Los españoles exigimos a las Fuerzas Armadas que defiendan con firmeza la legalidad y castiguen a los golpistas
Al pactar con los golpistas catalanes la búsqueda de “soluciones políticas” a lo que es un alzamiento violento contra el régimen constitucional español, la chusma política que a través del PSOE, y en alianza con la extrema izquierda, lidera el Gobierno central, ha convertido la situación de la España actual en algo radicalmente insostenible. Y es una situación intolerable no solamente por el devenir tortuoso que sufrirá Cataluña, y especialmente las decenas de miles de ciudadanos no nacionalistas que viven y trabajan en esta región, sino, sobre todo, porque las principales instituciones españolas, desde la Monarquía a la Justicia, pasando por el Parlamento y las Fuerzas Armadas, quedarán ante los ciudadanos como instrumentos inútiles que no pueden salvaguardar lo que nos es más querido y más valioso: la libertad, la convivencia civilizada, el respeto a las leyes, la igualdad entre los ciudadanos y la seguridad para nuestros hijos
Ante la legitimación que el Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho del Golpe de Estado declarado en Cataluña, la Monarquía de Felipe VI y el Ejército español han de saber que los ciudadanos demócratas españoles les estamos mirando fijamente, con tanta atención como desconfianza. Y que esperamos encarecidamente que, a través del artículo 8 de la Constitución, defiendan nuestros derechos como hombres y mujeres libres que somos, que esperamos que protejan el futuro de nuestros niños (y su derecho a vivir y estudiar en su país hablando en su lengua materna) y que esperamos que resguarden con fuerza nuestro sistema de convivencia de esa contumaz patulea nacionalista, incendiaria y radical que, malversando los recursos públicos, trata de imponer a todos los españoles sus pesadillas más delirantes y fanáticas.
En estos momentos de la historia, los ciudadanos simplemente decentes, quienes pagamos religiosamente nuestros impuestos, quienes tratamos de facilitar la convivencia colectiva, quienes tratamos de transmitir ideales de tolerancia a nuestros descendientes y quienes todavía confiamos y creemos en los valores que se derivan de palabras como democracia, patria, tradición, familia, libertad, estirpe o historia, nos encontramos excepcionalmente indignados por la negativa de nuestras instituciones, mayoritariamente en manos de la extrema izquierda y de los independentistas periféricos, a defender nuestros derechos más elementales: sobre todo, a la seguridad física, a la protección normativa, a la garantía de podernos entender en español con nuestros vecinos, a la libertad en cualquier parte de nuestro territorio y a la esperanza de un futuro para nuestros hijos.
Cada vez tenemos menos cosas, menos certezas, menos seguridades y menos confianza en este Estado traicionado por el PSOE y sus correligionarios filoterroristas y secesionistas. Y cada vez tenemos más rabia y más tentaciones de defendernos por nuestra cuenta. Y algunos deberían comenzar a imaginar qué puede ocurrir si muchos españoles comienzan a tomar las decisiones necesarias y urgentes que sus instituciones son incapaces de tomar… Por este motivo, los demócratas españoles esperamos que el Rey y la Jefatura del Ejército nos defiendan de la sinrazón y castiguen a los golpistas, y a sus legitimadores, como marca la Ley. Y habrán de hacerlo así, con contundencia, eficacia y rapidez, porque, en caso contrario, podría darse la situación de que una posible independencia de Cataluña pasase a ser el menor de sus problemas.
(La Tribuna del País Vasco)
Las fuerzas armadas hacen lo que se les ordena, para bien y para mal, lo que ocurre es que la unidad de España – como tiene que ser – solo hoy lo haría Ciudadanos y Vox , o sea que depende del voto nuestro, así que urnas pronto. URNAS YA, que esto está agotado.
Miren, llevo desde principios de diciembre con los uniformados de cóctel en cóctel, que es a lo que están.
A todos los españoles de bien les deseo ¡Felices Fiestas!
Buenas noches.
Pedir al Ejército (o lo que queda de él) que haga algo, es como pedir peras al olmo…
Una absoluta pérdida de tiempo.
Ellos están a lo que están: ascensos automáticos, trienios, medallas, residencias militares, que son auténticos hoteles, en el centro de las ciudades, y a precios de risa, apartamentos a precios también de risa para irse de vacaciones, etc.
SON PARTE DE LA CASTA. CASTA DE UNIFORME, PERO CASTA AL FIN Y AL CABO.
¡Salvo alguna honrosa excepción, que también las hay!
El rey no hará nada, porque simplemente es un florero decorativo sin ningún tipo de poder, y el ejército tampoco hará nada, ya que el poder castrense está castrado desde hace más de 40 años, y además está al servicio del mundialismo bajo el poder de la OTAN, y no al servicio de España. Los únicos que podrán hacer algo son los verdaderos patriotas españoles cuando se levanten en armas contra los enemigos de España para salvar nuestra supervivencia como nación, tal como ocurrió en el año 1808 cuando los patriotas españoles expulsaron a los ejércitos invasores franceses de Napoleón.
Estamos MANTENIENDO A CUATRO REYES Y A UNA PRINCESA HEREDERA, que en realidad no pintan nada, ni sirven de mucho… ¿Hasta cuándo?