Santiago Abascal, presidente de Vox, Javier Ortega, su secretario general, y Pedro Fernández, su vicesecretario jurídico

Antonio G.- Decía un viejo maestro de mi infancia que “quien no es pájaro no debe hacer nidos sobre abismos”. Aquí, desgraciadamente, son algo más que simples pájaros, son buitres de carroña y el presente nos muestra cuan arpíos pueden llegar a ser los ídolos del poltrón.

La reciente aparición de Vox era ya conocida por el gabinete de “Magister” y asesores del Psoe. Éste Consilium sapientis jamás utiliza la astucia para un bien colectivo, sino más bien en beneficio personal, por lo cual, desde la moción de censura y la correspondiente “no convocatoria de elecciones”, es la estrategia llevada a cabo para dar riendas y apogeo en un futuro a estas hienas sin escrúpulos.

Utilizan el arma de Vox, conociendo perfectamente la división que en el PP acarrea, hacen caso omiso ante cualquier petición por parte de sus ciudadanos con tal de alargar su candidatura hasta llegar a las elecciones que, esta vez sí, ganarían tras haber fragmentado anteriormente a su único opositor. Los medios se encargan, mediante una serie de estrategias, de dar auge (siempre en función de sus intereses) a cualquier partido que por otra parte les afiance a ellos. DEMOCRACIA, This is the cuestion, la realidad es más cruel…

¡Quien tenga oídos oiga!