Carta abierta a cualquier español que se sienta engañado, traicionado y expoliado
Estimado compatriota: No sé si eres de los que, hasta ahora, te habías mostrado abstencionista, votante del PP, del PSOE o de cualquier otra formación. No lo sé. Pero estoy seguro que de un tiempo a esta parte estás siendo visitado en tu hogar a través de los medios, por líderes de nuevas formaciones políticas que dicen venir a regenerar el sistema y que te invitan a votar en las próximas elecciones.
Puedo imaginar tu repugnancia y desprecio hacia la clase política que ha gobernado y gobierna este país. Animadversión hacia esa banda de corruptos y vividores que lo único que han buscado durante todos estos años ha sido un lugar en el pesebre nacional, autonómico o local a razón de cinco o seis mil euros mensuales, mientras tú, seguramente, si todavía conservas un empleo, no tienes ni para ir al cine con los tuyos después de contribuir con tus impuestos a saciar el estómago de esos vividores y su red clientelar repartida entre diecisiete reinos de taifas.
Yo te comprendo perfectamente. Y, ¿sabes porqué te comprendo? Porque yo también me he sentido víctima de esta banda de saqueadores. Yo he sentido también en mi carne y en mi alma ese ninguneo, esa burla y esa indiferencia, a pesar de cumplir fielmente como ciudadano español con el orden constitucional establecido.
Durante todos estos años, muchos, supongo que como tú, he sentido hastío, y abatimiento al ver que la sociedad no ha reaccionado cuando se la pisoteaba indiscriminadamente. Hemos sido votantes por un día y contribuyentes de por vida, y ahora, cuando nos consumimos de rabia y dolor por los atropellos llevados a cabo por el okupa de la Moncloa y su banda, entonces, vienen de nuevo los medios de contaminación a meterse en nuestra casa a pedirnos que garanticemos a estos vividores de la política la “vida padre”, mientras sus pantallas nos muestran como un hijo de puta se limpia los mocos con el símbolo sagrado de nuestra nación, y el aplauso unánime de comunistas, separatistas, terroristas, falsificadores de tesis doctorales y profanadores de tumbas.
Nos dejan sin los derechos más elementales mientras se los otorgan sin restricción a los ilegales, y tampoco tenemos la posibilidad de defendernos enfrentándonos a la chusma que se chotea y se adueña de la calle, sin que el poder político ordene a la Policía identificarnos, molernos a palos, y finalmente detenernos.
Tú, mi querido compatriota, que no eres ningún estómago agradecido ni enchufado de la política, sé que estás desencantado y asqueado; estás desilusionado, harto y dolido. Tienes sobradas razones para no creer en esta banda de vividores ni en el sistema que los sostiene, porque ambos nos han traído este clima generalizado de desencanto, de desesperanza, de inseguridad y de pesimismo. Han institucionalizado la holgazanería y la vagancia mediante el diezmo a modo de prestación como instrumento político para perpetuarse en el poder como sucede en Andalucía, robando a manos llenas y sin miedo a ser barridos del pesebre tras la cita con las urnas.
El desempleo baja gracias a los contratos basura y al empleo precario, mientras las multinacionales presentan sus balances con resultados astronómicos. Se fomenta la corrupción a todos los niveles. Nuestra nación está rota, y, aunque no se quiera ver, vivimos un preámbulo de guerra civil. Nuestros mayores han quedado reducidos a “objetos inservibles” que estorban. Los pensionistas son utilizados como arma política para ser movilizados en la calle a capricho de los pesebristas. Han enfrentado a hombres contra mujeres mediante la “ideología de género”. Han encanallado y envilecido a la juventud con la pornografía y el desmadre de alcohol y drogas. Han fomentado el separatismo mediante un adoctrinamiento en los centros de enseñanza y en los medios de comunicación, permitido por los distintos gobiernos centrales. Y, por supuesto, han sembrado el odio entre españoles por motivos meramente políticos.
Pues bien, estas formaciones, continúan apareciendo como vencedoras en las encuestas del CIS en caso de celebrarse nuevos comicios. Encuestas, en las que también aparecen partidos que los mismos medios, como he apuntado anteriormente, han metido en nuestros hogares como marcas blancas del bipartidismo o instrumentos de dispersión del voto.
Resumiendo, se celebrarán los comicios, la mayoría muy democráticamente podrá otorgar el poder de nuevo en Andalucía a quienes han robado a manos llenas y se han gastado el dinero público en bacanales, putas y drogas. Los pesebristas, se mostrarán satisfechos por seguir ostentando el poder a pesar de sus canalladas y de dirigirán a sus palmeros a través de sus medios afines pero deficitarios, para decir que “el pueblo se ha pronunciado libremente en las urnas”. Y mientras, millones de compatriotas, que sabemos y seguimos sosteniendo que el peor y más peligroso enemigo de la razón y de la libertad es el sufragio universal, continuaremos asistiendo por nuestra inacción y falta de entendimiento a la muerte lenta de nuestro pueblo, provocada por esa farsa que nos dice que la mayoría siempre tiene la razón, aunque esa mayoría esté conformada por una masa amorfa, cuya base moral está completamente podrida y corrompida por la falsedad y la mentira.
La mayoría ya ni siente ni padece…
Señor Román me ha hecho Usted llorar.
Amén.
Ahora falta saber y decir como solucionarlo.
Saludos Patriotas Españoles.
Totalmente de acuerdo, don José. Como decía una frase que he leído recientemente: no es que haya corrupción en el sistema, es que la corrupción es el sistema.
NO CITA VD la mayor lacra que tiene hoy la Sociedad, cual es la Apología de la Homosexualidad en todas sus vertientes; y, sobre todo, su promoción en Centros Educativos de Infantil y Primaria que, en otros países, serían delitos muy graves y por tanto cárcel para los instigadores.
Es decir, CARTA ABIERTA A TODOS LOS ESPAÑOLES…, pues todos (o casi todos), nos sentimos traicionados, engañados y expoliados por el actual gobierno, pero también por el anterior.
La base de un estado justo es una justicia imparcial, una ley dura y unos castigos, que no nos dejen otra vez pecar… Quién quere eso, para si mismo? Pocos… Pero si para los demás. Solo, un país con FE, en Los Diez Mandamientos, podrá. CONCORDATO YA! Tolerancia, para las demás religiones “Del Libro” y quizás,podamos mejorar.