La Infanta Doña Elena: “Amar el arte de la tauromaquia es amar a España”
Amar la Tauromaquia es amar «a esta España donde todos cabemos en enriquecedora convivencia, asentada en el respeto mutuo». Así lo afirmó esta noche Su Alteza Real la Infanta Doña Elena, tras recoger el X Premio Taurino ABC en nombre de los aficionados, que han sido los galardonados en esta edición por mantener viva la pasión por el arte de los toros.
La entrega del galardón se celebró en la Casa de ABC, el periódico de los toros que cumple 115 años de «alternativa», y reunió a toreros, ganaderos, empresarios, apoderados, académicos, artistas, periodistas y aficionados a la tauromaquia, el arte más puro de las artes. La Infanta fue recibida a pie de coche por la presidenta-editora del periódico, Catalina Luca de Tena; el director, Bieito Rubido, y los ministros de Defensa, María Dolores de Cospedal, y del Interior, Juan Ignacio Zoido. Ya dentro del edificio, Doña Elena recibió el saludo del consejero delegado de Vocento, Luis Enríquez; el presidente de Plaza 1, Simón Casas, y el consejero delegado de Nautalia, Rafel García Garrido.
La Infanta compartió un aperitivo con los invitados y se fotografió con los toreros en el Patio Andaluz, antes de pasar a la Biblioteca, donde se celebró la ceremonia. Tras contemplar un emotivo vídeo con lo más destacado de la temporada, Catalina Luca de Tena abrió la velada. Resaltó «el trascendental papel de los aficionados, que mantienen la ilusionada pasión por el arte de los toros», y ensalzó el apoyo de la Infanta Elena, «con su fiel asistencia a muchas plazas».
Con este galardón, ABC dice reconocer su defensa inquebrantable a la Fiesta, un espectáculo de masas respaldado por más de cinco millones de espectadores en 2017. «Cualquiera de nosotros hemos visto a Doña Elena en decenas de festejos. Y no sólo en los de carteles más vistosos, en Las Ventas o en la Plaza de los Toros sevillana, sino también en cosos como Ávila, Illescas, o Chinchón; y, especialmente, en algunos, amenazados de prohibición, como San Sebastián o Palma de Mallorca».
Una actividad de riesgo
La presidenta-editora de ABC consideró «especialmente oportuno agradecer la constancia de los aficionados, en unos años en los que la crisis económica ha afectado a todos los espectáculos». Ante los asistentes, que colgaron el cartel de «no hay billetes» en la Biblioteca, Catalina Luca de Tena ensalzó el esfuerzo, la ilusión y la pasión con la que la afición acude a las plazas en tiempos nada fáciles. «Últimamente, además, ser aficionado a los toros se ha convertido en una actividad de riesgo, por los lamentables e inciviles actos de muchos antitaurinos, que no respetan una actividad perfectamente legal y reconocida como uno de los grandes valores del patrimonio cultural español».
En su discurso, Luca de Tena hizo hincapié en «la defensa a ultranza de ABC a la Fiesta» y recordó a Victorino Martín Andrés, «extraordinario criador de reses bravas».
El broche fue por todo lo alto: «La Tauromaquia es un arte profundamente enraizado en el pueblo español. Mientras los aficionados sigan sintiendo esa ilusionada pasión, ningún ataque podrá prevalecer contra lo que, en el mundo entero, se ve como una de las principales señas de identidad de nuestra nación».
Fue en ese momento cuando Luca de Tena pidió a Enrique Ponce –«gran triunfador de la pasada temporada, maestro indiscutible y ganador de este galardón en 2010»– que subiera a entregar el premio. En medio de una ovación, la Infanta recogió el trofeo, la divisa de ABC, y tomó la palabra. Doña Elena glosó de bella manera «el arte de la tauromaquia, lugar de encuentro de un maravilloso espectáculo». «El torero, los subalternos, la gente de la plaza con sus diferentes funciones, los aficionados, el toro de lidia, el caballo… Todos se reúnen en la plaza, y se produce una obra de arte viva en la que todos participan activamente de una u otra forma», señaló.
Siglos de historia
Se refirió a las raíces de la Fiesta, «un arte que en España se lleva produciendo en cada corrida desde hace unos cuantos siglos hasta formar parte de nuestra cultura, y que a lo largo de este tiempo hemos ido extendiendo por diferentes países».
Doña Elena, que ha heredado la afición taurina de sus antepasados, habló emocionada sobre ello: «Mi pasión por los toros viene transmitida por mi familia: mis abuelos los Condes de Barcelona, Don Juan y Doña María, una extraordinaria aficionada con la que tuve la enorme suerte de compartir numerosas tardes de toros; y también, por supuesto, por mi padre, el Rey Don Juan Carlos, con el que comparto igualmente esta afición y le acompaño siempre que puedo».
La Infanta hizo gala de su afición y del compromiso de la Corona hacia una expresión genuina de arte y cultura que goza de un profundo arraigo en todas la regiones de nuestro país. Además, subrayó que ha transmitido esta afición a sus hijos, Felipe y Victoria. «Mi presencia en las plazas de toros es frecuente y asisto con entusiasmo y asiduidad, cuando me es posible, para poder disfrutar de mi afición. Afición que transmito a mis hijos, con los que comparto numerosas tardes, en las que ya escucho sus “sabios comentarios taurinos”. Estas asistencias me permiten, también, acercarme a numerosos aficionados, a los que agradezco sinceramente su cercanía y el gran cariño que me manifiestan», cinceló.
Riquísimas facetas
Orgullosa de su afición, se cruzó al pitón contrario con naturalidad y torería: «Respeto los opiniones de cada cual, y por eso me siento orgullosa de querer y de apoyar, en la medida de mis posibilidades, el espectáculo de la Tauromaquia. Amarlo es, sin duda, amar en una de sus muchas y riquísimas facetas a esta España donde todos cabemos en enriquecedora convivencia, asentada en el respeto mutuo».
Doña Elena agradeció, en su nombre y en el de la afición, «a la que tengo el honor de representar, a ABC, por su apoyo a la Fiesta, y al jurado de estos premios, por otorgarnos este reconocimiento».
En el broche de su discurso, donde mostró su compromiso perenne con este espectáculo cultural, tuvo un recuerdo especial para Victorino Martín Andrés, «que tanto hizo por nuestra Fiesta y que nos dejó el año pasado».
Tras la entrega del «Cavia de los toros», se sirvió una cena con un guiño típicamente taurino, ya que el menú incluía un sabroso rollito de rabo de toro al Pedro Ximénez. Todo ello, en mesas cubiertas con manteles color muleta y bautizadas con el rico léxico taurino, durante una velada en la que la Infanta salió por la puerta grande del coso de ABC.