez durante un fugaz golpe de Estado en el 2002, la Fuerza Armada tiene 1.000 generales, cuando solo requeriría 200 y hay 800 esperando».
Eladio Aponte, ex magistrado de Venezuela y ex Presidente de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, que enfrenta al régimen castro-chavista, denunció los vínculos del régimen con el narcotráfico, con las FARC, y con las maniobras para encarcelar a opositores que se transformaron así en presos políticos.
Erika Rivas, directora para las Américas de Amnesty International, señala: «En Venezuela se violenta toda la gama de derechos humanos. Derechos económicos, sociales, culturales, las libertades fundamentales, el derecho a la asociación, la libertad de expresión. Se está dando un contexto represivo y militarizado frente a las muestras de descontento social, donde además se hacen detenciones arbitrarias como herramienta de control, de acallar las voces de la disidencia».
Resulta sorprendente constatar el silencio «colaboracionista» de los gobiernos sudamericanos y de los organismos internacionales. Fingen que nada ven y que nada escuchan. Y al contrario, cuánto empeño ponen en asegurar el avance de las acciones psicopolíticas de la izquierda, cuánta impunidad ante sus atropellos, sus golpes a la ley, al estado y a las instituciones.
Tal como enseñó el célebre pensador católico y hombre de acción, Plinio Corrêa de Oliveira, esta neo-revolución se vuelve capaz de vencer más por el aniquilamiento del adversario que por la multiplicación de sus amigos. Le interesa más adormecer, desconcertar, o simplemente acabar con las oposiciones, que estimular a sus adeptos ostensivos.
En el caso de la grave crisis venezolana los gobiernos sudamericanos colaboraron con este designio.
Al respecto a fines de diciembre 2016, en una creciente ola de protestas multitudinarias, el gobierno de Maduro, invitó al Vaticano a operar como mediador entre éste y la oposición, proceso que abortó en un fracaso total y que posibilitó contrariamente a los marxistas en el poder a ganar tiempo y llegar a la situación actual.
Es que el diálogo resulta ser una palabra talismánica para encubrir un mecanismo tramposo utilizado por la izquierda en su provecho.
Así, mientras los obispos venezolanos han sido claros en denunciar al tirano, el Vaticano mediante el Cardenal Secretario de Estado ha emitido tímidas declaraciones al respecto, mismas que Maduro ha respondido con virulencia.
El régimen de Maduro sustenta sus bases en los llamados movimientos sociales, a los que Francisco acoge con especial benevolencia en la Santa Sede.
«Los enemigos de la sociedad y de la religión usan frecuentemente la táctica del pánico. Es una táctica positiva y negativa; infunden miedo y lo quitan. Cuando están en el poder amenazan, atropellan, encarcelan, imponen multas, destierran. Todo para infundir el miedo en el resto de los ciudadanos. Cuando no pueden abusar de la fuerza, hacen correr los más absurdos disparates, cada día nuevos, cada día más temerosos. Es una táctica sagaz, que hace víctimas innumerables. Antes de que llegue la hecatombe es cuando hay que reaccionar. ¿Cómo? Teniendo serenidad para no creer en peligros imaginarios. Teniendo ánimo para desafiar y arrostrar los peligros verdaderos. Actuando sin cesar y organizándose en todos los órdenes de la vida».
Douglas Hyde el célebre convertido del comunismo a la Iglesia Católica afirmó que a una demanda de heroísmo, responde siempre una respuesta heroica especialmente cuando la libertad y la verdad son reprimidas. Y, si se apodera del pueblo un espíritu martirial, cualquier totalitarismo puede irse.
El comunismo asesino a muchos inocentes en China, Corea del Norte, Vietnam, Cuba, Venezuela, Somalia, en Africa Cuba, Nicaragua, el comunismo solo ha traído muertes..
Venezuela se desgarra entre la incompetencia de Maduro por un lado y los poderes internacionales que tratan de hacerse con el control de sus recursos por el otro