Maduro compra votos de chavistas con cajas de comida “clap”
LV.- Nicolás Maduro está convencido de que las cajas de comida lograrán su reelección por unos 6 años más en la Presidencia de Venezuela mañana domingo en las urnas. La repartición populista de alimentos para aplacar el hambre de los venezolanos es un arma poderosa para mantenerlo en el poder.
A Maduro no le ha importado que la mayoría de la comunidad internacional no reconozca los resultados de los comicios que han sido calificados de fraudulentos y amañados. El 87% de los venezolanos es pobre y está hambriento, según informes universitarios.
Para poner comida en la mesa de los chavistas el mandatario ha gastado una fortuna con fondos públicos en la campaña electoral. Y no ha tenido pruritos ni escrúpulos para declarar públicamente que compra los votos a cambio de una caja de comida que se adquiere a los que tengan el «carnet de la patria», que son como unos diez millones de inscritos.
En la Plaza Caracas, frente a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE), se observó una larga fila de usuarios con su carnet de la patria para ser beneficiados con la caja de comida Clap. Todos los consultados dijeron que votarían por Maduro. No podían decir otra cosa.
Las cajas Clap de los (Comités Locales de Administración y Producción) tienen la misma forma y color de las urnas de cartón de votación del domingo. Y en la pantalla de las máquinas electrónicas verán 10 veces el rostro de Maduro para no confundirse, por lo que la inducción propagandística es perfecta y global.
El chavista vota con el estómago y no importa que los productos que les da Maduro estén contaminados de «gorgojos» como aseguró el presidente colombiano Juan Manuel Santos, que denunció hace dos días que decomisaron más de 400 toneladas de alimentos en cajas de Clap en malas condiciones y no aptos para el consumo humano en Cartagena.
En el cierre de su campaña invitó al argentino Maradona, que bailó pésimo en la avenida Bolívar, lo que mereció una fuerte crítica por parte del cantante José Luis Rodríguez, El Puma, que lo hizo cómplice del genocidio por hambruna de Maduro.
El candidato Henri Falcón, el rival más cercano de Maduro, cerró en Nirgua y Apure, mientras que el evangélico Javier Bertucci intentó congraciarse con la revuelta de los presos políticos del Helicoide. Sus familiares lo repudiaron echándole agua para que se fuera del lugar.