La Legión que vive en mí
(R) En Málaga, lo natural señores. Es Jueves Santo y La Legión recobra el protagonismo de todos los años. Decenas de miles de malagueños se arraciman en el puerto desde primera hora para contemplar el espectacular desembarco de los legionarios procedentes de Melilla. Es Jueves Santo y La Legión es vitoreada durante su tradicional pasacalles a marcha rápida, desde el puerto hasta la Casa Hermandad del Cristo de la Buena Muerte, que ellos procesionan. Verlos redoblar su paso por las nuevas y viejas calles de mi ciudad es posiblemente el espectáculo castrense más vistoso de cuantos puedan existir. Es Jueves Santo en Málaga. Es el día de los legionarios. Es un buen día para abrir cauce al recuerdo.
Al aire fresco y hermoso de Málaga, la llegada de los legionarios vuelve a ser como una reconsagración del viejo espíritu español, fiel hasta el tuétano, antes de que las modas postconciliares lo adulteraran todo. La Legión me transforma. Me impele a ello mi segundo apellido. De ahí que me habrán de perdonar este desahogo partidista.
Pasan los años, se envilece todo, y La Legión nos sigue mudando de barrio durante unas horas. Si quisiéramos aprender de ellos, de los que por ser legionarios de raza no dejarán nunca de ser personas cabales y españoles decentes, su ejemplo serviría para reorientar nuestras pobres vidas, en muchos casos egoístas y vacías, hacia fórmulas morales que pudieran resumirse en el elogio de la lealtad y el compañerismo como linimentos para la musculatura social española. También nos podrían proyectar su luz sobre los adecuados lugares, en ellos comúnes, a los que sería aconsejable enviar a muchos de nuestros jóvenes, o sobre la conveniencia de hacer del compañerismo y la recta disciplina una saludable forma de vida. Todo ello es tanto más de agradecer teniendo en cuenta que el ministro de Defensa es el siniestro caballero que ustedes ya conocen.
Tenía veintipocos años cuando el periódico para el que trabajaba en Málaga me envió al frente de su delegación en Melilla. Fue llegar y reencontrarme con la ciudad que volvía a dar luz a mi olvidada infancia. Al poco de estar allí, algunos políticos nacionalistas canarios alentaron una campaña incendiaria contra la presencia legionaria en aquellas islas. Aquellos legionarios no eran cipayos, ni tenían alma de parias en su propia patria. Asi que puse las páginas de aquel influyente periódico a disposición de aquellos soldados que estaban siendo ofendidos e injuriados por un puñado de canallas al amparo de un sistema que deja sin consecuencias los peores actos. Los resultados aún hoy sobrecogen mi ánimo. Cientos de familias melillenses (les aseguro que el dato no es exagerado), ofrecieron sus casas al comandante general, creo que Gautier Larrainzar, para alojar en ellas a los legionarios ‘apestados’ de Canarias. “Aquí sí les queremos”, rezaba el titular a cinco columnas de la portada que daba vida al histórico ofrecimiento. Fue una comunión sincera y conmovedora entre el pueblo y La Legión. El coronel Casaña, jefe del Tercio Gran Capitán, viejo y entrañable amigo de mi familia, se creyó en el deber de hacerme los honores con una placa que conservo como mi pertenencia menos canjeable.
“Usted es peligrosísimo”, me soltó con un tono tierno. “Cree en lo que dice y dice lo que cree”.
-Si usted lo dice, mi coronel.
Ocurre que La Legión es como el amor. Nunca acaba, jamás se destruye, siempre deja rescoldo para encender el viejo fuego, de modo que si sopla el viento se puede producir el gran incendio.
Pero a lo que íbamos. La Legión ha estado en Málaga para trasladar a hombros al Cristo de la Buena Muerte, en una combinación de marcialidad y magia teatral absolutamente incomparable.
Melancólica la cara del Cristo de Mena, verde oliva el traslado, se lo paga el pueblo en lágrimas de chirimiri, tenaces, constantes, profundas. Algunos viejos parecen arrebatarse como si le volviese al cuerpo maltrecho aquella gloriosa juventud legionaria en Sidi Ifni, mientras el tenaz estribillo suena más fuerte que nunca por las calles de Málaga: “La estreché con lazo fuerte y su amor fue mi bandera”. La muerte hay que esperarla así, con esa inmaculada serenidad, con esa especie de acogimiento del rito legionario que aparece en el último párrafo, serenamente escrito, uniendo el cuerpo inerte de Cristo crucificado al protocolo de La Legión que para todo lo tiene, y más para la muerte, su más leal compañera.
