¿Quién es la oposición y cuándo será el momento de la verdad en Siria?
Barry Rubin.- Habiendo sido el primero en advertir sobre la amenaza y el poder de los fundamentalistas islámicos en Egipto, creo que me ha ganado algo de credibilidad para decir que Siria podría ser un caso diferente. Existe la posibilidad de una toma del poder por parte de los islamistas y de un conflicto étnico en Siria; pero, no se equivoquen, una serie de factores sugieren que esas cosas podrían no suceder.
En primer lugar, irónicamente, en Siria como en Túnez, la dura represión contra los islamistas radicales por parte del régimen ha debilitado a esas fuerzas. Es fácil olvidar que el Egipto de Mubarak fue un país relativamente tolerante. A los Hermanos Musulmanes se les permitió operar, difundir su propaganda, reclutar un gran número de miembros y controlar instituciones. En Siria, hubo una sangrienta represión contra los Hermanos en la década del ochenta. Los islamistas están mucho menos organizados.
Segundo, si esto bien puede parecer una paradoja, mientras que los islamistas se opusieron al régimen egipcio; en gran medida han apoyado el sirio. Mientras que la dictadura en Siria es nominalmente secular- y lo fue fuertemente en las primeras décadas-, el presidente Bashar al-Assad cortejó a los islamistas con su política exterior. Después de todo, su gobierno ha sido fuertemente anti-norteamericano (aunque una gran cantidad de funcionarios estadounidenses, periodistas y analistas no parecen darse cuenta), anti-Israel, aliado de Irán, apoyó a Hamas y a Hezbollah, y respaldó a los insurgentes terroristas en Irak .
¿Qué hay allí que a un islamista no le guste? De hecho, los Hermanos Musulmanes de Jordania declararon hace unos años que no era admisible oponerse al régimen de Assad debido a estas políticas.
En lo interno, el régimen promovió un islamismo que esperaba que apoye el status quo. Aunque algunos de estos predicadores post-Hermanos podrían desear una revolución islamista; parecen estar dudando porque sospechan de la oposición que está contra el régimen, al igual que muchas de las políticas actuales, y piensan que Assad podría ganar.
Sin duda, hay gente en las protestas que quieren luchar contra Israel y combatir a Estados Unidos. Pero si esa es su opinión, ¿por qué no apoyan la continuidad del régimen de Assad? De hecho, ¿por qué no denunciaron a los manifestantes como agentes de la CIA y del Mossad tratando de subvertir al mejor amigo de los islamistas revolucionarios en el mundo árabe? El gobierno hace esto y los islamistas pueden unirse.
En tercer lugar, Siria es un país muy diverso. Mientras que Egipto es un 90 por ciento sunita árabe; la cifra en Siria es de un 60 por ciento. Hay alauitas, cristianos, drusos, y los kurdos, también, de los cuales sólo los kurdos son sunitas y tienen un gran sentimiento nacionalista en contra del régimen.
En cuarto lugar, los árabes sunitas, el electorado para el islamismo revolucionario, también constituye una gran parte de la clase media, con orientación secular, a favor del movimiento democrático, proporcionando así un fuerte liderazgo alternativo. Tenga en cuenta que el islamismo nunca ha hecho grandes avances dentro de la comunidad musulmana sunita del Líbano. El paralelo está lejos de ser exacto, pero da una idea de esa situación.
En quinto lugar, mi sensación es que en Siria hay una fuerte clase media a favor de la democracia y una población relativamente más urbanizadas. Después de haber vivido bajo una dictadura que utilizó al islamismo para permanecer en el poder – como en Irán, pero todo lo contrario de Egipto- la gente es más escéptica sobre esa doctrina.
No estoy sugiriendo que los islamistas no sean un factor importante y que no puedan surgir como una fuerza principal, pero en líneas generales yo apostaría a que si bien el nivel de apoyo para al islamismo en Egipto se encuentra en alrededor del 30 por ciento-y tiene una capacidad tremenda de crecimiento, el número equivalente en Siria es un 15 por ciento y está limitado naturalmente por el tamaño de su comunidad.
Nuevamente, hay una gran cantidad de islamistas y también potencial islamista en Siria. Se encuentran entre los manifestantes. Algunos discursos encendidos se han hecho bajo el lema de “Sólo queremos vivir bajo el Islam-“. El contenido puede parecer ambiguo, pero todos en Siria saben lo que eso significa. Sería un desastre para los cristianos y los alauitas, que juntos forman más de una cuarta parte de la población.
En cuanto a lo que pasará, el momento de la verdad llegará y creo que ese período ya ha comenzado. Una señal fue la erupción de serias manifestaciones en Damasco. Otra signo sería si comenzaran los conflictos inter-comunales o si hubiera alguna señal de una división real en el ejército.
Recuerde que todos los regímenes árabes tienen una prioridad de tres niveles de respuesta.
Nivel 1: Esperar que las protestas se terminen y se puede esperar a que pasen.
Nivel 2: Responder con una mezcla de represión y promesas.
Nivel 3: Acudir a la represión dura y a los asesinatos para destruir las protestas e intimidar a la gente para que no participe.
El Shah de Irán en 1978, así como Egipto y Túnez en 2011, no pasó del nivel 2 al nivel 3, ya que grandes sectores de la élite no quería hacerlo. En cambio, en Irán [actual], todo el mundo sabía que el régimen no dudaría en pasar al nivel 3.
El momento de la verdad en este punto -la transición del nivel 2 al nivel 3 aparentemente ha comenzado en Siria. Cuando esté en movimiento completo el régimen o responderá sin piedad, indiferente a la reacción internacional, o le traicionarán los nervios. Toda esa tontería de que Bashar es un reformista o sobre la existencia de una supuesta “vieja guardia”` se desintegrará rápidamente. (Usted se da cuenta que la gente que balbuceaba acerca de que Bashar es un liberal limitado por la “vieja guardia” nunca brinda nombres específicos. Eso es porque tales personas no existen. Bashar es la vieja guardia.)
¿Tiene Bashar el instinto asesino de su querido padre, o es sólo un oftalmólogo cobarde? Assad significa león en árabe, y Bashar tendrán que morder y arañar o ser rápidamente percibido como un león cobarde. Y eso sería fatal.
No hay una tercera alternativa. Si él falla, las manifestaciones crecerán mucho más rápido. ¿Podría el ejército, y en especial las unidades de elite dominadas por los alauitas, intervenir y hacerse cargo? Posiblemente.
Por el momento, sin embargo, el caso para alentar y ayudar a la revolución de Siria es más fuerte que el de Libia, por lo pronto. Pero por la misma razón, sus perspectivas son más pobres que en Egipto o Túnez, precisamente porque aquellos estados fueron más moderados que el despiadado y radical régimen de Siria.