¡Sacad de una puñetera vez vuestras sucias manos del Tesoro Nacional!
Hace unos días, el diputado de ERC, Gabriel Rufián, le decía al presidente Rajoy emulando al batasuno Idígoras, “saque sus sucias manos de Cataluña”. De pronto, me imaginé a Rufián sentado todavía en el plató de la cadena de la Conferencia Episcopal, 13tv, metiéndose en los hogares de los católicos españoles a través del programa de Carlos Cuesta, “la marimorena”.
Es curioso todo este pasteleo. Unos, dan pábulo a los otros; después los otros, demonizan a los unos; y, finalmente, los unos y los otros se criminalizan entre sí. Discrepan en las formas, pero coinciden en el fondo. Por ejemplo, dice Fernando de Haro en la COPE que hay que abrir las fronteras a inmigrantes y refugiados para llevar a cabo un relevo generacional en España. Y yo me pregunto, ¿acaso no es lo mismo que pide Podemos en Madrid o Cataluña?
Yo les aconsejaría que, en lugar de solicitar que cualquiera meta o saque las manos de Cataluña, lo primero que deberían hacer ellos -que solo saben vivir de la política-, es sacar las suyas del Tesoro Nacional. Me da lo mismo sucias que limpias, lo que tienen que hacer es sacarlas.
En España, cuando un ciudadano decide trasladarse a cualquier ciudad, pueblo o aldea, con intención de ganarse honradamente la vida, lo primero que pone son los pies, y a continuación, serán sus manos las que se pondrán a trabajar en la medida de sus posibilidades. Tan sencillo como eso. Porque, según la Constitución española, todo ciudadano español es libre y tiene derecho a circular o residir donde lo estime oportuno a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, sin que sea discriminado por ser de otra región, pueblo o ciudad.
Sin embargo, la realidad es muy distinta; este precepto se quiebra desde el momento que esos ciudadanos españoles ven conculcados y pisoteados sus derechos en Cataluña, Vascongadas, Galicia, Comunidad Valenciana y Baleares, porque a cuatro tipejos independentistas –alguno de ellos argentino para más recochineo-, se les ha puesto en los cojones ciscarse en la ley, en el gobierno de la nación, y en los Tribunales de Justicia.
Si el gobierno de la nación, con todos los mecanismos e instrumentos que tiene en sus manos, hiciese cumplir la Constitución del mismo modo que controla los radares de Tráfico o las declaraciones del IRPF, les puedo asegurar que los niños podrían aprender a hablar en español en Cataluña sin ser linchados o excluidos; los empresarios podrían rotular sus establecimientos mercantiles en español sin ser multados; no sería obligatorio saber hablar catalán, vascuence, valenciano, gallego o balear para poder ser funcionario en esas regiones; la selección española de fútbol podría jugar partidos internacionales en Cataluña; la vuelta ciclista a España podría discurrir libremente por Bilbao o San Sebastián; las FF.AA. podrían desfilar por Cataluña o Vascongadas; y, la bandera española, ondearía en lo más alto de todos los puntos estratégicos de Vascongadas, Cataluña, Galicia, Comunidad Valenciana o Baleares, como lo hace por ejemplo en Madrid, Sevilla o Toledo.
Quitarles la “munición” para evitar la celebración del referéndum ilegal no arregla nada. Es como esconder el balón para que el partido de fútbol no se pueda jugar un día, a una hora determinada. Eso no significa acabar con el independentismo. Rajoy solo habrá cumplido su promesa de que el referéndum no tendría lugar, pero mientras, su ministro de economía está negociando la paz social por dinero con una banda de delincuentes. O sea, lo mismo que han venido haciendo durante los últimos cuarenta años los gobiernos socialistas y del Partido Popular con los separatistas vascos y catalanes.
En resumen, si después de castrar a la Guardia Civil y tolerar que “el govern” y el jefe de los mozos de escuadra sigan en sus puestos, seguimos con una Constitución que nadie cumple ni obedece, y la solución al problema separatista catalán y vasco pasa por entregarle a los secesionistas la llave de la Caja, yo invitaría a los que conforman el Parlamento español -que se embolsan alegremente SEIS MIL EUROS mensuales en el peor de los casos-, que saquen sus sucias manos del Tesoro Nacional.
Un Tesoro Nacional fruto del sudor, el trabajo y el sacrificio de quienes doblan el espinazo todos los días para vertebrar esta gran nación. Un Tesoro Nacional que en lugar de servir para el sostenimiento y la vertebración de la nación española y atender la sanidad, la educación, la seguridad, la justicia, y las ayudas sociales a personas dependientes, sirve para llenar la andorga de 465.000 cargos políticos, y para complacer y relajar a los que odian a España y a los españoles, asedian a la Guardia Civil, insultan al Jefe del Estado, queman nuestra bandera, y silban rabiosos los símbolos más emblemáticos de nuestra Patria.
Invito también a los farsantes que solo viven de la política, del mitin, de las ruedas de prensa y de las tertulias en los medios, que trabajen y coticen a la Seguridad Social antes de reclamar cualquier derecho o dedicarse a la política. Que prueben crear una empresa para que sepan la responsabilidad que conlleva. Pueden también darse de alta como autónomos y sacar adelante su negocio a duras penas después de satisfacer la voracidad de las Autonomías. Y por supuesto, podrían optar también por devanarse los sesos durante unos años para prepararse unas oposiciones, que les permitiera servir a España desde las administraciones públicas. Todo, menos vivir parasitando en la ubre del Tesoro Nacional en nombre de la democracia, sin tan siquiera tener que presentar un historial laboral o académico, y sin que se le tengan en cuenta sus antecedentes penales.
El saneamiento y regeneración de la democracia pasa por la derogación de todas las Autonomías; listas abiertas para elegir a la persona y no al partido; disolución de las policías autonómicas e integración de sus agentes -si así lo desean-, en la Policía Nacional; salarios de los cargos políticos a razón de lo estipulado por su profesión o empleo anterior; derogación inmediata de los sueldos vitalicios y prebendas para ex presidentes de gobierno y de las cámaras legislativas; equiparación en las indemnizaciones por razón de servicio (dietas) para todos los empleados públicos -incluidos políticos-, como algo básico, prioritario y elemental por tratarse de dispendios para alojamiento y manutención; 30 días de vacaciones anuales para los cargos políticos en época estival como cualquier trabajador de la administración pública; integrar a todos los cargos políticos en el sistema de la Seguridad Social como al resto de funcionarios; firma de un contrato por lo que dure la legislatura para todos los cargos electos, y, al finalizar el mismo, que pasen a percibir la prestación por desempleo como cualquier otro trabajador.
¡Parásitos que a través de la política vivís a costa del sufrimiento de los que vertebran la nación. Medios informativos públicos deficitarios y televisiones comunistas y antiespañoles que contamináis a gentes ignaras y sostenéis el negocio gracias a las subvenciones públicas. Autonomías políticas, oenegés, asociaciones, plataformas y chiringuitos varios nacidos al amparo de esos gobiernos autónomos. A todos sin excepción, quiero lanzaros el siguiente mensaje: ¡Sacad de una puñetera vez vuestras sucias manos del Tesoro Nacional!
Yo cambiaría lo de “manos” por pezuñas o garras, pero creo que pezuñas es más apropiado. Por lo demás perfecto.
Saludos patriotas españoles.