Nueva farsa de los animalistas: miles de personas piden en Madrid el fin de la tauromaquia
I. Blanco/Agencias.- Dijo Schopenhauer que el hombre, en el fondo, es un animal terrible y cruel, en referencia a que ese fondo queda oculto por la domesticación a que nos somete la educación recibida del entorno social en el que nos desarrollamos. Un entorno social que nos trasmite como pilar básico el respeto por los demás. El respeto a su vida y su integridad, pues el ser humano como ser social, requiere de la vida en comunidad para sobrevivir y desarrollarse.
Una vida social que no puede basarse en la constante agresión para lograr objetivos personales, pues estos pueden ser más altos y se obtienen con un menor coste, cuando los mismos se logran mediante la colaboración voluntaria.
Este principio liberal, básico de nuestra civilización, parece no haber sido asumido por los animalistas inhumanos. Se extiende peligrosamente el deseo a la muerte del semejante para tratar de solucionar problemas o frustraciones personales, muy propio del darwinismo social, que estos fundamentalistas del derecho animal critican cuando se da en ámbitos no relacionados con el animalismo. La competencia entre especies ha desaparecido en el caso del ser humano y esta es la razón por la que el hombre evoluciona sólo contra sí mismo, pues no hay animal en el mundo que le plantee competencia alguna. Unos compiten por dinero, otros por fama, otros por alimento, otros por la defensa de los animales y en esta lucha, en algún momento, alguien rebasa la línea roja deseando la muerte del otro, símbolo extremo de competencia.
El ansia de protección de los animales y el deseo de que estos sean tratados dignamente es encomiable, pero sólo hasta el límite de la dignidad del propio ser humano. Algo que parece comienza a cuestionarse incluso en el ámbito penal, donde ya existen casos de condenas a penas de prisión por maltrato animal, algo que el propio Karl Marx consideraría una aberración. Esta extraña evolución del derecho penal de salón de té, podría llevar en breve a que se considere genocidio la actividad de los mataderos, que exista una policía local para constatar el trato que los hamsters reciben de nuestros hijos o se decrete el derecho a una renta social para palomas cuyo sustento no está asegurado en la ciudades actuales.
Vivimos una sociedad adormecida en una ensoñación de ausencia de dolor, esfuerzo o problemas, en la que nuestros deseos se convierten en necesidades y estas en derechos. Una sociedad en la que una lata de comida para gatos es más cara de una lata de atún para consumo humano. Una extraña sociedad que enloquece con sus animales domésticos a los que en ocasiones trata mejor que a sus propios hijos. Una sociedad que cree vivir un cuento de hadas, en la que como refiere Clarasó en su Asesino de la Luna «El ser humano es incomprensible para los otros seres humanos; solo algunos animales domésticos le comprenden. Pero estos no escriben sus memorias y no se sabe lo que piensan del hombre».
Es incomprensible como el supuesto amor a los animales lleva a algunos a ser peores personas. No hay sentimiento más despreciable que desearle la muerte a otro ser humano, pero el simplismo o la debilidad mental de estos indeseables, les lleva a aliviar sus frustraciones deseándole la muerte a un niño.
No soy aficionado al toreo, no lo comprendo, no disfruto con el espectáculo de la tauromaquia, asistí en una ocasión a una corrida y no me gustó, pero no me genera el completo rechazo que me producen las manifestaciones y actitudes de aquéllos, que considerándose amantes de los animales, le desean la muerte a otra persona y me produce asco cuando lo desean a un inocente niño de 8 años, que ni siquiera llegó a cumplir su sueño de ser torero.
Me pregunto quién respeta más al animal, ¿el torero o el animalista inhumano?. Esta pregunta sólo puede ser respondida desde la perspectiva del riesgo que asume cada uno en su propósito.
En este sentido, resulta evidente que es el torero quien respeta más al animal, pues es éste el que se expone a morir. No me imagino mayor respeto que ofrecer la vida en un propósito. Exponer tu vida, arriesgarte a no volver a besar a tus hijos, verlos crecer o amarlos, supone otorgar un poder al animal, que ningún animalista comprende. Supone elevar al Toro a la categoría de ser humano, cuando este puede acabar con la vida que presentas frente a sus astas. He tratado de imaginar que pretende el torero, y me resulta evidente que no es el hecho de la muerte del toro, si así fuera, no sería necesario exponer la vida en ello, bastaría con entrar en una finca con un fusil para lograr tal objetivo.