Tanto es así que cuando el ex jefe del Estado supo que se moría el general Millán Astray, teniente coronel fundador del Tercio, que a él le eligiera como lugarteniente y jefe de la Primera Bandera, abandonó El Pardo y se fue a la casa de su compañero. Ante la puerta del cuarto de Millán, tomó del brazo al ayudante del corajudo mutilado y le ordenó:
-Entra y dile al teniente coronel que desea verle el comandante de la Primera Bandera.
Esta suprema elegancia ante la muerte es señal de fe, de corazón entero, de hombre cabal. Las calles de Málaga lo perciben. No hay resonancia del pasado en ellas. Sólo emoción de ver acompañado al Cristo de Mena por los novios de la muerte procedentes del cuartel de Cabrerizas, cerca de los bellísimos pinares de Rostrogordo. Verlos balancearse de lado a lado, con cadencia musical, junto a su Cristo, me reconcilia con el presente. Lo siento, pero estas cosas me ponen. Me motiva La Legión, me aburre la mayoría de civíles que conozco. No habría nada más monótono, bostezante y lacerante que el manual de vida de un representante de la sociedad civíl comparado con el ideal de vida de un legionario, depositario de valores y principios que en nuestros randas de la patria serían motivo de alergia. La disciplina legionaria, el vigor de sus tradiciones, estimula la circulación de la sangre, vigoriza el pensamiento y alegra los humores, hasta en plena Pasión de Jesús.
Veo incluso a políticos de la izquierda laica enganchados a esa multitud que, con certero instinto, vitorea a La Legión y prorrumpe en continuados “vivas a España”. Lo que esos políticos hayan perdido de peso con la vida sana, sobria, ascética de estas horas, lo recobrarán seguramente cuando vuelvan el lunes a sus enjuagues maniobreros y a sus corruptelas.
Todo empezó hoy, en la mañana del Jueves Santo, la mañana del desembarco. Mi mente viajó a 1.921, poco después de la aniquilación del ejército español en Annual, perdidas las posiciones que defendían nuestras plazas en África, con el traidor Abdelkrim poniendo cerco a la ciudad de Melilla, rebosante de niños, mujeres, ancianos y heridos de guerra. No había hombres para defenderla. Al fin, en la amanecida del 24 de julio llegan dos banderas legionarias al puerto de Melilla. Millán Astray está al frente. Saluda de este modo al pueblo aterrorizado: “¡Melillenses!: Os saludamos, es La Legión que viene a salvaros, no temáis, nuestras vidas os lo garantizan..!”.
Desembarcan los legionarios desfilando con paso alegre, firme y rápido, entonando “La Madelón” y “Los Voluntarios” al son de cornetas y tambores, haciendo demostraciones de armas, arrancando de la población vivas y aplausos. Entre ellos ya despuntaba la figura de un joven comandante de origen ferrolano llamado Francisco Franco. Entre las que vitoreaban a los salvadores legionarios estaba mi abuela Francisca. Acababa de perder a sus dos hermanos en Annual, cuyos restos descansan hoy en el panteón de los héroes del cementerio melillense, el espacio geográfico español con más valientes por metro cuadrado. Aquellos legionarios la salvaron de una muerte segura y sabe Dios de cuántas afrentas más.
En recuerdo de aquella jornada, Melilla dedicó una estatua al comandante Franco, que aún hoy se conserva en la entrada del puerto, junto a las murallas de la imponente Acrópolis. Los diputados locales del PSOE, un sector del PP y el partido moruno de Mustafá Abercham, tanto monta, se obstinan en que la estatua desaparezca. Espero que Juan José Imbroda, presidente de la Ciudad Autónoma, tenga esta vez la dignidad que el recuerdo de aquellos legionarios merece.
