Ser fiel al Partido Comunista, un requisito para ser donante de esperma en China
Ser fiel a los principios del Partido Comunista de China es uno de los requisitos que deberán cumplir los donantes de esperma en China, según una campaña lanzada por el hospital de la Universidad de Pekín.
El diario independiente South China Morning Post se hizo eco este viernes de esta campaña por la que los donantes, además de gozar de buena salud, deben tener “cualidades políticas favorables”, “amar a la patria socialista y abrazar el liderazgo del Partido Comunista”.
“Deben ser leales a las tareas del partido, ser dignos, respetuosos de la ley y estar libres de problemas políticos”, añaden los requisitos, publicados a través de las redes sociales.
Además de cumplir con los requisitos políticos, los posibles donantes deben tener más de 20 años y no mostrar signos obvios de pérdida de cabello, daltonismo o problemas de peso.
Según apunta el diario, esta es una muestra más del impulso del Partido Comunista de China para extender su control sobre todos los aspectos de la vida de los ciudadanos.
Para poder ser donantes, los hombres tendrán que pasar dos rondas de pruebas, una que verifique la calidad de su semen y otra para la salud general y el estado físico.
Aquellos que pasen las pruebas recibirán 200 yuanes (unos 32 dólares) inmediatamente y aquellos que donen con éxito serán recompensados con 5.500 yuanes (unos 870 dólares).
Sin embargo, pese al requisito político, no parece haber ninguna prueba para contrastar la fiabilidad política de los donantes.
Los donantes necesitarán donar alrededor de 10 veces en el espacio de seis meses para asegurar que haya un suministro adecuado para la inseminación artificial.
La demanda de esperma donado ha aumentado considerablemente en China después de que Pekín acabara con la política del hijo único y apostara por el fomento a la natalidad.
El 1 de enero de 2016 y con el objetivo de contrarrestar el envejecimiento demográfico entró en vigor la reforma legislativa que permite a todas las parejas chinas sin excepción tener dos hijos.
Esta posibilidad antes solo la tenían algunas parejas como las formadas por matrimonios de hijos únicos, campesinos o miembros de minorías étnicas.
Se puso así fin a un estricto control de natalidad que, según estimaciones, evitó unos 400 millones de nacimientos y que, a la larga, causó desajustes en la pirámide demográfica con un envejecimiento de la población y un desequilibrio entre el número de hombres y mujeres.