El lugar de la cultura cuando no se puede repetir el pasado y el del plan estratégico cuando no se puede anticipar el futuro
En los últimos años, las organizaciones inteligentes y el aprendizaje organizacional han dejado de ser un concepto exótico o una curiosidad para convertirse en algo común.
El concepto fue sugerido, quizá por primera vez, por Herbert Simon en “El comportamiento administrativo” con una metáfora para ciertos comportamientos organizacionales. Aunque autores como Cyert y March y otros recurrieron varias veces al concepto desde el mundo de la administración, y Gregory Bateson lo hizo desde la Teoría de Sistemas, autores como Peter Senge lo han abordado de forma global.
Se basa en la idea de que en contextos cambiantes es difícil programar de antemano todas las respuestas que una organización puede necesitar dar. Esto convierte el aprendizaje en un valor más importante que la experiencia acumulada en la historia y la capacidad de programar sobre ella.
La proliferación del concepto no significa que haya llegado a las Instituciones y organizaciones de gobierno, entre otras cosas porque los que nos gobiernan no han leído sobre esto y, por tanto, lo desconocen. Esta idea se contrapone a la de las organizaciones diseñadas como un instrumento efectivo, casi inmodificable y para un fin único como son las Instituciones del Estado. Este tipo de organización unidimensional ha sido particularmente exitoso en macro-organizaciones que, como consecuencia de su éxito, se han vuelto inviables al dejar de servir a los fines para los que fueron creadas.
En este marco, es interesante repensar algunas de las relaciones entre planeamiento estratégico, lo que queremos ser, y cultura, acopio de valores, historia, lengua, normas, etc.
La palabra estrategia suele utilizarse para describir esfuerzos deliberados, conscientes, orientados a disponer todos los recursos de la Nación y de sus Instituciones en función de objetivos y que suele explicitarse en el ámbito de la seguridad nacional en un documento que se puede llamar “Planeamiento Estratégico de la Defensa”. La palabra “cultura” por su parte suele describir un patrón de interpretaciones de la realidad.
Sin embargo, en 1985 Karl E. Weick, psicólogo de organizaciones, propuso un inusual acertijo académico. Dada una lista de oraciones tomadas de artículos publicados en revistas especializadas, determinar si la primera palabra de cada proposición, suprimida por Weick, había sido “cultura” o “estrategia”.
“… evoluciona desde dentro de la organización, no desde su ambiente futuro”.
“… es una pauta continua de management que da dirección a la organización, no un mecanismo manipulable y controlable que puede ser cambiado todos los años”.
“… es un concepto que surge de los valores informales, tradiciones y normas de conducta sostenidos por todos los miembros de la organización a cualquier nivel, no un proceso de pensamiento racional, formal, lógico, consciente y predeterminado encarado por quien gobierna”.
“… emerge del efecto acumulativo de muchas acciones y decisiones tomadas diariamente y a lo largo de los años por mucha gente, no una afirmación hecha de una sola vez por el Presidente para ser distribuida en toda la organización”.
La dificultad para establecer cuál es la palabra en cada caso, que en el acertijo es siempre “estrategia”, señala la afinidad entre ambos conceptos. Existe algún conjunto similar de objetos y situaciones al que algunos pueden llamar “cultura” y otros “estrategia”. Según Weick, tanto la una como la otra se relacionan con teorías y explicaciones más que con hechos, están implícitas en los valores de todas las organizaciones, guían la forma en que la gente interpreta y expresa la realidad, ninguna de las dos es completamente explicita y articulada y ambas constituyen fuertes supuestos, a veces sobreentendidos, que resisten el cambio y son difíciles de cambiar. Esta identificación de ambos conceptos en su objeto, sugiere la existencia de un mismo proceso de conservación y cambio que varia según la metáfora implícita en la descripción del observador. Lo que desde una perspectiva instrumental constituye estrategia, desde una perspectiva de la organización como escenario de interacción, constituye una cultura. Esto es lo que no se tiene en cuenta por nuestros insignes gobernantes.
*Teniente coronel de Infantería y doctor por la Universidad de Salamanca
¡Ozú! Se nota que es usted doctor por la Universidad de Salamanca, porque utiliza un lenguaje críptico para la gente común. Perdóneme si mi manera de expresarme es muy inferior a la suya. Creo haber entendido que sería muy deseable, cada vez que se cree una Estrategia de Defensa de la Nación, tener en cuenta su cultura, sus valores, su historia….. etc. Pues mire usted; Los independentistas llevan años creando una estrategia de ataque a España, adoctrinando con mentiras a los niños en los colegios y en las ikastolas. Son ya más de tres generaciones de cerebros lavados a conciencia… Leer más »
Ha entendido perfectamente el artículo y le doy la razón en todo respecto a lo que se está haciendo por parte de los independentistas.