Toda mi vida, por lo tanto, se siente fielmente ligada a los hombres que hoy han tomado las calles de Málaga. Gracias a ellos abracé la fe española al conjuro de la voz de mi madre, a la que permanezco fiel, de que nada había más grande que nacer siendo español. De la niñez endulzada con recuerdos legionarios (los muros del acuartelamiento Valenzuela nos servían de improvisadas porterías) a esta insólita madurez que me ha tocado vivir en la España de Rajoy, donde hay veces que hasta La Legión me parece irreconocible. Por fortuna no el Jueves Santo. Así que me siento ante el ordenador y me pongo a teclear, lejos de los ecos que restallan aún en calle Larios. Y hago lo único que se puede hacer, mostrar nuestro corazón de acero en este trago lejos, tan lejos, del sonido envolvente de mis legionarios.
Siempre nos quedará Málaga para recordarlo.
Magnífico artículo , de una emoción que hace latir, en quien la tenga, la sangre en las venas. Tiempos gloriosos que visita la memoria para poder soportar esta mediocridad, esta cobardía actual de muchos sometidos al pensamiento único, aunque, mal que les pese, no pueden evitar sentir envidia ante la legión, que tan alto mantiene el nombre de España, a la que por verla “temida y honrada” no vacilarán los legionarios, sus más valientes hijos en enfrentarse a la muerte. La emoción que se siente al ver llevar a hombres por los legionarios al Cristo de la buena muerte, es… Leer más »
Un artículo RECUPERADO, y que debía serlo,pues muchos no lo habíamos leído todavía, yo por lo menos.
Y me ha conmovido en su totalidad, pero especialmente EL DETALLE DEL GENERALÍSIMO frente a la muerte del Fundador de la Legión, el general Millan Astray.
¡Qué vergüenza que los actuales “jefes” de LA LEGIÓN hayan pasado de pies puntillas sobre ambos Cofundadores, prácticamente ignorándoles, en EL PRIMER CENTENARIO DE LA CREACIÓN DEL CUERPO!
VIVA ESPAÑA, Y VIVA LA LEGIÓN ESPAÑOLA.
“Usted es peligrosísimo, cree en lo que dice y dice lo que cree” (Coronel Casaña, jefe del Tercio Gran Capitán)
El año 57 el barco de la marina Vasco Nuñez de Balboa traslado a la Legion de Ceuta a Malaga si que es verdad que es un cuerpo que gusta valiente y leal pues nos recibió mucha gente cuando llegamos a Malaga con los legionarios cantando soy el novio de la muerte mas tarde en la guerra de sidi ifni teníamos que verlos valientes como ellos solos y yo digo viva la legion.
HA SIDO UNA VERGUENZA QUE LA TELEVISIÓN DE LA NACIÓN ESPAÑOLA, EN MANOS DE UN MASÓN COMO RAJOY,HAYA BIRLADO A LOS ESPAÑOLES EL DESFILE DE LOS LEGIONARIOS.
Que podemos esperar mas de este y quienes le aconsejan
Felicidades Armando.
Que este sincero reconocimiento tuyo nos estimule, en esta hora de los nacionalismos independentistas, a ser más españoles que nunca.
La bandera de la Legión , la más gloriosa de todas,porque está teñida de la
sangre de todos los Legionarios.
Deberias informarte antes de hablar, las banderas mas Laureadas del Ejercito Español, y de Europa, son las banderas de los Grupos de Regulares de Ceuta y Melilla, sin por ello dejar de reconocer que la Legion es una Gran Unidad, apreciada y querida por todos los españoles de bien.
Pero al Cesar lo que es del Cesar y………..
Saludos.
CON LAGRIMAS EN LOS OJOS POR LOS RECUERDOS AL LEER EL ARTICULO LO QUE PUEDO DECIR ES HONOR Y GLORIA A LA LEGION Y A SUS MUERTOS Y DESPARECIDOS.
Un abrazo desde los Madriles para Armando y para todo el equipo que haceis posible, cada semana, el informativo “la Ratonera”, que sigo con puntualidad cuasi alemana, aunque por partes, porque por mi horario profesional no puedo sentarme a ver las dos / tres horas seguidas que dura el programa, y que siempre me resulta muy bueno, muy ameno y muy completo. La Legión es un prodigio de disciplina y de trabajo en equipo, y sus miembros son un derroche de energías, de fortaleza moral y física y de integro y claro patriotismo. Yo he tenido la suerte de compartir… Leer más »
La legión, una de las pocas cosas nobles que quedan en este país.
