Cataluña da consignas a sus maestros para que enseñen un español “sencillo”
El castellano lleva años castigado en las aulas catalanas. La inmersión lingüística ha consagrado al catalán como la única lengua vehicular en la escuela y el español tiene hoy el mismo peso curricular en Cataluña que la lengua extranjera (excepto en los centros que, por imperativo legal, cumplen con el 25 por ciento de castellano, lo que supone una asignatura troncal más en esta lengua). A esta discriminación en en el currículo se añade, el diferente trato que los maestros, guiados por consignas que les llegan del departamento de Enseñanza, dan a las asignaturas de catalán y de castellano en los primeros años de aprendizaje (de los 6 a los 12 años).
Este diario ha tenido acceso a los documentos que los profesores reciben desde el departamento y en los que se les orienta sobre cómo evaluar e impartir, entre otras, las asignaturas de Lengua Catalana yLengua Castellana en la Educación Primaria.
En los documentos, pensados, según arguye la Generalitat, «para que sean útiles a los docentes en el proceso de toma de decisiones para la mejora del aprendizaje de sus alumnos», llama la atención, de entrada, que en los primeros años de esta etapa, en el Ciclo Inicial, en el bloque de contenidos y en el caso de la Lengua Castellana se matice de forma reiterativa que los textos a trabajar deben ser «sencillos», matiz que no aparece, sin embargo, en las orientaciones para la asignatura de Lengua Catalana.
En catalán, textos a secas
Así, dentro del bloque de expresión escrita en la materia de castellano se aconseja a los maestros que usen con los alumnos «estrategias para la producción de textos escritos sencillos», «utilicen los recursos informáticos para escribir textos sencilllos», o «la aplicación de los conocimientos sobre el funcionamiento de la lengua en la producción de textos escritos sencillos». En el caso de la asignatura de catalán las recomendaciones son las mismas sin el apunte de que los textos no tengan dificultad.
El matiz vuelve a repetirse también en el bloque de educación literaria de esta etapa, en el que la Generalitat aconseja para los contenidos de la asignatura de castellano «comprensión de textos literarios sencillos», «reproducción oral de textos literarios sencillos», «lectura en voz alta de textos literarios sencillos»…Al igual que en el bloque anterior, en el caso del catalán desaparece el calificativo y se refiere a «textos literarios» sin más.
Una mayor exigencia
El diferente tratamiento que se aconseja a los docentes para las dos asignaturas se concreta también en los últimos años de esta etapa, en el ciclo superior, donde el nivel de exigencia de los docentes para los alumnos con respecto a una y otra materia es también diferente.
Así, por ejemplo, a los alumnos de castellano se les exige «participar de forma activa en las situaciones comunicativas, respetando las normas de interacción oral», mientras que a los de catalán les reclaman «participar activamente en las conversaciones de clase y usar un lenguaje comprensible para las funciones básicas como relacionarse, aprender, expresar experiencias vividas, imaginar. Saber escuchar a los otros y respetar los turnos de palabra». También en el caso de la asignatura de catalán se pide a los estudiantes que «expongan temas de producción propia oralmente (exposiciones, procesos, comentarios de actualidad, entre otros), con preparación previa y adaptando la entonación, el tono de voz o el gesto a la situación comunicativa». En Lengua Castellana esa exigencia se concreta en «realizar exposiciones orales con orden, coherencia y claridad (conocimientos, vivencias, hechos) usando adecuadamente recursos no lingüísticos (gesticulación, soportes visuales)». Estos son solo dos ejemplos que demuestran que a los alumnos catalanes se les reclama un mayor conocimiento del catalán que del castellano.
También entre los objetivos a conseguir en el Ciclo Superior en cuanto a Lengua Catalana consta el de «mostrar seguridad en la ortografia de base, un buen conocimiento de las normas ortográficas que responden a las leyes constantes y haber aprendido algunas normas de excepción y algunas excepciones ; haber memorizado las pasabras de uso frecuente».
En las recomendaciones a los docentes para el dominio del castellano ese punto no aparece. Se limita a apuntar que deben «conocer las normas ortográficas y apreciar su valor social».
Objetivos en plurilingüismo
Al margen de las indicaciones específicas por materia para cada curso de la etapa, la Generalitat presenta también a los profesores unas recomendaciones para fomentar la dimensión plurilingúe e intercultural. Para evaluar este ámbito, el Govern apunta a los profesores que tengan en cuenta una serie de aspectos, cinco en total, entre los que figura que «valoren de forma especialmente positiva a aquellos alumnos que se impliquen en el aprendizaje del catalán por parte de los nuevos alumnos o de los que tengan dificultades para expresarse en esta lengua».
En el documento de resumen de competencias básicas, en dimensión plurilingüe, se expone, asimismo, que «los alumnos sean conscientes del nivel de pertenencia a la comunidad lingüística catalana y muestren interés por el uso de esta lengua».
La Generalitat lleva años presumiendo de que, pese a recibir íntegramente la enseñanza en catalán, los alumnos de Cataluña acaban dominando por igual el catalán y el castellano. ¿Es realmente posible que obtengan un buen resultado en un idioma que sólo estudian en clase durante dos horas a la semana?
El filtro de PISA
Según el gobierno catalán, sus alumnos presentan en los informes PISA un nivel de comprensión lectora superior a la media española. Obvian, sin embargo, un detalle importante: que la prueba se hace en catalán, por tanto, no mide la comprensión lectora en español.
Lo que sí evidencia PISA es que el nivel de fracaso de los alumnos castellanohablantes es sensiblemente más alto que el de los catalanes, algo lógico, según los expertos, si se tiene en cuenta que se escolarizan en una lengua que no es la materna.
Otro argumento del Govern es que el catalán debe reforzarse desde la escuela porque está en desventaja respecto al español en el ámbito social. Según datos de la preinscripción (durante la etapa de la consejera Irene Rigau), la lengua que conocen y en la que se expresan y se sienten cómodos los niños cuando llegan a la escolarización obligatoria es mayoritariamente el catalán y no el español como argumenta la consejería. Según las citadas estadísticas (correspondientes al curso 2013-14), un 15,83 por ciento de todos los que rellenaron la preinscripción ese año, afirmaron entender el catalán, frente a sólo un 7,23 por ciento, que alegaron que la lengua en la que se sentían cómodos era el español, menos de la mitad con respecto a los primeros.
(ABC)
No hacen falta tales consignas, los profesores ya aplican la “solución” desde hace décadas.
Podremos dar todas las vueltas que queramos y decir que son muy malos. Pero el responsable es el gobierno español, el de ahora y los anteriores. No han hecho más que tolerarlo y crear las condiciones para su desarrollo.
Con el agravante que la Consejería depende del Ministro de Educación, que es quien debe haber autorizado las instrucciones en cuestión.
Mças sencillo que el que se enseña en el resto de España castellano parlante imposible.
Hasta cierto punto es una medida terapéutica, es sabido que el español es el idioma más completo del mundo y su procesamiento para aprovechar todas sus posibilidades exige de una cierta cultura , para adquirir cultura se necesita un pensamiento y una capacidad del entendimiento racional, esto es no padecer alguna discapacidad intelectual,
Es por eso que a los catalufos no le pueden exigir un entendimiento completo del idioma español
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Totalmente lamentables las consecuencias para los alumnos…