¿Piensa Pablo Casado reformar la Constitución para acabar con las autonomías?
No lo tiene fácil Pabló Casado para recuperar a los votantes perdidos por su partido, como consecuencia de los despropósitos de Rajoy y su equipo destructivo. Pero, esa dificultad no se la atribuyo al linchamiento que sufre sobre algo tan ridículo como un master, cuando quienes apoyan y dirigen ese linchamiento no son capaces de rechistar sobre el “misterioso doctorado de Pedro Sánchez” o el viaje de placer en un avión presidencial a costa del presupuesto. La difícil tarea a la que se tendrá que enfrentar el joven palentino es la de desinfectar profundamente un partido marcado por la corrupción, la cobardía y la traición. Cambiar únicamente al jefe sin hacer desaparecer a todo el equipo comandado por Rajoy y su mano derecha Sáenz de Santamaría, no es suficiente para convencer, no a unos compromisarios que al fin y al cabo tienen muchos intereses en juego, no, sino a una parte del electorado harta de las cobardías, los complejos, las felonías y las traiciones.
Es verdad que el nuevo presidente del PP se ha mojado en su discurso sobre la defensa de la vida y la familia; y que de momento ha reducido a simple figurante a la que se creía dueña y señora del centro del tablero. Pero, una cosa es el discurso apasionado ante un grupo de compromisarios, y otra muy distinta es poner en práctica lo dicho en ese discurso y varias entrevistas posteriores.
Yo le preguntaría a Pablo Casado, si dentro de ese proyecto renovador del partido, y en caso de recuperar la confianza de la mayoría de los ciudadanos en las urnas, si estaría dispuesto a afrontar una reforma de la Constitución para acabar con las autonomías. Si piensa aplicar el artículo 155 en Cataluña con todas sus consecuencias para terminar de una vez por todas con el desafío independentista. Si plantearía con buen criterio la ilegalización de los partidos independentistas y poner punto y final a privilegios como el cupo vasco. Si estaría dispuesto a frenar la entrada de ilegales a través de nuestras fronteras desenmascarando a las oenegés promotoras de ese éxodo masivo desde Africa, y a plantar cara a la Unión Europea como responsable directa de la islamización del viejo continente.
Muchas serían las preguntas a plantear al nuevo líder del PP, pero, quiero insistir en una que considero de vital importancia si en realidad está dispuesto a acabar con el cáncer que nos devora: ¿Piensa usted acabar con las autonomías?
A miles de españoles nos gustaría que nos aclarara con total sinceridad y transparencia, que piensa de las autonomías y si considera que el sostenimiento de esas autonomías constituyen un gasto que nuestro pueblo no se puede permitir, y que se han convertido en el cáncer que está gangrenando nuestra más que delicada economía.
Si la vigente Constitución está plagada de contradicciones entre textos de la misma ley y de ambigüedades en las que incurrieron tras el consenso sus propios coautores, no quiero imaginarme hacia donde puede dirigirnos una reforma de la misma, si de lo que se trata es conformar a los separatistas catalanes y vascos, y a seguir sosteniendo los 17 parlamentos autónomos que no son otra cosa que oficinas de colocación de los partidos y academias del separatismo.
No olvide usted, Pablo Casado, que los españoles tienen derecho a saber lo que piensa sobre las autonomías y si estaría dispuesto a suprimirlas de una vez por todas en caso de llegar al gobierno. Si aspira usted a presidir la nación no basta con la imagen. Tampoco es suficiente con decir que la Constitución debe ser entablillada para curarle los achaques. Queremos que se moje en algo tan importante y transcendental.
Reformar una Constitución que ahora mismo nadie respeta ni obedece, sin que esa reforma sirva para estimular y fortalecer el espíritu nacional, cuando llevamos casi cuatro décadas excluyéndolo en las aulas como virtud, es tremendamente absurdo. La reforma tiene que ser profunda y valiente, sobre todo, para acabar con esas autonomías que nos asfixian económicamente, nos dividen como pueblo, y finalmente nos enfrentan.
En el pais vasco, en Cataluña, la juventud tiene claro que sólo el generoso pesebre nacionalista les garantiza un buen nivel de vida. De cabeza.
Las autonomias entorpecen la acción del gobierno.
Respuesta: No. O se piensa Usted que se va a enfrentar a los intereses de uno de sus valedores, Don Fernando Núñez Feijoo?
Es un odre nuevo, pero con el mismo aceite viejo…
ES MÁS DE LO MISMO.
Un engañabobos, a ver si pueden recuperar parte de los tres millones y medio de votos que perdieron en las últimas elecciones generales. (Y que ahora, seguramente, serán muchos más).
Yo lo que quiero para España es una República de tipo francés. Es decir, las leyes todas desde Madrid, el único idioma oficial para todo el país es el castellano o español, las periféricas ni en sus territorios, como en Francia. Las autonomías que se conviertan en departamentos como en Francia. Exaltación de la unidad española, que haya sentimiento de patria, es decir, primero español y luego lo que proceda. Y sobre todo, que al Jefe de Estado se elija cada 4 o 5 años entre varios candidatos de distintas ideologías y partidos. Es decir, un copia pega de la… Leer más »
Si lo tiene fácil y ha empezado bien recuperando al ex, porque lo que tiene que recuperar es el voto que se quedo sin ir a las urnas por discrepancias con el ejecutivo de Rajoy. Las personas tienen que saber que las ideas se aportan dentro de un partido fuerte y se lucha por ellas dentro del partido. Las consecuencias de hacerlo no votando es lo que tenemos, PSOE,PODEMOS,BILDU,SEPARATISTAS, y otros
De momento, no tocarla y es bastante. Con votos en firme, a ver si se funde este puzle de Autonomías derrochadoras.