Don Armando, una buena noticia para todos los patriotas españoles. Los apestosos separatistas ya se están dando de palos entre ellos. Se llaman traidores ellos mismos y ya no saben por donde tirar. Así que de momento, dejemos que los legionarios que disfruten de la Semana Santa como se merecen y al final seguramente no tendrán ni que intervenir. Yo creo que con dos brigadas de limpieza bastará para limpiar los restos de esta gentuza.
Pasan los años, se envilece todo y todo se envilece. En esta España nuestra degradada y desagradecida para con quienes tanta veces han dado lo más preciado que tienen como es la vida, justo es, aunque sea, dedicar unas amables líneas en pos de ese reconocimiento a nuestros valientes legionarios. Ahí estarán ellos como siempre ha sido, al pie del cañón, en la brecha batiéndose el cobre y otros que no se quedarán atrás cuando las circunstancias así lo requieran. Es verdad que hoy, tenemos que apartar nuestros ojos, humedecidos con lágrimas- de esta castuza miserable-, de estas miserias presentes,… Leer más »
Esta semana santa estoy en Málaga, viviendo unas emociones incomparables. La calidad de las personas la calidez del trato humano son sin duda el ejemplo de una raza, la española como catalán y español, siento que estoy en mi casa. Sin duda la ciudad de Málaga es una de las ciudades del territorio nacional que merecen ser declaradas reserva de da biosfera el sentimiento que pone toda la población es sin duda, la garantía de que en este país hay esperanza,visto el desembarco de nuestra legión solo puedo decir que me gustaría ver a estos legionarios desfilar por las calles… Leer más »
Recuerda que hubo más catalanes en el 36, luchando por España que contra España. El heroico Tercio de Nuestra Señora de Monserrat, todos catalanes voluntarios, fue la segunda unidad más laureada en la guerra civil, delante de ella solo los Regulares y detrás el Tercio. En el otro bando no hubo voluntarios catalanes y pasaba esto: 18-8-38. Los asesinatos cometidos en la 77 Brigada Mixta pasan de mil. Se reorganizó con reclutas catalanes, fueron asesinados en dos meses más de 600, con lo cual tuvo que ser reorganizada de nuevo sin haber entrado en combate. Causa General, Madrid 1944, cap.… Leer más »
¿en Málaga ?, ¿Sr. Bellalta usted tiene un doble ?
No creo. Más bien pienso que se ha trasladado a Málaga. Hoy es muy fácil hacerlo, por ruta, por tren, por avión…
Quiero decir, que cuando uno se desplaza, ya no está a donde estaba antes. Lo ilustro con un ejemplo: un día El Barón Dandy está en Villaconejos del Trabaque. Al día siguiente toma un avión para Melbourne. En 24 horas pasa de estar en Villaconejos del Trabaque a estar en Melbourne. Antes estaba en un sitio y después está en otro sitio. No es magia, es ciencia: el deslazamiento de los cuerpos.
el desplazamiento…
Mi admiración a la legión y al estupendo periodista Armando Robles.
Pocas cosas hay tan bonitas que ver a los legionarios portanto el Cristo de la Buena Muerte, mientras entonan el Novio de la Muerte. Es difícil no emocionarse.
De la Legión se puede decir aquello de Lope de Vega: “Dio a España triunfos y palmas, con felicísimas guerras, al Rey infinitas tierras y a Dios infinitas almas”
“Gracias a ellos abracé la fe española al conjuro de la voz de mi madre, a la que permanezco fiel, de que nada había más grande que nacer siendo español.”
“A mi me parece señor, que no tengo otra cosa buena sino ser español”. (Catalina de Erauso, “La Monja Alférez”)
Un documental histórico sobre la Guerra de España (1938).
http://www.youtube.com/watch?v=aabG85LH8cM
La Legión honra a sus muertos:
http://www.youtube.com/watch?v=E6bq6-HXkUU
La película entera en español.
La Bandera (1935)
http://www.youtube.com/watch?v=NX9A9A1bDuU
Excelente artículo, de los que llegan al corazón y hacen brotar los recuerdos y sentimientos.
Gracias, Don Armando. Gracias por compartirlo.