El Servicio Andaluz de Salud realizó en diez años 284 operaciones de cambio de sexo
Un total de 828 personas fueron atendidas entre los años 2000 y 2009 en la Unidad de Trastornos de Identidad de Género (UTIG) del Hospital Universitario Carlos Haya, de Málaga. Desde que la Junta decidió, en 1999, financiar el tratamiento de estos problemas en la sanidad pública andaluza, el equipo malagueño es el dispositivo de referencia autonómico y, hasta que apareció, cuatro años más tarde, la UTIG de Barcelona, ha sido el gran referente nacional.
De los 828 pacientes que demandaron en esos años asistencia en Málaga, 284 fueron sometidos a una intervención de reasignación de sexo. Son datos que aparecen en un artículo publicado en el último número de Revista Clínica Española, que compara la demanda de asistencia sanitaria en las UTIG de Andalucía y Cataluña en esa década. Aparece firmado por profesionales de estas unidades especialistas en Psiquiatría, Endocrinología y Psicología. Encabeza la nómina de autores Esther Gómez Gil, psiquiatra del Hospital Clínic de Barcelona.
Aparte de los datos en sí, esta investigación encierra el valor de ser una de las pocas referencias disponibles en la literatura científica sobre la demanda asistencial en este campo y las necesidades de la población afectada. El trabajo ha sido financiado por sendas becas del Ministerio de Igualdad y la Junta de Andalucía.
El ritmo de demanda asistencial media fue en la UTIG del Carlos Haya en la pasada década de 79,4 nuevos pacientes cada año. En la del hospital barcelonés, de 34,3 nuevas visitas hasta 2006 y, desde ese año, se detecta un incremento hasta las 80,3 primeras visitas de nuevos pacientes en Cataluña. A partir de ahí, la demanda de ambas unidades se estabiliza y es equiparable. Los investigadores creen que el incremento de la demanda catalana podría deberse a “la mayor difusión de información referente al tema”.
El perfil asistencial de los pacientes de ambas unidades es similar: de las 1.377 solicitudes de asistencia evaluadas entre ambas UTIG, más del 85% recibieron un diagnóstico de transexualismo. Llama la atención a los expertos que, en el caso de Andalucía, “la proporción de adolescentes con este diagnóstico es significativamente mayor” que en Cataluña: un 11,4% frente a un 3,9% (la media de edad de los pacientes está en los 28 años aproximadamente). La tendencia de estos casos en menores de edad -los diagnósticos en la infancia son anecdóticos-, en ambas unidades, es al incremento: según los autores del estudio, “ello indica que estos pacientes buscan atención cada vez a una edad más joven, favorecido probablemente por el mayor grado de información mediática”.
La proporción entre sexos indica un predominio del grupo de transexuales hombre a mujer, con cierta tendencia al incremento del caso contrario en los últimos años, lo que podría hablar de una epidemiología oculta del transexualismo de mujer a hombre.
La lista de espera para operarse ha sido superior “inicialmente” a los dos y tres años en el caso andaluz (en Cataluña, la cirugía de reasignación de sexo se aprobó en 2009), debido, según los investigadores, “a la bolsa histórica y al hecho de haber sido durante años centro de referencia en España y la única unidad en ofrecer cirugía de reasignación sexual”. Últimamente, según los investigadores, ese indicador ha mejorado debido a factores como la mayor dotación de quirófanos y la elección más selectiva de los procedimientos quirúrgicos por parte de los pacientes (menos genitoplastias masculinizantes en el grupo de mujer a hombre, por sus complicaciones y baja funcionalidad).
El 15,2% de las personas que acudieron entre 2009 y 2010 a la UTIG de Málaga procedían de fuera de Andalucía. En Cataluña, la proporción de ciudadanos de otras regiones que acudieron al Clínic fue del 4,7%. El análisis de procedencias geográficas aporta en este estudio otra información reveladora: el 28,6% de la demanda en Cataluña para afrontar el cambio de hombre a mujer es de personas de fuera de España: el 88% de ellas, de América Central y del Sur. Ese fenómeno no llega en Andalucía al 5%.
Según los especialistas que firman el artículo de Revista Clínica Española, “la unidad de Málaga fue la primera creada y más conocida, por lo que ha realizado funciones de unidad de referencia nacional. Ello explica que un mayor porcentaje de sus demandas procedan de otras comunidades”. Respecto al fenómeno de la demanda por parte de inmigrantes mayoritariamente latinoamericanos en la unidad catalana, ello “sugiere que existen condicionantes no sólo económicos sino también políticos, sociales y sanitarios en sus países que empujan a estas personas a la emigración”.