La Generalitat nombra catedrático de dolçaina a un estudiante sin título
La Conselleria de Educación ha nombrado catedrático de dolçaina a un estudiante sin título para seleccionar a los alumnos de música de un conservatorio de Valencia, después de que este se hubiera inscrito para recibir los estudios y fuera posteriormente rechazado en la bolsa de trabajo. Según ha avanzado el diario «Las Provincias», el departamento que dirige el conseller Vicent Marzà (Compromís) ha elegido a este alumno sin cumplir los requisitos para optar a la bolsa de trabajo en la especialidad de «dolçaina», por parte de la dirección general de Centros y Personal Docente, ya que que entre ellos se requería «poseer el título superior de música de la especialidad de dolçaina» o «el título superior de música de una especialidad y acreditar formación y experiencia en el instrumento».
El alumno en cuestión, Pasqual Salort Aguilar, que aspiraba a estudiar el grado superior de dolçaina, se presentó a su vez a la bolsa de trabajo para impartir las clases de la especialidad de este instrumento, convocada el 26 de junio de 2018. Sin embargo, Salort no fue admitido «tras no presentar la titulación exigida» (la de título superior), según explica el mismo diario. Tan solo dos personas llegaron a las fases finales; sin embargo, quedaron ambas eliminadas al no pasar la prueba de aptitud una y al no presentar la práctica otra. La dirección general de Centros declaró la bolsa desierta y la titulación superior de dolçaina se quedó sin catedrático para impartir las clases.
Las mismas fuentes indican que, tras intentos fallidos de cubrir la plaza de especialidad de dolçaina en el cuerpo de catedráticos de música en cada convocatoria de la Generalitat Valenciana, Educación decidió rebajar los requisitos, por lo que ahora para impartir estas clases superiores de música del conservatorio Joaquín Rodrigo de Valencia tan solo es necesario tener un título de grado profesional de dolçaina (justo por debajo del superior) y una licenciatura en Historia y Ciencias de la Música.
Con estas exigencias, el estudiante Salort consiguió la plaza el 26 de octubre, y pasará a dar clases como catedrático.
¿De verdad existe esa cátedra?
¿No sería mejor decir “dulzaina”? Pregunto porque no sé si se trata del mismo instrumento, en cuyo caso creo que sería conveniente traducirlo y usar el nombre en castellano.
LA MUJER DE PEDRO SÁNCHEZ ES “catedrático” DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE, y obra más que un catedrático…, sin haber pisado nunca la universidad, ni siquiera como alumna.
No se de que nos extrañamos, la verdad.
AL FIN Y AL CABO, TODOS LOS DE BILBAO TIENEN “DERECHO” A SER CATEDRÁTICOS, DESDE SU NACIMIENTO.
Corrupción tercermundista igualito que en los países bananeros.
¿Para cuándo la cátedra de Castañuelas? En nombre de Euterpe, PROVÉASE, CARAJO.
Debe ser el sobrino bastardo de la armónica poltra.
SPE.