Sin conocer a ningún torero, creo imaginar lo que lo mueve, es el propio hecho de exponerse a la muerte sin quererla, pero sin rechazarla, de experimentar la vida en ese hilo de tierra que la separa del avismo de la muerte, un territorio que pocos recorren, pero que se me antoja de una extraordinaria fuerza. En los entornos de seguridad en los que vivimos actualmente, en los que nadie asume ningún riesgo, todos los problemas han de sernos solucionados por otros, frente a esas aburridas vidas que parecen rodar todas sobre la misma huella, la tauromaquia se me antoja como uno de esos reductos en los que puede suceder cualquier cosa, hasta la muerte.
En el caso del animalista inhumano, resulta evidente que no respeta más al animal que el torero. El animalista inhumano no arriesga nada en su defensa. Su mayor esfuerzo es sentarse en el retrete y trolear desde una cuenta anónima de twitter con su iPhone anticapitalista, deseándole la muerte a un torero o a un niño. Si no arriesgas nada por la causa que defiendes ¿tiene esa causa algún valor, cuando el torero arriesga la vida en su lance con el toro?
Son estos animalistas inhumanos, estos débiles mentales, los que en su incoherencia vital se oponen a la pena de muerte, dictada por un tribunal estadounidense, pero al mismo tiempo la desean a sus semejantes cuando son ellos el jurado de su propia causa animal.
Por otro lado, cuesta entender como pretenden estos animalistas inhumanos salvar al toro de lidia sin el toreo, pues estoy convencido de que estos animalistas inhumados no dedicarían un minuto al mantenimiento de estos formidables animales, salvo que sea con el esfuerzo y el dinero de otros.
En fin, como dijera Bertrand Russell «los animales son felices mientras tengan salud y suficiente comida. Los seres humanos, piensa uno, deberían serlo, pero en el mundo moderno no lo son, al menos en la gran mayoría de los casos» y los animalistas inhumanos nunca llegarán a serlo porque la vida de un ser humano nunca estará por debajo de la vida de un animal.
Miles de personas piden en Madrid el fin de los espectáculos taurinos
Miles de españoles y extranjeros se han manifestado este domingo en el centro de Madrid para reivindicar la abolición de la tauromaquia en todas sus formas, acción que ha contado con unos 500 activistas que han roto banderillas creando una nube roja para representar la sangre de los toros.
La manifestación comenzó en la Puerta del Sol con un espectáculo performance en el que los activistas rompieron banderillas creando una gran nube roja para simbolizar la sangre de los más de 20.000 toros, vacas, vaquillas, novillos y becerros que cada años mueren en festejos taurinos en España.
Laura Gonzalo, la portavoz de la manifestación, ha apuntado que la convocatoria, a la que según los convocantes habrían asistido 40.000 personas, ha sido apoyada por once asociaciones de defensa animal nacionales e internacionales, además de seis organizaciones patrocinadoras.
Asimismo se han adherido más de 170 colectivos procedentes de toda España y de fuera de nuestras fronteras, además del partido político (EQUO) y de las Asociación Parlamentaria de Defensa de los Derechos de los Animales (APDDA).
Gonzalo ha explicado que reivindican la eliminación de los espectáculos taurinos de los listados de patrimonio y bien de interés cultural de España, y terminar con toda ayuda con fondos públicos y con la participación de menores de
edad.
Los participantes iniciaron el recorrido con una pancarta en la que se podía leer “Tauromaquia es violencia” y “Tú la puedes parar, y lemas como “tauromaquia abolición” o “tauromaquia vergüenza nacional”.
Según Gonzalo, la manifestación pretende continuar un “camino que ya se ha iniciado en España para poner fin con cualquier tipo de festejo que se realiza con animales”.
Victoria Lacalle, colaboradora de Gladiadores por la Paz y sicóloga experta en temas de violencia, ha declarado a Efe que la “tauromaquia representa el talón de aquiles del maltrato hacia los animales, y acabar con ello significaría acabar con otras formas de violencia hacia humanos y otros animales”.
Que esto esté permitido socialmente influye en el resto de la sociedad a la hora de que “ese mismo tipo de violencia se puede ejercer hacia otros animales o seres vulnerables como puede ser considerados los niños o las mujeres”, ha asegurado Lacalle.
Varias personas del mundo de la cultura han mostrado su apoyo a la manifestación, entre ellas, la cantante de Amistades Peligrosas Cristina del Valle, la actriz y cantante Beatriz Rico, la escritora Rosa Montero, la cantante Mari de Chambao y la actriz Emma Ozores.
