Prontuario de hagiografías para meditar: Etelvino Vega Martínez (VIII)
Nació en Mieres (Asturias) en 1906, en el seno de una familia politizada y combativa. Chapista de profesión, en 1923 ingresa en el PCE con 17 años y al año ya es secretario de las juventudes del partido. Era del grupo dirigente con Bullejos, Trilla y Adame. Ya comenzaron increpando el 14 de abril del 31, por las calles de Madrid, a la recién nacida república que tildaron de burguesa, enarbolando una bandera roja con la hoz y el martillo y solicitando los soviets, a lo moscovita del 17. Fueron expulsados por la Komintern por no haberse hecho más efectivos y adquirir más poder en el gobierno. En ese mismo 32 se fueron a Moscú a negociar y la Komintern les retuvo cinco meses y a Etelvino más, en plan rehén, para que los expulsados no cuestionaran la nueva dirección de José Díaz Ramos (panadero sevillano que, gravemente enfermo se suicidaría en Tiflis en 1942) y la Pasionaria, que sustituían a Bullejos. Lider de las juventudes socialistas, participó en la revolución del 34 con este José Bullejos Sánchez que fue cartero y fundador del Mundo Obrero y huyó a México en el 39, donde murió en 1975.
Larguista, Etelvino pasó una buena temporada en la Frunze antes del 36 y fue uno de los creadores del Quinto Regimiento, volviendo a integrarse en el PCE. El 18 de julio del 36, miembro ya destacado del PCE y redactor del Mundo Obrero, estaba en Aranjuez de donde salió a combatir a Guadarrama con sus milicianos del batallón Octubre, para continuar en Pelayos, Illescas, Parla y la Sagra. A primeros del 37 era comandante de la 68 brigada mixta en el frente de Madrid. Participó en Brunete y Belchite al mando de la 34 división, en Teruel al mando de la 68ª división y en la del Ebro al mando del XII cuerpo de ejército. En mayo del 38 es ascendido a teniente coronel.
En marzo del 39, tras la caída de Cataluña ante los nacionales que pusieron en fuga a cientos de miles de milicianos, salió escopeteado a Francia para regresar en avión con Negrín a Elda, que le nombró gobernador militar de Murcia. La sublevación del coronel Casado, harto de comunistas le pilló en medio y la noche del 5 al 6 de marzo del 39 le encarcelan los casadístas en Monte Oliveti, le liberan, pero ya no puede escapar y queda atrapado y confundido entre miles de civiles y soldados en el puerto de Alicante, a ver si llega algún barco.
Le trincan los nacionales y va al campo de concentración de Almendros, junto a otros dirigentes comunistas que no pueden escapar y luego a Orihuela. Fue identificado y condenado a muerte tras un consejo de guerra sumarísimo, sí, muy duro pero con bastantes más garantías que el pobre Rey D’Harcourt y tantos otros asesinados brutalmente en la huida de los rojos a Francia o los más de seis mil religiosos asesinados en la idílica república bolchevique –que quemaba las iglesias y conventos por miles- y en la que el gobierno “legítimo” había manipulado las elecciones –burlando la voluntad de los votantes- de febrero del 36, para hacerse con un poder absoluto marxista-leninista que les perdió. Fue ejecutado en noviembre del 39 en el cementerio de Alicante con 33 años.
A José Antonio Primo de Rivera le había fusilado el gobierno republicano tres años antes, por expreso deseo de Largo Caballero, en el patio de la cárcel de Alicante junto a cuatro compañeros de Novelda, ante más de cuarenta espectadores constituidos en una chusma que gritaba y profería obscenidades, con esos mismos 33 años y por mucho menos, por supuesta “rebelión militar” y de una forma poco ortodoxa, muy marxistamente. Una escabechina infamante y cruel, sin orden de ¡fuego! A tiros –cuarenta o sesenta disparos- y según les parecía. Con Largo y Negrín la NKVD o KGB (Orlov) campaba por sus respetos. ¡Que se lo cuenten a Andreu Nin –despellejado vivo- del POUM y a tantos otros asesinados!
Si llegan a ganar, insisto, los pocos que hubiesen sobrevivido a las purgas estalinistas al uso, hubiesen tenido que esperar a 1989 para estirar las piernas y abrir la boca. Esa era la democracia que nos preparaban a los españoles hombres tan generosos e idealistas como Etelvino.
Tras su muerte, su esposa y su hijo se exiliaron desde Francia a Moscú. Allí la viuda se casó con otro exiliado español del que enviudó también y luego con un soviético. Ella y su hijo regresaron a España en 1978 y solicitó una viudedad que la Audiencia Nacional le denegó. Hasta que en 1996 el Supremo se la concedió. ¿Sería porque no sabían bien qué marido de los dos que tuvo españoles en la URSS la devengaba? ¿Qué pasó con la del soviético con el que estuvo casada?
Virgen santa, que lo que pasó en la España de los treinta no se vuelva a repetir y qué si se repite, que por favor se vuelva a producir el mismo resultado final.
Esto es lo que se tendria que enseñar en los colegios.La realidad historica de quien era quien y que fue lo que hicieron.