La riqueza de un pueblo depende de la educación de sus gentes (I)
Según muy autorizados pensadores, sociólogos y filósofos, la diferencia entre los países pobres y los países ricos viene marcada principalmente por la evolución y el desarrollo de sus pueblos, pero como consecuencia de la formación y educación de sus gentes.
Japón podría servir de ejemplo. Un país totalmente destruido tras la II Guerra Mundial y que posee un territorio donde el 80% es terreno montañoso e inadecuado para la agricultura y la ganadería, es sin embargo la tercera economía mundial. Se trata de una inmensa fábrica fluctuante que importa materia prima de todas partes y exporta productos manufacturados a los cinco continentes, basando su riqueza en el nivel de educación y formación de sus ciudadanos.
Todo comienza porque la educación primaria y secundaria no solo es obligatoria, sino que el mismo Gobierno es el que se encarga de controlar la asignación de plaza a cada uno de los alumnos en las escuelas, remitiendo directamente la documentación de cada uno al centro correspondiente y asumiendo directamente tan alta responsabilidad. O sea, que es el gobierno quien establece los trámites con los centros, meses antes de que un niño tenga que escolarizarse. Los padres simplemente reciben en casa el documento formalizado y aprobado, informándoles del centro, las actividades, y el calendario escolar que afecta a cada uno de sus hijos.
Pero hay más, ¿qué sucede por ejemplo si un maestro no asiste al centro por un motivo justificado? Pues sencillamente no sucede nada. Los alumnos no se toman el día de fiesta quedándose en casa, o de brazos cruzados y desmadre en el aula, no. Ellos mismos, los alumnos, se responsabilizan dando la lección del día, ya que todos tienen su programa de estudios y tareas a seguir durante todo el ciclo escolar. Por lo tanto, ese día será como cualquier otro aunque no asista el profesor.
Los niños son independientes desde bien pequeños. Desde los seis años los niños acuden solos a la escuela sin que los acompañen sus padres, y es que Japón es uno de los países con menos delincuencia del mundo. Los alumnos de primaria de cualquier barrio se reúnen para ir juntos hasta el centro escolar. Esto enseña responsabilidad y cuidado hacia los más pequeños a medida que se vayan haciendo mayores. Por eso en la sociedad japonesa la honestidad y la ayuda al prójimo es algo que se practica todos los días.
Por otra parte, todos contribuyen a la higiene y limpieza del centro escolar. No importa si eres alumno o maestro, entre todos limpian las aulas, despachos, baños, y demás locales. Y que conste, que no es por falta de recursos para contratar personal de conserjería o limpieza, sino porque en su cultura es muy importante enseñar a los pequeños a trabajar en equipo y ayudarse mutuamente, lo que supone una lección de humildad que enseñará a los futuros profesionales a respetar el trabajo de otros, y también su propio esfuerzo. En síntesis, si los niños invierten parte de su tiempo en limpieza, es evidente que no querrán ensuciar, pues al final tendrán que ser ellos mismos quienes tengan que limpiar la mierda.
¡Ah! Y cuando finaliza el curso, las escuelas no cierran; no hay periodo estipulado de vacaciones, así los alumnos pueden visitar la biblioteca, realizar actividades extraescolares o realizar cursos de regularización.
La base de la educación debe comenzar en los hogares, por eso en Japón los padres enseñan a sus hijos desde muy pequeños a ser considerados y respetuosos con los demás, sobre todo con sus abuelos y personas mayores, pues es una forma que tienen de honrar su experiencia y sabiduría. Su lema: “modales antes que conocimiento”, por eso no hay evaluaciones ni exámenes hasta que los niños no alcanzan el cuarto grado de Primaria, pues consideran que el conocimiento no sirve de nada si no existen valores como la generosidad, y el amor a los demás y a su Patria.
the bell curve,es la clave! nadie con un iq de 65( ya saben de quien me refiero,no es necesario la constante repeticion) se le puede ensennar mas que enroscar una tuerca en un tornillo!es como esperar que un garabato jorobao como yo gane el maraton en la olympiadas!
No sólo Japón realizó el milagro educativo, Corea del sur también logró unas cotas educativas notables partiendo desde la nada a mitad del pasado siglo y Alemania otro tanto. En España, creo que precisamos ciertos “ajustes”, el primero una ley educativa consensuada entre todos los partidos para que de una maldita vez un alumno pueda empezar en infantil y llegar a la universidad sin que cambiemos 3 veces la ley educativa. El segundo, la formación del profesorado, no puede ser que se matriculen en magisterio quienes no obtienen puntuación suficiente para poder hacerlo en otras carreras más solicitadas, la profesión… Leer más »
1. Nosotros “exportamos” a nuestros hijos, licenciados y graduados universitarios, con másters, doctorados, etc., que tienen que ir a buscarse la vida a países que valoren más el mérito, la capacidad y la igualdad, pues aquí solo “prosperan” los políticastros, y sus hijos y familiares.
2. Y a sensu contrario, estamos “importando” a gente venida en patera, la mayoría de los cuales no saben hacer una o con un canuto.
ERGO EL RESULTADO ES FRANCAMENTE MALO PARA ESPAÑA,
La verdad, más que educación se trata de una cuestión casi enteramente racial. Introduce unos cuantos negros en Japón, y ya al cabo de unos años tendrán que vivir con rejas electrizadas por todas partes. En Venezuela casi no habían negros en los años 50’s, luego comenzaron a llegar y a multiplicarse muy velozmente. Hoy día casi todo el crimen violento lo cometen personas de piel marrón o negro y todo el mundo vive metido en casas que más parecen un bunker que otra cosa. Repito que si Japón se llenase de negros -o peor, se mezclaran con ellos-, se… Leer más »