El hombre jugando a ser Dios
Álvaro Martínez.- Iba a durar unos «pocos minutos» sin ventilación… Pero no, Alfie Evans, apenas un bebé, propinó ayer la más hermosa lección de vida que uno pueda imaginar y, a la vez, el más duro varapalo que pudieran recibir los jueces (varios) y los médicos que combatieron, en la consulta y en los tribunales, contra la voluntad de los padres de que el crío no fuera desenchufado aun conociendo su gravísimo diagnóstico. Esos «pocos minutos» se fueron alargando y se convirtieron en horas. Alfie seguía respirando por su cuenta, sin tubos, y a los doctores del Hospital Infantil de Liverpool y al juez del Tribunal Supremo encargado del caso se les iba poniendo cara de Herodes cuando, con despiadada obstinación, volvieron a rechazar el ofrecimiento in situ de un responsable de un centro médico romano que se ofrecía a atender al niño. Hasta el avión medicalizado tenía listo. El Papa volvió a solicitar clemencia, pero no hubo manera. Alfie, que seguía respirando por su cuenta, debía morir sí o sí porque un juez, ilusamente disfrazado de Dios, así lo había sentenciado. Solo los ruegos del padre motivaron que se hidratase al crío y se le pusiera la mascarilla.
Tom y Kate, padres jóvenes y luchadores por agotar hasta el último átomo de esperanza, han librado una bellísima batalla para conseguir el traslado de su hijo a un lugar donde no se adelantara su muerte. Hasta Estrasburgo fueron, pero la Corte de Derechos Humanos, esa que facilita que etarras sanguinarios salgan de la cárcel antes de tiempo, se mostró igualmente inflexible.
¿Cuál era el problema para que fuese trasladado a otro hospital de otro país donde sí se hicieran cargo de sus cuidados? Solo uno, el estúpido empecinamiento de unos funcionarios con toga negra o bata blanca autoerigidos en dueños de la vida del niño. Cuando hoy se mira hasta por el confort de las gallinas en las granjas avícolas, parece que hay quien prefiere que un paciente deje de ser un latazo.
Hablamos del hombre jugando a ser Dios, decíamos arriba, mal asunto… Y síntoma de lo fácil que la cultura de la muerte ha anidado en parte de nuestras sociedades, esas que se atreven a administrar la vida y la muerte a su antojo y que ayer tuvieron un mal día: cayeron derrotadas por un crío de 23 meses, con el cuerpo enfermo sí, pero con un yacimiento de coraje y de vida en el alma.
Inglaterra, la pérfida albion, en manos de la masonería desde 1645, cuando Cromwell instaló la dictadura protestante y masónica, asesinando a Carlos I por disolver el parlamento masón, para controlar las finanzas y dársela a los judíos, al igual que la banca federal de EEUU controlada por ellos, por lo que asesinaron a Lincoln, Garfield , Mc Kinley y a Kennedy, por querer quitarles dicho control. Hoy, a pesar del cinismo Inglés, sigue en guerra de odio contra la España católica. Por eso el Juez masón y presidente del grupo Gay de la justicia inglesa, impide el traslado del niño… Leer más »
Es odio a Dios. Esta es la clave.
Y nuestro deber es aplastar la cabeza de la serpiente.
DIOS LE ESTÁ DANDO VIDA, y nos está demostrando dos cosas:
– Que nuestra VIDA depende de DIOS, y no de los médicos.
– Y que los británicos son unos grandes hideputas (médicos incluidos).
BIEN POR EL PAPA FRANCISCO Y POR ITALIA, QUE HAN DEMOSTRADO UN SEÑORÍO DEL QUE CARECEN LOS HIJOS DE LA GRAN… BRETAÑA.
Rezaré por este pobre chico. Ojalá se salve o, por lo menos, NO SUFRA.
Todo mi apoyo a sus padres, que han demostrado un gran coraje. Rezaré por ellos.
Nada ocurre sin la Voluntad de Dios. Él rige el movimiento de los astros, impulsa el viento, hace germinar la hierba. El nos da la vida, como se la ha dado a Alfie, que vivirá el tiempo que Él haya dispuesto y que, cuando así lo decida, y como a todos nosotros, llamará para que estemos junto a Él. Porque no existe la muerte pues Jesús la ha vencido…Alegrémonos…