Europa, con la Alemania de Merkel a la cabeza, se ha convertido en la bestia negra del pueblo español
Por José L. Román.- Con referencia al reciente asesinato del niño Gabriel Cruz, y al igual que ya ocurriese en otras veintidós ocasiones anteriores entre las que se cuenta la doctrina Parot, dije en su momento que no nos sorprendería que la Unión Europea a través del Parlamento de Estrasburgo y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, acabaran dictando sentencia poniendo en libertad a la asesina del pobre angelito, y condenarán a los contribuyentes españoles a una suculenta indemnización.
Ayer nos desayunábamos con la detención de Falciani, un individuo que por motivos que todos conocemos interesa a las autoridades suizas, pero, que el gobierno español no ha tenido hasta ahora ningún interés en llevar a cabo su extradición. A raíz de que en Suiza se encuentran huidas de la Justicia española dos delincuentes como Ana Gabriel y Marta Rovira, sin que el gobierno de aquel país tenga interés en su detención para su extradición a España, nuestras autoridades nos sorprenden con esta más que sospechosa determinación.
Al hilo de todo esto, sin entrar de nuevo en el comportamiento de Bélgica y teniendo en cuenta que la Justicia alemana acaba de dejar en libertad al golpista Puigdemont sin acusarle de delito de rebelión, ¿alguien en su sano juicio puede creer, que si Alemania hubiese tenido algo que perder –como el caso de Suiza-, hubiese tomado esa decisión? Por supuesto que no. Los alemanes, como los magnates que compran nuestros equipos de fútbol, no lo hacen porque sientan los colores del club, simplemente buscan hacer negocio.
La Unión Europea, con Alemania a la cabeza, es la bestia negra no solo de nuestro pueblo, sino de todos aquellos países que no tragan con las políticas de Merkel, como por ejemplo, la islamización del Continente. Hay que recordar que Alemania cambió sus marcos por euros a razón de 1DM por 1,95€, casi el doble, mientras que en España, tuvimos que cambiar cada euro por 166,386 pesetas ¿Han leído bien?, 1 euro por 166’386 pesetas. O sea, que sin rechistar, dejamos que nos la metiesen doblada y todos tan contentos. Tan contentos, que lo que nos costaba “veinte duros” (100 pesetas), pasó a costarnos de la noche a la mañana 1€. Así, un triste café por el que pagábamos 100 pesetas, registró una subida de un día para otro, de un 66% ¿Hubo reacciones ante este dislate? Por supuesto que sí, pero silenciadas como de costumbre por el poder mediático.
Que la exigencia de un mercado común europeo se hiciera imperativa para que nuestro continente no se convirtiera en territorio económicamente colonial, es algo que parecía incuestionable. Pero sentado esto, la metodología para lograrlo podía haber sido muy distinta, y en ningún supuesto cabía admitir aquella que obligaba a alguno de sus miembros –y a España en este caso- a sacrificios insoportables. O, ¿acaso no es insoportable tener que poner en libertad a terroristas que han masacrado a nuestro pueblo, a capos del narcotráfico, y a asesinos en serie que han violado y acabado brutalmente con la vida de niñas menores de edad?
Lo cierto es, que al margen de toda consulta a la sociedad –consulta que sí se produjo en el caso de nuestra continuidad o salida de la OTAN-, ingresamos en esa Comunidad Económica sin evaluar seriamente aquellos sacrificios que todavía venimos arrastrando, y que aun afectan hoy de modo muy grave a la poca industria que nos queda, a las minas, a los astilleros, a nuestra flota pesquera, a la agricultura y a la ganadería.
La reconversión que mandó al paro a miles y miles de trabajadores; el sacrificio de cientos de vacas lecheras; la política de supresión de cultivo en terrenos de secano teniendo que arrancar olivos y viñedos; la entrada obligada de productos que también producimos aquí sin posible recurso al proteccionismo aduanero; y, la imposición del euro como moneda única, no han hecho más que restarnos competitividad, sobre todo, matando también la gallina de los huevos de oro que ha supuesto durante décadas, el turismo en nuestro país.
Oleadas de extranjeros sobre todo alemanes venían a España con las alforjas llenas, dispuestos a dejarse hasta el último céntimo; solicitaban alojamiento en los mejores hoteles, y comían, bebían, bailaban y se divertían a rabiar, mientras las divisas entraban a espuertas y nuestra hostelería gozaba de una salud envidiable. Hoy, países como Turquía o Marruecos, nos han tomado la medida; ellos tienen ahora la “peseta”; nosotros, la misma moneda que los poderosos sin salir de pobres.
Millones de turistas vienen a visitar nuestro país, en “low cost”, borrachera y todo incluido, pero con ausencia notable de aquel turista de antaño, que venía a disfrutar de nuestras costas, nuestro arte y nuestra gastronomía, y que si viene ahora ya no gasta con tanta alegría. Ya no somos competitivos.
