Sardá se promociona ofendiendo a los españoles
Miguel Massanet Bosch.- Hacía tiempo que no se oía hablar de J.Sardá, aunque hubo un tiempo que nos demostró su talla moral, su altura intelectual y su progresismo; cuando tuvo la humorada de presentar en la TV aquel infumable programa denominado “Crónicas Marcianas”. El señor Sardá se hizo un traje a medida con aquella sarta de memeces, de astracanadas, de indecencias y de ataques hacia la Iglesia y cualquiera que fuese el “atrevido” que no comulgara con su atrabiliario temperamento y sus particulares ideas sobre lo que son la ética y la moral; utilizando todos los medios y trucos, (incluido a Boris Eizaguirre), para fomentar las más bajas pasiones de la audiencia, un público ad hoc que lo jaleaba y le reía las gracias.
J.Sardá es el hermano de la artista María Rosa Sardá a la que, por supuesto, le debe la oportunidad de debutar en la TV, algo que no creo que hubiera ocurrido sin la ayuda de “hermanísima”.
Por desgracia y sonrojo de aquellos que presentan programas de interés, valor social, cultural y científico, este tipo de basuras se han ido repitiendo con demasiada frecuencia. Existe un público entregado que disfruta con lo soez y se alegra de que se vapulee a aquellos a los que no puede igualarse y de que se los ridiculice mediante el insulto, la patochada, la horterada y el chiste fácil y ramplón como medio de contentar a sus demonios personales.
Y, la verdad es que se ha llegado a un punto en el que, hasta llegamos a pensar que, aquel programa dirigido por el señor Sardá se podría considerar como “apto para menores”, si es que nos entretenemos en repasar la serie de esperpentos, de similares características, que las cadenas de televisión han presentado, casi sin excepción,. para conseguir atraer el morbo de los espectadores y ver incrementada la audiencia utilizando el recurso a lo soez, lo escatológico y lo indecente; de modo que, incluso, según parece que está empezando a suceder, los que eran adictos a este género, empiezan a desertar de ellos hartos de tanta inmundicia. Un concurso, en especial, resulta especialmente repelente; se trata de “El juego de tu vida” presentado por la catalana Emma García, que, sin duda es la expresión más deleznable del sado-masoquismo televisivo. En él, sin ninguna clase de pudor, vergüenza ni reparos éticos, se somete a los concursantes a una especie de tercer grado, ante sus propios familiares y amigos, donde el concursante debe contestar a una serie de preguntas para conseguir importantes premios en metálico. Lo que ocurre es que, las preguntas a las que se somete al sujeto en cuestión, no son precisamente sobre cuestiones de cultura, saber o test de inteligencia, nada de esto, se trata de interrogatorios sobre cuestiones familiares, íntimas, afectivas que pueden ofender o disgustar a terceros ( familiares y amigos); de modo que, las respuestas pueden causar verdaderos traumas familiares. El interrogado se le somete a la prueba de la “máquina de la verdad” o, el “polígrafo”; un artefacto que pone en evidencia al concursante si intenta mentir y, consecuentemente, si pierde el dinero acumulado.
Algo denigrante que parece imposible que las autoridades permitan que se emita y que se de carta blanca a semejante “checa” psicológica. Aunque, vista la moral de nuestros gobernantes y su “especial”, sentido de la ética, no nos deberíamos de extrañar de que así ocurra, porque sólo de trata de convertir a la sociedad española al materialismo e imbuirla de la famosa filosofía relativista del “todo vale” para saciar los más bajos apetitos de esta progresía a la que hemos entregado España. En todo caso, no me habría molestado en escribir una sola línea para comentar la presentación de libro del señor Sarda, (libro que no pienso leer), sino se hubieran producido unas declaraciones de su autor que ya sobrepasan por su grosería, su falta de respeto por los ciudadanos que no opinan como él y su habitual sentido de la decencia intelectual de la que no parece andar muy sobrado. La línea roja que debe ser respetada en toda democracia, que fija el límite de la consideración que se debe tener por las ideas, cualesquiera que fueran, de la ciudadanía, sin pretender, mediante descalificaciones, ofensas o hiriendo los sentimientos patrióticos de quienes los conservan, utilizando palabras ofensivas, injuriosas o humillantes, que puedan afectar a aquellos símbolos, preceptos o instituciones que se hallan protegidos por la misma Constitución española. Por ello y por la indignación que me han causado las declaraciones del señor Sardá, no puedo quedarme callado sin darle una contestación adecuada o, al menos, intentarlo.
