¿Cómo se le puede atribuir la virtud de lealtad a quien te llama “indecente”?
Solo han transcurrido unos meses desde que el PNV a través de su portavoz, entregaba una lista de condiciones cuyo coste se estimaba monstruoso, y advertía al gobierno de Rajoy que si el Ejecutivo no retiraba la aplicación del artículo 155 en Cataluña no prestarían sus votos para la aprobación de los Presupuestos.
Pues bien, hace escasamente unos días, el presidente Rajoy se dirigía a Albert Rivera ante la decisión del líder de Ciudadanos de no seguir apoyando al gobierno si continuaba la impunidad del independentismo en Cataluña, que debería aprender de la lealtad del PSOE en cuestiones de Estado.
No sabemos si la lealtad del PSOE tenía que ver con la bajada de pantalones del gobierno con los separatistas vascos y los terroristas de ETA tras el mensaje de Josu Ternera; si se refería a la puesta en libertad de los asesinos con cientos de víctimas en su haber, o si estaba haciendo alusión al chivatazo del bar Faisán por orden de Interior para que los terroristas no fuesen detenidos por la Policía. En cualquier caso, ¿cómo se le puede atribuir la virtud de lealtad a una formación liderada por quien te llama “indecente”?
Hasta ahora, siempre habíamos creído que la independencia de Vascongadas del resto de España era el fin que perseguían tanto el PNV como la ETA. Esto lo saben bien el PSOE y el PP, que son quienes han negociado con los separatistas y con los terroristas a la vez que lo negaban.
Por otro lado, las víctimas de la ETA han sido siempre para los criminales de una utilidad suprema. En ellas, en su número, han vislumbrado su victoria. Lo que no obsta, para que tampoco olvidemos que, Arzallus, Atucha, Eguibar, Caraicoechea, Ibarreche, y ahora Urkullu, desde sus trajes de Armani y sus posiciones burguesas, han dicho lo mismo que los criminales, aunque sin hacer lo mismo. Y esto, también es delito.
La Fiscalía, debería ejercer su ministerio poniendo la cárcel al alcance de todo aquel que incumpla y atente contra la Constitución, en la misma medida que la pone, para cualquier español que incumple con Hacienda o con la Seguridad Social. La sangre asusta mucho, pero viene inducida por aquellos que, aprovechando las facilidades propuestas en su día por el duque de Suárez, han conseguido que, tener en portada de periódicos y televisores, todos los días, la independencia de España, no sólo no sea delito, sino que se considere algo normal.
Publicitar el final de ETA con bombo y platillo con casi cuatrocientos asesinatos sin resolver, o seguir con la aplicación del artículo 155 en Cataluña sin cerrar los medios golpistas e inyectando dinero público para mantener el autogobierno y el adoctrinamiento antiespañol, es sencillamente poner en valor la cobardía de un gobierno que, no solo traiciona a su pueblo, sino que se cisca en sus votantes.
El gobierno sabe que los terroristas, una vez en la calle, seguirán pisoteando la Constitución al igual que lo hacen los que se denominan pacíficos, aquellos que sin empuñar la “parabellum” y sin poner bombas también son separatistas.
Seguirán hablando de independencia y de autodeterminación como de algo normal. De hecho, estamos llegando a considerar normal el fraude y la corrupción, lamentablemente incrustados hoy en el corazón de las instituciones, de tal manera, que muchos españoles ya empiezan a preguntarse, si se van a ver obligados a entrar por las horcas caudinas, del mundo del fraude, la estafa y el soborno.
La descomposición de España está más que pactada. Pero, esa descomposición, que hasta ahora creíamos adornada con corruptos del 3% y aldeanos transfigurados por Armani, o por encapuchados con dinamita entre las manos, resulta que la llevan firmando en secreto con todos aquellos, los que han gobernado la nación durante los últimos cuarenta años.
Quise decir: “Ni se os quiere ni se os odia, simplemente se os desprecia”.
Cierto. Pedro Sánchez en representación del PSOE llamó “indecente” a Mariano Rajoy en un debate televisado que vio toda España. Y ahora, sin vergüenza torera, el siniestro cobarde que representa al PP al frente del gobierno de la nación, se felicita de la “lealtad” del PSOE.
¡Farsantes y traidores! Si se os quiere ni es os odia, simplemente se os desprecia
Demasiado alto el listón para tales personajes.
Bien escrito.
A los que están en el poder español les importa un carajo el destino de España, sus miras son las de chupar y mandar, chupar a costa de nuestra humillación y asegurarse pingües pensiones