Un policía nacional admite que grabó a sus compañeras cuando se cambiaban por estar “distanciado” de su mujer
Un policía nacional ha reconocido este martes en el juicio que en agosto y julio de 2015 instaló un ‘pendrive’ con cámara oculta en los vestuarios de la comisaría especial del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para grabar a una compañera por “la atracción” que sentía hacia ella en una época en la que estaba “distanciado de su mujer”.
“Sí, sí, lo hice. En aquella época mi mujer atravesó una enfermedad y reaccione de esta forma. Lo llevé mal y desembocó en todo esto”, ha lamentado a preguntas de la fiscal Pedro C. G., quien afronta una petición fiscal de tres años de cárcel por un delito contra la integridad.
La acusación particular la ejercen las tres víctimas que sufrieron las grabaciones ocultas, siendo una de ellas la que descubrió lo que estaba pasando. Su defensa solicita una condena de cuatro años de prisión para el encausado por tres delitos contra la integridad.
Visiblemente afectado, el agente no ha titubeado al reconocer ante el tribunal todos los hechos de los que se le acusa, admitiendo que colocó “tres o cuatro veces” el ‘pen’ para obtener imágenes. Pese a reconocer la acusación, ha querido dejar claro que sólo quería grabar a una de sus compañeras por “la atracción” que sentía por ella en “una época dura” por la enfermedad de su mujer.
Tras su detención, el agente fue suspendido de empleo y sueldo durante unos cuatro meses. Actualmente, realiza labores contra la delincuencia en una comisaría de la capital. Su abogada ha detallado que su cliente fue condecorado con la Cruz al Mérito Policial en sus 20 años de trayectoria policial.
Una de sus víctimas ha relatado que un día se percató que en un rincón del vestuario había colocadas bolsas y otros objetos que no solía haber. Entonces descubrió que había un pendrive oculto. Inmediatamente después, fue a comprobar el contenido del mismo.
“Vi los archivos y se veía a mis compañeras y a mi cambiándonos. En otro archivo, había una mujer desnuda en el baño. Le pasé el pen al Inspector de Servicios”, ha narrado la agente.
“Me sentí mal, desubicada. No entendía cómo un compañero podía hacer eso a sus compañeras. Tenía miedo por si difundía los archivos. Estuve meses que me costaba ir al trabajo, pero mis padres me han enseñado que hay que ir a trabajar”, ha subrayado.
Hechos juzgados
Según el fiscal, Céspedes instaló en septiembre de 2015 en los vestuarios femeninos de su comisaría un pen-drive con cámara que llevaba incorporado un sensor de movimiento que permitía el inicio automático de la grabación de archivos de vídeos con audio.
El aparato, que se hallaba activo desde el 26 de septiembre de 2015, fue escondido encima de una de las taquillas del vestuario dentro de una bolsa.
Pese a que una de las policías logró descubrirlo ese mismo día durante el tiempo que estuvo activado el pen-drive grabó a dos mujeres en ropa interior.