También la actriz María Briones, el humorista francés Rémi Gaillard, los creadores de EcoCirco (circo sin animales en Francia) André-Joseph y Sandrine Bouglion, y la escritora y periodista Pilar Eyre, además de los eurodiputados de Equo Florent Marcellesi, Juantxo López de Uralde y Rosa Martínez, entre otros.
Asimismo, el fundador del Partido antiespecista REV de Francia, Aymeric Caron, y del Partido Animalista contra el maltrato animal (PACMA).
Entre los participantes se encontraban el cofundador de Ecologistas en Acción, Theo Oberhuber y el portavoz de la Asociación Parlamentaria por la Defensa de los Animales, Chesús Yuste.
El recorrido ha llegado hasta la explanada del Museo Reina Sofía, donde se han leído manifiestos.
El animalismo es una de las cabezas de la hidra del marxismo cultural irracional y atihumano.
El animalista no eleva al animal hasta el nivel del humano, sino que rebaja al humano a la condición de animal e incluso peor.
El animalismo es otra pseudoideología fruto de sociedades aburguesadas y opulentas cegadas por el emotivismo irracional.
Muchos animalistas son sectarios véganos, gente que si pudiera prohibiría hasta comer huevos o queso.
Estoy de acuerdo en algunas de las cosas que dices. Pero no comprendo que te extrañe que haya condenas por maltrato animal, hace poco se condeno a un hombre de Cantabria por apalear a un perro de su propiedad, atado en una caseta, y dejarle agonizando varios días, no recuerdo bien pero creo que le condenaron a 250€. ¿que piensas de esto?.
@albiz que va pensar. es un mucho español
Como aficionado a los toros quiero dar las gracias al articulista por su defensa del toreo. En segundo lugar recordar que flaco favor hacen estos animalistas al toro de lidia, pidiendo la abolición de las corridas de toros ya que de conseguirlo no solo acabarían con el espectáculo sino con el propio toro. Diganle a los ganaderos cuanto tiempo duraría un animal que no sirve nada más que para lo que esta criado para la lidia. Hay que ser muy retorcido para asegurar que los aficionados a los toros pueden ejercer esa violencia a otros animales, niños o mujeres, sin… Leer más »
Vican los toros y los toreros, espejo de hombria y envidia de los maricones
Yo les pido a los animalistas que no tengan secuestrados en sus pisos a los animales que tienen derecho a vivir en libertad y no arrinconados esperando la caricia de sus amos cuando vuelven del trabajo. ¿ Les gustaría a ellos ser mascotas?
Otra pieza más del conglomerado que pretende la destrucción de España, no sólo de la prohibición de los toros.
La clave está en el párrafo que dice “se han adherido más de 170 colectivos nacionales e internacionales”… es decir, las típicas onegetas pagadas y sufragadas por los de siempre. Hay una masa de borregos que los siguen y que no obtienen beneficio alguno más que el del sentimiento de pertenencia al grupo y la sensación de hacer algo “útil” y hasta idealista y los organizadores que se lo llevan doblao (estómagos agradecidos). Respondiendo a Luis, por eso no se hacen para abolir los los casinos o los putis, éstos sí interesan al NOM. A él le interesa todo lo… Leer más »
Y como observamos tantas veces, detrás de todo tinglado disoluto de lo nacional, cultural y tradicional, siempre hay una mayoría de”Charos”(mujeres) y no pocos maricones(psicología femenina)
Jo Luis, que análisis mas pormenorizado y realmente muy bien fundado en razones y no en sinsorgadas, ¡bravo Luis! Eres una de las joyas nacionales.
A mí no me gustan los casinos ni los puticlubs, pero no salgo a la calle para prohibirlos.
Toda esta gentuza es siempre la misma: hoy los ves en la manifa antitaurina y mañana en la feminista y abortista o en la No a los recortes.
No pocos de ellos viven de esto del”activismo” mediante su pertenencia a tinglados subvencionados tipo ONGetas o Asociaciones. También suele haber gente de los sindicatos subvencionados y militantes del PSOE y Podemos.L apresencia de”trabajadores públicos” tampoco es poca.
Son la España totalitaria.
Queramos o no, a la tauromaquia le quedan 2 telediarios.
¿Y de toda esta gente, cuánta hay partidaria del aborto?
Muy bien dicho defienden a los animales pero muchos de ellos son partidarios del aborto, por que no defienden al feto humano?
A lo que le quedan dos telediarios es a España y a todo lo español,