Otra de las contradicciones más elocuentes y más repulsivas de la democracia imperante en las naciones de Europa, ya integradas formalmente en su Unión, es la siguiente: ¿Cómo es posible que siendo el sufragio universal la base imprescindible de este sistema político, cuando unas elecciones como las últimas al Parlamento Europeo contabilizaron una abstención que en España -según datos oficiales- alcanzó el 54,42 %, se insista con machacona reiteración en que esa Unión Europea goza de buena salud?
Los Parlamentos, de conformidad con los principios democráticos, no representan -a la luz de un abstencionismo sobradamente mayoritario-, la voluntad de los pueblos de Europa que han rechazado y castigado a los partidos y a sus gobiernos, porque, sin dejar de ser y sentirse europeos, no quieren una Europa Unida solo de mercaderes, sino una Europa Unida de Patrias y de ciudadanos, con una política única, exterior y de defensa.
Cuando países como Reino Unido han formado parte de la Unión Europea como “la niña bonita”, sin el euro como moneda, y a la carta.
Cuando esa misma unión de naciones ignora a España en temas tan sangrantes y vergonzosos como el del Peñón de Gibraltar, y consiente con un descaro y una parsimonia sin precedentes que Gibraltar reciba submarinos nucleares que amenazan la seguridad de nuestras aguas y nuestras costas; y siga siendo una colonia británica-paraíso fiscal donde el delito, la piratería de todo género, y el lavado y blanqueo del dinero procedente del narcotráfico se hayan convertido en su principal actividad.
Cuando ese conjunto de naciones que insistentemente se autodefinen como unidas, permiten que unas tengan mayor número de votos, o lo que es lo mismo, más derechos que otras en debates y cuestiones claves y de peso. Cuando esa Europa unida impone el euro como moneda única, pero se olvida de la pérdida abusiva sin compensación alguna de poder adquisitivo de los trabajadores de las naciones más pobres.
Cuando todo esto ocurre, se insiste por parte de los distintos gobiernos de las naciones que la integran y del parlamento de Estrasburgo, en hacer pasar por el aro a las naciones más pobres con la amenaza de ser expulsadas y excluidas de todo derecho.
Y, ¿qué decir de los “parásitos” que nos chupan la sangre desde Estrasburgo? El “cáncer de Estrasburgo” -al igual que nuestras autonomías políticas-, siguen devorándolo todo.
La decisión de Bélgica y ahora Alemania con Puigdemont, ha sido la puntilla. Los españoles tenemos razones más que sobradas para no creer en la Unión Europea. Y no podemos creer en la Unión Europea, entre otras cosas, porque su Parlamento condena insistentemente el “holocausto judío”, pero tolera el comunismo y permite que sus representantes ocupen escaños. Les importa una higa que esa doctrina ideológica tenga en su haber más de CIEN MILLONES DE SERES HUMANOS ASESINADOS, entre los que se encuentran los españoles asesinados por los terroristas vascos de la ETA.
Los 54 eurodiputados españoles que se sientan en ese Parlamento forman parte, orondos y gozosos, de un grupo selecto de 751 políticos que, por su sueldo, por las prebendas que lleva aparejado el escaño, por el reducido calendario de trabajo, y por el enorme número de asesores que pueden contratar con cargo a la Unión Europea para ejercer sus funciones, constituyen sin duda una élite política privilegiada. Entre sueldos, dietas, gastos pagados y dinero para contratar a los asistentes que ellos elijan, cada eurodiputado maneja un mínimo de 37.275 euros al mes, lo que equivale a 447.300 euros al año, sin contar con que viajan gratis en avión, tren o coche, lo que eleva la factura por encima de los 500.000 euros anuales por cada diputado. Esto explica que, pese a la escasa relevancia del cargo, no falten aspirantes.
El parlamento de Estrasburgo con Alemania a la cabeza es la bestia negra de nuestro pueblo; un “cementerio de elefantes políticos” y un balneario para “parásitos de la política”. Su labor no sirve absolutamente para nada. Les guste o no, para bien o para mal, ahí están las urnas; ahí están los resultados. La abstención abrumadora también debería tener la palabra. Esa debería ser la verdadera democracia.
Bueno, más que convertirse en la bestia negra es que ha dejado de disimular. Porque esto del tribunal local alemán no es más que el primer episodio. Ahora faltan los de Bélgica, con el primer asalto en contra de España, de Gran Bretaña, que no apunta nada bien para nosotros, y de Suíza, donde ya se han desentendido de la supuesta extradición de Don Hervé Falciani. Por cierto, también alguien tendría que aclarar qué ha pasado con esa orden de extradición suíza que parece que no es que se reactivara sino que se actualizó al nuevo formato y no hace… Leer más »
Adiós Europa, en las próximas elecciones europeas va a ir a votar su p.m….
