“España vive una crisis existencial tan grave o más que la del 98. Entonces tuvimos una gigantesca élite intelectual que encabezó la frustración nacional. Hoy sólo tenemos una colla de cobardes y de traidores incrustados en todos los ámbitos de la sociedad española. El Gobierno del PP ha tirado la toalla en Cataluña. Sabe que está políticamente acabado y nadie del ejecutivo quiere plantar batalla política al separatismo. La última noticia es que no habrá casilla de español en las preinscripciones escolares en Cataluña. Una traición más de Rajoy a los catalanes que nos sentimos profundamente comprometidos con el porvenir de España. Y lo peor es que ningún partido de los que están en el Congreso son alternativa de nada. Son una banda de miserables”. Son declaraciones hechas hoy por el presidente del Círculo de Empresarios de Tabarnia, Gerard Bellalta, en respuesta al cúmulo de graves acontecimientos que gravitan sobre la vida española.

Se pregunta al respecto con contundencia: “¿Es que el Consejo Superior del Ejército no tiene los cojones de decirle que le diga a Rajoy que esto no puede seguir así?”.
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El Consejo Superior del Ejército es el órgano asesor y consultivo de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal. Está compuesto por el JEME; el director general de Armamento y Material, el jefe del Eurocuerpo, el inspector general del Ejército, el jefe del Mando de Canarias, el 2º JEME, el jefe del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad, el jefe del Mando de Adiestramiento y Doctrina, el jefe de la Unidad Militar de Emergencias, el jefe del Mando de Personal, el jefe de la Fuerza Terrestre, el 2º jefe del Cuartel General del Mando de la Fuerza Conjunta, el jefe de la Fuerza Logística Operativa y el secretario del Consejo Superior del Ejército. Se reúnen una vez al mes.

Bellalta insta a este órgano a hacerse eco de los actos de odio y violencia que sufre en Cataluña cualquier persona que defienda sus sentimientos españoles. “Hay compatriotas que necesitan más de nuestros profesionales de la milicia que los afganos. Denunciamos a Rajoy por su cobardía y por su inacción, y es verdad, pero también los generales tendrán que responder en el futuro ante sus conciencias qué es lo que hicieron, conforme al mandato constitucional, mientras observaban de brazos cruzados cómo la nación española se iba a pique por acontecimientos que eran muy previsibles”, señala el empresario barcelonés.

Comparte Bellalta la opinión de Javier Somalo de que “no estaríamos en Alemania ni habríamos pasado por Bélgica o Suiza de haber tenido los arrestos para acabar con el órdago separatista en casa, pero Pilatos se lavó las manos dejando el destino de España en la bocamanga de los jueces”. “Pocas veces un gobierno ha estado tan respaldado como el de Rajoy para plantar cara a los golpistas. En España, el Ejecutivo está concebido para vivir en La Moncloa, y de la política de Estado que se encarguen los tribunales. El desgaste por la defensa de la democracia y el imperio de la Ley que se lo remitan al juez Llarena y a su familia, que ya sufren el terrorismo de la diana en la frente”, añade.

“El gobierno de España está instalado en la política de pudridero y en acatar, por no madrugar, lo que digan los tribunales propios y ajenos. ¿Es esto gobernar? No, pero hay todavía más insultos que inventariar. El pago de la fianza al golpista Puigdemont lleva el sello del Banco de España y ha salido de los Presupuestos del Estado, los mismos que costean cada afrenta en TV3. ¿Alta traición? Sí, pero dónde. ¿Malversación? También, pero de quién. ‘Ni un euro –dijo Cristóbal Montoro– se va a dedicar al referéndum’. Pues además de que aquello era mentira, ahí están –una vez más– Omnium Cultural y la ANC, o sea, la República de Cataluña declarada y firmada, depositando el sucio dinero español porque Madrid sí paga traidores. España se ha ido a hacer puñetas en Cataluña usando a los jueces para esconder la cobardía. Se tarda mucho en confeccionar tanto bordado y encaje que adornan las bocamangas de las togas, por eso se hacían en conventos, y hasta en cárceles, en los largos tiempos muertos del retiro. Ahora la solución togada al golpe, por omisión del deber de gobierno, se complica con interpretaciones extranjeras que sólo confirman otra desgracia más: la insistencia de Europa por autodestruirse. Eso sí, a imagen de España”, concluye el dirigente empresarial.