España es mucho más que un Estado
Hablar desde un cargo en la Institución Militar sobre la cuestión nacional sobre España, es para mí una forma de solidaridad con los catalanes de bien, un modo de aproximarme a la tragedia de esa tierra y de la mía, Vascongadas, y a la humillación que en ambas sufre nuestro Estado. Ustedes, perseguidos, amenazados, asesinados en cualquier lugar de España por otras hordas de extrema izquierda y no tan extrema, en sus amigos y allegados, son los testigos de la inexistencia de la libertad en estas partes de España.
Parte del Estado está llevando al Estado a una situación que algunos comparan con la que vivió Alemania, sólo con la diferencia de que aquella era el Estado y Cataluña y Vascongadas son tan sólo una parte. Porque no deja de ser llamativo que los perseguidos, los acorralados, los zarandeados, los asesinados sean precisamente aquellos que están en sintonía con el resto del Estado y de la Nación española, mientras los perseguidores, los administradores del terror y la violencia son los que están en contra del uno y de la otra.
Estamos ante un hecho verdaderamente insólito como es esta pugna, esta guerra institucional, entre una parte del Estado y el Estado mismo, es decir, desde las Instituciones autonómicas. Y junto a la humillación del Estado, la anulación de la idea de la Nación española, de sus símbolos y de todas sus expresiones, este oficial del Ejército y este periódico es un islote en esta guerra no declarada, solapada, no reconocida como tal, pero, quizás por lo mismo, más peligrosa y terrible: la guerra del adoctrinamiento y la subversión de valores y de hechos.
La Nación española terminará ganando, con las victimas por supuesto, por el sacrificio de tantas, de tantas familias y vidas. Sucede que la furia, la locura, el ruido que producen los administradores del terror no están permitiendo discernir el cambio que se está dando en la sociedad española y en el sentido de una reafirmación creciente de la idea española de nación. Porque estamos ante una re-nacionalización y, por tanto, ante una inversión de actitudes respecto a lo que sucedía no hace muchos años. Es cierto que pesa mucho un pasado en el que se ha deteriorado la idea de Nación y se ha puesto en tela de juicio el hecho del Estado desde su nacimiento hasta hoy. Es cierto que no es fácil invertir el proceso que, en estas Regiones, tiene y ha tenido unas consecuencias nefastas, en aquella con vidas y en ésta económica y socialmente. La tragedia será siendo un elemento decisivo en la vuelta a la lucidez colectiva, a la renacionalización. Estamos ante dos partos dolorosos.
Si en el pasado se podía hablar de dos Españas, hoy sólo se puede hablar de los españoles y los negadores de España. No se trata de dos formas de entender ésta: en términos de progresistas o en términos tradicionales. La confrontación se da en torno a la afirmación y a la negación.
Siendo ya radical aquella diversa forma de ver España entre aquellas tendencias, la de ahora, la que plantean los nacionalistas vascos y catalanes, tiene poco que ver con aquella porque, como digo, una de ellas es, ni más ni menos que la negación del Estado y la negación de la Nación española y de todas sus expresiones y, por tanto, de cualquier forma, de solidaridad. Pero lógicamente esta forma de pensar que viene de los años iniciales de la democracia y que se ha ido fortaleciendo durante toda ella en la instalación del Estado autonómico, tenía que tener una respuesta fuerte, decidida, radical. Y se está dando a ciertos niveles sociales sin tener que ver nada, en absoluto, con los poderes institucionales del Estado.
*Teniente coronel de Infantería y doctor por la Universidad de Salamanca
El Estado existe porque existe España, no al revés, como los constitucionalistas nos pretenden colar. La independencia de Cataluña no es imposible por anticonstitucional o antiestatal sino por antiespañola.
Decía José Antonio, y creo tenía mucha razón, que la Patria -es decir, España-, es una unidad de destino en lo universal.
Es decir, un proyecto de futuro.
Lo malo es que con este “invento” de las autonomías, los políticos de cada “parcela” del territorio nacional solo piensan en el futuro de su “terruño”, con un total desinterés por lo colectivo.
Y SOLO NOS IRÁ BIEN, O POR LO MENOS MEDIANAMENTE BIEN, SI SEGUIMOS TODOS JUNTOS.
PEDRITO; NO TE PIERDAS:::ESCUCHA AL Dr. Enrique… Hombre caval. Como Licurgo, yo voy en el andar… Pero a los que se quedan, no les deseo mal…
ESTADO FEDERAL; YA!!!!!
Las izquierdas, como todo sistema ideológico, tienen un grave problema. Creen que sus construcciones van a solucionar el mundo. Normalmente cuando los implantan, acaban de joder todo lo que funcionaba.
no me imagino a catalanes y vascos federados, es decir,todos absolutamente iguales, con los gallegos, extremeños y castellanos. Ellos son de otra raza.
Estado federal… para acabar como la España de los Austria, divididos, arruinados y vencidos por las otras potencias europeas.
Suscribo totalmente su opinión: España es mucho más que un Estado.