La pólvora y el humo cubren Valencia un año más: las Fallas ya están aquí
La puerta de entrada de la primavera, como todos los años, viene marcada por una de las festividades más singulares ya no de España, sino del mundo entero. De hecho, sin ir más lejos el pasado año casi 7 millones de euros fueron pasto de las llamas en una sola noche. Por supuesto, esa ingente cantidad monetaria ardió en forma de 770 monumentos falleros, bajo la atenta mirada de una ciudad entera, que veía de esa manera como se ponía el broche de oro a sus fiestas mayores.
Huelga decir que estamos hablando de las espectaculares Fallas de Valencia en las que falleras, falleros y turistas venidos de todos los rincones del planeta se dan cita en la capital del Turia los días previos a San José. Esta edición promete también ser un éxito, como ya fue la del año pasado tal como recalcaban los Concejales de Cultura de la ciudad: “Valencia ha duplicado su población, no ha habido incidentes graves y han tenido un alto impacto económico en la ciudad”, tal como recoge El País.
Y es que esta celebración no para de crecer en visitantes y reconocimiento. Su último gran logro fue conseguir ser nombrada, hace algo más de un año, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. El comité resaltó que las Fallas son una expresión de creatividad colectiva que salvaguarda las artes y oficios tradicionales además de propiciar la comunicación y el diálogo entre los ciudadanos.
En este sentido, la mayor festividad de los valencianos lleva siglos celebrándose, aunque si bien es verdad que ha cambiado a lo largo del tiempo. Los primeros indicios datan del siglo XVIII, pero no se sabe mucho acerca de sus orígenes. La versión más extendida popularmente es que el día de su patrón, los carpinteros, quemaban todos los desechos de su trabajo además de los ‘parots’, unos candiles de madera que con la llegada de la primavera y mayor duración del día no necesitaban para trabajar por las tardes.
Visita inevitable para cualquier amante de las fiestas.
No obstante, las Fallas son mucho más que historia; son luz, color, fiesta, música, ruido, algo que cualquier valenciano que se precie apenas puede describir con palabras por lo que recomendará encarecidamente una visita a las Fallas al menos una vez en la vida.
Desafortunadamente, para poder visitar las Fallas hace falta planificarlo con tiempo porque la ocupación hotelera suele rozar el 100% de ocupación estos días y el transporte para llegar a la capital valenciana se abarrota. Sin embargo, hay distintos métodos para poder conocer la fiesta valenciana por excelencia evitando los anteriores contratiempos.
Una de las maneras, aunque solo apta para ciertos bolsillos sería llegar a Valencia en transporte privado por tierra, mar o aire. Hay diversas opciones, como la aplicación de JetApp para vuelos privados, que te permitirán escoger el medio de transporte que más se ajuste a tus necesidades.
Por otra parte, para presupuestos más modestos, hay otra alternativa para conocer más de cerca el mundo de las Fallas, y no son las fiestas en sí. Se trata de una iniciativa que lleva a cabo la asociación de ‘Fallers pel Món’ (Falleros por el mundo), que se encarga de montar una pequeña fiesta fallera cada año en un lugar distinto de la geografía española. Este año le toca el turno a Salamanca, después de haber visitado en ediciones anteriores ciudades como Zaragoza, Granada o Ávila. Cada vez hay menos excusas para conocer la fantástica festividad valenciana por antonomasia.