Hoy, que los medios informativos marxistas, nacionales e internacionales, se enfurecen y desequilibran cuando son abatidos los terroristas islámicos. Hoy, que los mal llamados periodistas al servicio de esos mismos medios informativos junto a sus formaciones políticas afines, rápidamente invocan los derechos humanos hasta por un delicado pisotón. Hoy, cuando los independentistas catalanes queman, amenazan y agreden con todo su odio, y no puedes ni tan siquiera hablarles alto porque según aquellos medios y formaciones marxistas se lesionan los tan cacareados derechos humanos. Hoy, que como residas en Cataluña y no cumplas con los postulados marcados por los medios de comunicación independentistas eres tachado de “facha”, y te expones a que sus acólitos se levanten en oleadas de improperios contra ti y tu familia. Hoy, que como digo hay tanto de lo mismo, la Guardia Civil sigue en primera línea de combate para garantizar el orden constitucional establecido. El lugar no importa; Vascongadas, Cataluña o Navarra… Allí donde haya riesgo de ruptura o el más mínimo intento de fractura en la sociedad, allí estará la Guardia Civil para proteger los derechos y las propiedades de los ciudadanos decentes, o la integridad física de los que sean amenazados o agredidos por el solo hecho de ser y sentirse españoles.

Esta es la Guardia Civil española; la que cada día pide que se le den los puestos de mayor peligro y responsabilidad; la que se desangra y muere en silencio; la que al día siguiente con lágrimas reprimidas vuelve a salir al servicio a combatir el crimen organizado; a perseguir el tráfico de drogas; a proteger nuestro medio ambiente; a dar si es preciso la vida para que España no se rompa, y para que el pueblo al que pertenece, del que procede, y del que es parte integrante, siga viviendo tranquilo.

Esta es la Institución a la que cada día quieren venir más jóvenes, porque como dijo su fundador, el Duque de Ahumada, “es donde mejor se sirve a España”. Brillante hoja de servicios tiene la Benemérita en sus 173 años de existencia, junto a una larga lista de muertos, heridos, mutilados y huérfanos. Para que después el marxismo intolerante y sus medios informativos, tengan el cinismo de decir que la Guardia Civil es una fuerza represora.

Así les han llamado los separatistas en Cataluña por cumplir estrictamente con lo ordenado por la Autoridad Judicial. Y mientras, eran abandonados a su suerte por el gobierno de la nación con su cobarde ministro del Interior a la cabeza, y vilmente traicionados por los mozos de escuadra.

Imagen de archivo de una operación de la Guardia Civil

En San Carlos de la Rápita, varias patrullas de la Guardia Civil fueron atacados con una lluvia de adoquines, por aquellos que los medios informativos separatistas y marxistas internaciones llaman “pacíficos ciudadanos”. Lo que no esperaban esos indeseables, era la reacción de la sociedad española contra esos insultos y esas agresiones.

Los españoles de bien; los españoles decentes; los que contribuyen con su trabajo, su esfuerzo y sacrificio a la vertebración de la Patria, y además cumplen fielmente con el orden establecido, han salido a la calle para decirle a toda esta gentuza y al gobierno de la nación, que ya está bien; que se acabó el cachondeo; que la Constitución se respeta; y que España unida jamás será vencida. El pueblo español ha salido a la calle para decirle alto y claro, tanto a la Guardia Civil como a la Policía Nacional y a los buenos catalanes, ¡que no están solos!

Reconozco que después de muchos años, por fin he visto reaccionar a nuestro pueblo, y eso me reconforta, pero una vez más me he sentido maravillado ante la serenidad de este Cuerpo, que lo da todo sin esperar nada a cambio, y que sigue su andadura con la norma de devolver bien por mal, cambiando el auxilio por el insulto, y el abrazo claro y de frente por el golpe bajo.

Ahora que se aproxima el día 12 de octubre, festividad del Pilar, patrona de la Guardia Civil, quiero rendir un homenaje a todos los guardias civiles y sus familias, especialmente a los que ahora mismo se encuentran en Cataluña. Un homenaje de admiración y respeto a unos hombres y mujeres que, a pesar de la barbarie separatista, y en momentos tan trascendentales para Cataluña y para España, están dando un ejemplo de sacrificio, abnegación y entrega al servicio de todos los españoles.

Que este ejemplo de abnegación y servicio a una sociedad que quiere permanecer unida, estimule a toda la Institución a ser más profesionales que nunca.