La primera vez que me engañes será culpa tuya; la segunda será culpa mía
¿Se acuerdan ustedes del pacto “constitucionalista” en Vascongadas PPSOE para desbancar a los independentistas del gobierno vasco? El PP entregó en bandeja de plata la presidencia del gobierno autónomo al socialista Patxi López ¿Se acuerdan? Pues el posterior ninguneo hacia los peperos fue de tal calibre, que por no poder, no pudieron ni acercarse a rezar al funeral de Isaías Carrasco, socialista asesinado por ETA el 7 de marzo de 2008 en Mondragón, porque a Patxi y a su banda no les salió de los cojones.
¿Se acuerdan ustedes del voto masivo otorgado por los españoles al PP de Rajoy para barrer a Zapatero de la escena política, con la confianza de que si obtenía una mayoría absoluta en las Cámaras diese la vuelta a todas las canalladas y despropósitos aprobados por el “bobo solemne”? Pues ahí tuvimos el resultado. Cuatro años con mayoría absoluta y ni una sola rectificación; se dedicó a seguir al pie de la letra la “hoja de ruta” diseñada por el “supervisor de nubes”, que supuso la puesta en libertad de decenas de terroristas con cientos de asesinatos en su haber.
Pues bien, la historia puede volver a repetirse pero esta vez en Cataluña. Acaban en la cárcel por convocar un referéndum ilegal y dar un golpe de Estado, y sin embargo, pueden volver a presentarse dos meses después a unas nuevas elecciones, que algunos catalogan de un referéndum legal.
Ya tenemos por un lado, a los que se dicen “constitucionalistas” porque no a todos les agrada llamarse españoles, y por otro, aquellos a los que estos “constitucionalistas” y sus medios, denominan cuidadosamente “no constitucionalistas”, ya que, tacharlos bruscamente de antiespañoles, secesionistas o independentistas, sería poner en evidencia las graves contradicciones de la democracia, recogidas en la propia Constitución.
Pero, tal y como reza el titular, y en momentos tan transcendentes como los que ahora nos confunden, sería bueno repasar acontecimientos y realizar ciertas aclaraciones.
La persecución y el linchamiento sistemático contra los que han defendido su derecho a poder estudiar o rotular sus establecimientos en español en Cataluña, no ha sido obra únicamente de CIU, ERC, ANC, OMNIUM o la CUP como de ordinario se cree, no. También los socialistas han participado activamente en esa persecución y ese linchamiento. Los socialistas catalanes y vascos siempre se han negado, por ejemplo, a que la bandera nacional española presida los actos institucionales en esas dos regiones españolas, o han guardado un silencio sepulcral cuando en las finales de Copa del Rey entre los equipos de Bilbao y Barcelona, una parte importante de las dos aficiones se han hartado de insultar a nuestros símbolos más representativos y abuchear al Jefe del Estado. Silencio cómplice ante hechos tan graves, por no hablar del brindis con cava en sus sedes cuando ETA volaba por los aires una casa cuartel, con el resultado de decenas de muertos, heridos y mutilados, entre los que se encontraban también mujeres, ancianos y niños.
Siempre les ha ido francamente bien siguiendo esta línea de comportamiento. Un comportamiento ambiguo, cómplice, y hasta colaboracionista, que desde los gobiernos centrales los convirtió en las principales nodrizas del separatismo.
Han ido pasando los años hasta que un buen día, el pueblo español, harto de que lo ninguneen, lo pisoteen, y de que le orinen sobre su cabeza, decide lanzarse a la calle sin que a los manipuladores de siempre les diera tiempo a teledirigirlo, para rescatar los lazos negros en el pecho, los minutos de silencio, o las manos pintadas de blanco. Esta vez sale a la calle con miles y miles de banderas nacionales para sorpresa de propios y extraños, para decirle al mundo, alto y claro, que este pueblo noble está hasta los cojones de que una banda de chorizos separatistas, y las formaciones que les dan su apoyo, tengan secuestrado a un gobierno de la nación conformado por cobardes, miedosos, y asustadizos.
Por eso ha salido el pueblo a la calle con banderas nacionales en sus manos, para advertir a ese gobierno de pusilánimes, a ese Parlamento inoperante, a esa banda de chorizos liderada por Puigdemont, y a todas y cada una de las formaciones separatistas y a quienes les apoyan, que se acabó la impunidad para sus delitos de adoctrinamiento en las aulas, rebelión, sedición, malversación, insultos reiterados a los símbolos nacionales españoles, y de alta traición a la Patria.
Y ahora, que ese pueblo ya no se avergüenza de que lo llamen facha por lucir su bandera, es cuando vuelven a aparecer los oportunistas de siempre para intentar capitalizar el hartazgo y el enfado de los españoles. Siempre al acecho para subirse al vagón de cola y acabar al frente de la movilización.
