Prontuario de hagiografías para meditar: Cipriano Mera Sanz (y XXIV)
Nacido en Madrid en 1887. Anarcosindicalista español, sincero luchador contra cualquier totalitarismo, albañil de profesión e integrado en la CNT. En 1933 se une a Durruti para crear el Comité Revolucionario de Zaragoza. A los 20 años aprende a leer y escribir en clases nocturnas.
El 18 de julio del 36 es liberado de la Modelo de Madrid y participa en el asalto al Cuartel de la Montaña, forma una columna anarquista y toma Alcalá y después Guadalajara y ocupa Cuenca que estaba en manos de la guardia civil. Fue un hombre tenaz, íntegro, honesto, sencillo y pacífico al que no se le pudo imputar ningún delito de sangre. De los pocos que merecen una “memoria histórica positiva”.
Más tarde su columna se convierte en la 14ª división, de la que es comandante y participa en la defensa de Madrid en noviembre del 36 y en la batalla de Guadalajara en marzo del 37, batalla que ganó a los italianos de la CTV, con la inestimable ayuda del barro y el mal tiempo y que no pasó de allí por mor del general Moscardó y su división Soria, que estaba al quite.
Apoyó la sublevación de Segismundo Casado de marzo del 39 y su IV Cuerpo de Ejército actuó contra los comunistas desde Guadalajara evitando que acometieran al Consejo Nacional de Defensa, con lo que deja el camino a Madrid expedito para los nacionales y así evita más derramamiento de sangre española. Mera se va a Valencia en marzo del 36 y de allí a Oran y al Marruecos francés donde trabaja como peón de la construcción, después de haber mandado tres divisiones.
Reclamado por los nacionales, el gobierno de Vichy lo entrega, es juzgado y condenado a muerte, pero es conmutada esta pena por 30 años de prisión.
Tras un indulto en 1946, se exilió a Francia y trabajó como albañil hasta su muerte en 1975 con 88 años.
Ojalá todos los republicanos (y los nacionales también) hubieran sido como él. La historia de España habría sido diferente.