Juan Marín, un figura
De AP al Cis sanluqueño, sin ponerse la antitezánica y sin romperse ni mancharse, para posarse virginalmente en los temblequeantes cables de Ciudadanos por los que discurre tanta luz, ha estado apoyando a la cerebral y lozana Susana, a esa diosa de la demagogia sencillita –de andar por casa en bata y zapatillas- y cobertora, sin que se le cayese anillo alguno de sus afilados dedos de relojero de palacio de los santos y confesores Telmo, Griñán y Chaves.
¿Vale eso de pasaporte para la eternidad? ¿Where is el mérito? ¿Hay que quitarse el sombrero?
Suena a hueco -I’m sorry- a vacuo y a pestezuela de atarjea. Como para ponerse gallito con quienes quieren sanear la obra viva del barco de adherencias pegajosas al viejo sistema regimental, donde se baldeaba con dineros públicos y ¡hale! a vivir que son dos días.
¿Alguien ha hecho cosas a alguien que no debía? ¿Se va a saber? ¿Al bello durmiente de Moreno Bonilla? ¿Un expediente rutilante? ¿Viene ya genuflexo de casa este Marín?
Me parece perfecto que se atesen los cables antes de zarpar, que se cante la gallina por quienes tienen derecho a hacerlo, que se les escuche con atención, que se molesten en hacerlo y que se respete a los cuatrocientos mil de la fama –el pueblo soberano del que emanan los cuartos y la soberanía, no lo olvide nunca nadie de ningún partido o bandería- los que han tenido el valor de acabar con ese nido de cucarachas con salidas a mil escondrijos. O se sacuden las alfombras y se corren los muebles haciendo una rigurosa endodoncia, o volverán a proliferar las liendres rojizas que se adhieren a las paredes y a la mentira, su único alimento.
En Público, ese dechado de pureza en la acondroplaxia izquierdista imperante o neomarxismo que se hace el democrático fuera de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba, se les acusa con infamias –las de toda la vida entre el rojerío malperdedor- de antifeminismo sin ilustrar, de romo antieuropeísmo, de xenofobia rampante, donde pone igualdad ante la ley para hombres y mujeres, europeísmo moderado y respetuoso sin ceguera inducida en nuestras competencias, u orden y seriedad en las venidas e integraciones al gusto del que asila, y no al gusto de una ONU vencida hacia lados impresentables con dineros de por medio, que dictamina invasión y sometimiento descojonante desde una autoridad que no se divisa por sitio alguno.
En España hacía falta esa reacción y ya la tenemos creciente y resolutiva, extendida por todo el país. Se acabó el carbón.
A mí, es que lo del Lozano zapateril me da qué pensar, no puedo evitarlo. ¿Serán primos? Es lo que tenemos los gatos escaldados.
Antes de fundar el partido Ciudadanos independientes de San Lucar “Cis”(casualidad de siglas Tezanicas) estuvo un añito apoltranado en el Partido Andalucista. Ya ha probado de todo.
JUAN MARIN lo único que quiere es ser VICEPRESIDENTE DE LA JUNTA, y le da igual que sea con unos o con otros.
Y la actual presidenta, sin oficio ni beneficio, y a la que supongo pronto le cortarán la cabeza “los suyos” que van a ingresar en las listas del paro, ¿SE DEDICARÁ A FREGAR ESCALERAS, que, posiblemente, es para lo único que sirve…?