Que habilidad para cambiar su discurso político y pasar, de la petición unánime para que “se pusiera la lupa en los fachas”, a salir a través de las pantallas de televisión invocando al estricto cumplimiento de la Constitución, pidiéndole al gobierno la aplicación del artículo 155 en Cataluña; de titubear sobre que bando sería más conveniente para captar votos (Podemos o Ciudadanos), a prestar su apoyo a ese gobierno cobarde, con objeto de capitalizar las movilizaciones contra los sediciosos y ser ellos los principales protagonistas.
Y, cuando al final ven huir a los líderes independentistas; cuando ya se encuentran en el vagón de cola pero dirigiendo el pacto diplomático a tres bandas, entonces, dejan de llamar fascistas y retrógrados a todos los que cuelgan la enseña nacional en sus balcones, y los tildan amablemente de “constitucionalistas”.
Y es aquí, en este momento tan oportuno, cuando considero necesario y hasta justo diría yo, decirles a estos embajadores del engaño y la mentira que, la primera vez que nos engañaron la culpa fue de ellos, pero las demás, siempre ha sido y será nuestra.
Casi cuarenta años apoyando a los secesionistas, y ahora, cuando el jolgorio y el éxtasis los emociona tras subirse a tiempo al carro pilotado por un pueblo harto del independentismo, se les olvida de repente el daño que han causado y las injusticias que han cometido en los últimos cuarenta años. Ejemplos no faltan:
El día 6 de enero de 2006, y con los aplausos del Partido Popular, el entonces ministro de Defensa, José Bono, cesaba en el cargo al teniente general jefe de la Fuerza Terrestre del Ejército de Tierra, don José Mena Aguado, por dar lectura a nuestra Constitución y alertar entonces de lo que hoy sucede en Cataluña. Rápidamente –y esto conviene recordarlo-, lo primero que hizo el ministro Bono fue informar para tranquilizar al portavoz de CiU en el Congreso, Durán y Lleida, de que el general sería sancionado.
El “delito” cometido por el teniente general Mena, para quien desde aquí solicito una reparación pública que por justicia merece, fue alertar de las “graves consecuencias que tanto para las Fuerzas Armadas como institución, como para las personas que las integran, podría conllevar la aprobación del Estatuto de Cataluña en los términos que se planteaba”.
Transcurrido siete años de aquella canallada, y por las mismas fechas, un grupo de “millonarios de la política” entre los que se encontraban nada menos que Aznar, Bono y Zaplana, convocaban a los medios informativos para hacerles saber que acababan de crear una fundación “para la defensa de los valores recogidos en la Constitución”. No se les cayó la cara de vergüenza al querer hacer suyos unos valores recogidos en una Constitución, que siete años antes quiso recordar en voz alta el teniente general Mena, pero que a un despreciable hipócrita que se ha hecho millonario con la política se le debió indigestar, como remorderá su conciencia todo lo que suene a integridad, lealtad, dignidad y honestidad.
Este artículo no ha pasado desapercibido, se lo aseguro.
Yo también me adhiero a esa reparación justa que el gobierno de España debe a un militar ejemplar y honesto como el teniente general Mena Aguado, sancionado injustamente por el hipócrita José Bono en 2006 por el solo hecho de leer la Constitución.
Uno de los grandes problemas de las mierdocracias modernas es que las noticias se suceden con tanta rapidez y son tan abundantes que han logrado que las personas nos hayamos construido un muro mental de indiferencia ante tantas y tantos latrocinios, expolios, mentiras, engaños y demás “bombones” con que cada día debemos desayunarnos. Algo que evidentemente favorece los intereses de estos regímenes. Pues nadie puede culparlos de reprimir ni ocultar información Todo es transparente. Todo es democrático. El ciudadano está al corriente de todo lo malo que hacen estos “demócratas” (cada día se me atraganta más esa palabrita). Pero claro,… Leer más »
Muy buen articulo,ilustrativo y hace justicia a quien en su dia por recordar la Constitucion fue cesado de manera ignominiosa para quien lo decidio. Justo homenaje a un veterano e ilustre soldado. Gracias Roman.
a ver si un gobierno permite la celebracion de un referendum para destruir un pais , despues de que el mal esta hecho , declara ilegal el acto , despues supuestamente persigue a los infidentes ,pero convoca a elecciones donde estos mismos son candidatos ,permite que los medios de propaganda de ellos sigan su labor , se hacen sondeos de opinion donde estos enemigos son presentados como victimas y a la vez favoritos en las urnas , quien es el traidor y quienes estan detras de estas felonias