El riesgo de morir tras un infarto es mayor en las mujeres
Investigadores de la Universidad Técnica de Munich (Alemania) han constatado que la mortalidad tras un infarto de miocardio es mucho mayor en mujeres que en hombres durante el primer año, según los resultados de un trabajo publicado en la revista ‘PLoS One’, lo que evidencia la necesidad de ofrecer una atención más intensiva en esta etapa.
El infarto agudo de miocardio es una enfermedad más asociada a los hombres, ya que representan alrededor de dos tercios de los pacientes hospitalizados tras sufrir un accidente cardiovascular de este tipo. Sin embargo, los estudios de los últimos años han demostrado que las mujeres presentan una mayor mortalidad, tanto por el infarto como a posteriori.
Esto puede deberse, según apuntaban algunos expertos, a que las mujeres sufren infartos “diferentes”, ya que suelen tenerlos 10 años más tarde que los hombres, a una edad en la que también pueden confluir otras enfermedades como la diabetes.
Además, se ha visto que también es menos habitual en las mujeres que el infarto esté ocasionado por un estrechamiento localizado de los vasos sanguíneos, que se puede ampliar con relativa facilidad. En cambio, sufren más a menudo enfermedad arterial coronaria difusa y, en esos caso, los procedimientos de ablación local tienen menos posibilidades de éxito.
Por ello, ha explicado la investigadora Romy Ubrich, primera firmante de este trabajo, el objetivo era ver si el riesgo de mortalidad de las pacientes después de un infarto era aún mayor después de ajustar esos factores.
En su estudio incluyeron un total de 4.100 pacientes de dos estudios, y vieron que tras un seguimiento de cinco años desde la aparición del infarto apenas había diferencias significativas por sexos si ajustaban factores como la edad o el tipo de tratamiento utilizado.
A los 5 años no hay diferencias, pero al año sí
Sin embargo, ha explicado Ubrich, fue sorprendente que “en los primeros 365 días después del infarto las mujeres tenían 1,5 más probabilidades de morir que los hombres”.
Entre las posibles razones de esta diferencia, el cardiólogo Georg Schmidt, también autor de este estudio, cree que las causas sociales y psicológicas pueden jugar un papel importante.
“En la vida cotidiana las mujeres a menudo tienen diferentes expectativas que los hombres después de un infarto. Se espera que comiencen a ‘funcionar’ antes, lo que significa que están sujetas a una mayor presión”, ha señalado.
Otro factor importante es la prevalencia de los trastornos depresivos, un problema ‘per se’ que también constituye un factor de riesgo en combinación con otras patologías.
Sin embargo, los resultados de este trabajo no tuvieron en cuenta los factores psicosociales por lo que, según los expertos, las investigaciones futuras deberán evaluar si ésta es la causa de estas diferencias o hay otras de tipo biológico, ha apuntado Schmidt.
En cualquier caso, añade, el hallazgo debe servir para que los médicos de Atención Primaria sean conscientes de que deben mejorar el seguimiento de estas mujeres y estar atentos a posibles síntomas que puedan avisar de una muerte prematura por cualquier otra causa.