Y no nos han quitado el sol porque no se puede…
Por ahora, tiempo al tiempo
Si si, fuera de la UE ya. Fuera de la OTAN .,!! Invasion del Peñon ya… alianza con Putin..
Ante esta bofetada, si el desgobierno actual no lo fuera y tuviese algo de dignidad, plantearía al pueblo renegociar las condiciones de permanencia en la UE mediante referendo.
La ostia que se iban a dar los valores alemanes, entre otros, en la bolsa, iba a ser chica.
…. Eso, como aperitivo y para que se fueran ambientando.
Nos han convertido en la camarera de los europedos.España antaño gloriosa milhumillada.
Por vendernos los germanos ya ¡¡¡¡hasta películas de sobremesa!!!!.No se conforman con vendernos todos los productos de alto valor añadido que osan levantar un germanholliwood a costa de nuestros bolsillos y sentidos.
¡¡¡¡Fuera ya de la casa de nuestras desgracias: UE!!!!
Una vez más tengo que felicitar al autor de este magistral artículo.
Esta breve pero detallada cronología es muy importante. Es la única manera de llegar a entender el comportamiento de la farsa de la UE dirigida desde Alemania.
España con el PP a la cabeza, y antes con el PSOE, es una nación secuestrada por esa banda de vividores al servicio de la Internacional del Dinero y la Internacional Socialista.
Lo primero :
Acabar con el estado de las autorobonomias o sea con ese despilfarro a nivel nacional, politiquillos, asesores nada, empresas públicas coloca amiguetes…….
Mirarnos lo de Bruselas si es necesario pertenecer a ese grupo de mercaderes dirigidos por Alemania.
Con lo que ganamos ahora en € funcionará os en pesetas los españoles eramos ricos, eso cafés a 100 ptas.
Hay un error en el cambio de DM por euros: Un euro es casi Dos DM y no un DM casi dos euros.
Y es cierto que La sumisión comenzó con el asesinato del Almirante Carrero por orden directa de Kissinger.
Hay que salir de la Unión Europea echando leches. Y después negociar acuerdos bilaterales que nos beneficien.
Ningún acuerdo hasta que se nos devuelva el Peñón. Si la Unión Europea no defiende nuestros intereses frente a esa nación pirata que no forma parte de la UE, ya se demuestra qué podemos esperar de ellos.
Hacia arriba: fuera UE, fuera OTAN; hacia dentro, fuera CCAA: del Gobierno a los Ayuntamientos, que son los que realmente gobiernan y para los ciudadanos. Intermediación y globalización fuera. Quien no entienda nuestra ley, que se marche a delinquir a otro lugar y el que la haga y se escape, que sea otro quien lo atrape, pero sin Europa, sino en el extranjero.
Y no sólo el comunismo . El liberalismo , la comuna de París y la liberté egalité fraternité entró a degüello con miles y miles de cabezas cortadas. Y tanto en el caso del Marxismo como del liberalismo detrás de ello …las narices masónicas.
Ay Rebeka Rebeka. Que bien le haces el trabajo a tus amos y correligionarios.
Artículo excelente.
Hoy como ayer, nada ha cambiado. El pueblo español se levantó sola y heroicamente contra Napoleón mientras los salchicheros y demás morralla europea servilmente lo aclamaban…. Después en el Congreso de Viena España, saqueada y rota por la Guerra de Independencia, es ninguneada. ¡GENTUZA!.
La estrategia es la de siempre:
Se descapitaliza (crisis, burbujas).
Se privatiza, se endeuda.
Se inunda con alógenos inasimilables,
Se enfrenta a varones y mujeres, se rompen familias, se promueve el homsexualismo, etc.
Se islamiza.
Se denigra y degrada (vieja leyenda negra reavivada)
Amenaza de repetir la destrucción de Serbia, guerra Irak, destrucción Libia, Siria, desestabilización de Ucrania, etc..
Mundo futuro: dictadura NWO, paraíso de los parásitos; islamización, deuda, miseria para el pueblo..
Media Cateto-luña (jubilados, estudiantes, charnegos…) defiende ESO.
Desengañemonos los Europeos somos nosotros, somos los herederos de Roma, Grecia y del Cristianismo, a los hechos me remito…
Los últimos romanos son los europeos del este.
Muy buen artículo, lo suscribo párrafo a párrafo.
Ya es hora de largarse de esta UE que no es más que una putrefacta sentina de políticos sin escrúpulos. No pintamos un carajo en la Europa de la Merkel y compañía. Cerremos filas y salgamos de la zona euro.
Alemania, le debe a países como España la financiación de su reunificación, para a cambio recibir su miserable oprobio. Larga vida a Rusia.