Claro que, la intención que se esconde detrás de las declaraciones del señor Sardá, no tienen otra meta que, por medio del escándalo que puedan producir en una parte de la ciudadanía y el regocijo con el que lo puedan recibir los grupos más de izquierdas y progresistas, darle publicidad a su obra para conseguir que, en unos momentos en que es difícil vender un libro, aunque este fuere bueno, haya alguien que tenga el humor y el mal gusto de adquirirlo. Resulta algo difícil de digerir que este señor se haya atrevido a decir: “a mi me la refanfinfla tanto la bandera española como la bandera catalana”. En primer lugar, el palabro no es como lo ha utilizado el señor Javier Sardá, sino que la expresión es “repampinfla” y, en segundo lugar, utilizar semejante expresión para referirse a el símbolo nacional e incluso a la bandera de su autonomía, no es más que una falta de educación y de respeto para todos los españoles, algo que, seguramente, ha pretendido el “avispado” sujeto. Y es que estos señores que consideran un mérito renegar de todo, hasta de su patria, son una raza especial a la que lo único que les preocupa es enriquecerse y, para ello, saben que, en este mundo en el que nos ha tocado vivir, la única forma de destacar es desbarrando y remando a contra corriente.
Pero no acaban aquí las “lindezas” de este enfant terrible del periodismo catalán, porque para él, el gran problema entre Catalunya y España es que “en Catalunya somos muchos los que ya no quieren un Estado federal porque se sienten directamente independentistas (supongo que, un escaso 20% de la población que se manifestó a favor de la independencia, para el señor Sardá, son muchos; yo diría que, una quinta parte del censo catalán, no es más que una minoría), mientras que en España hay muchos que no quieren oír hablar de un estado federal por puro clasicismo españolista”. ¡Y yo que pensaba que este “clasicismo españolista” estaba avalado por la propia Constitución de 1978! Lo que nos debería explicar a los españoles el señor Sardá es de dónde sacan los clasicistas antiespañolistas catalanes estos derechos que esgrimen relativos a su independencia. Porque todos los intentos que hicieron para conseguir esta independencia utópica que parecen perseguir, han culminado en fracasos sonados; como ocurrió con el señor Rafael Casanova, nombrado ciudadá horrat por el archiduque Carlos (para los catalanes CarlosIII) que tuvo que ceder ante las tropas de Felipe V cuando defendía Barcelona (más tarde se le perdonó y siguió su vida de abogado); no mejor suerte tuvieron las intentonas de Masiá y Companys de declarar el famoso Estat Catalá. En fin, señor Sardá, que de ilusiones también se vive.
Pero, cuando nos habla de su particular idea de la libertad de expresión y carga, sin contemplaciones, contra la “extrema derecha mediática (¿por qué será que, para estos de la izquierda, todos los que no opinan como ellos o son fascistas o extrema derecha?), con la plataforma digital de Intereconomía que parece promocionar el eslogan ‘hágase independentista en tres semanas’” Sí señor, usted es de los que ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el suyo propio. ¡Que pena de sujeto! O, señores, así es como lo veo yo.
El señor Sarda es solo un ejemplo del grado de abyeccion al que han llegado los periodistas y los medios de comunicacion en España.Nuestra nacion se regodea en sus propios excrementos, se revuelca en sus inmundicias y hoza en el estercolero, como haria un jabali hediondo.La fetidez se esta haciendo insoportable.