El español Pablo Ibar se queda en el infierno: declarado culpable por el jurado en su cuarto juicio en Florida
Pablo Ibar se queda en el infierno. «Guilty», «culpable», la palabra maldita. Lo ha decidido este sábado a las diez y media de la mañana un jurado de doce personas en los juzgados de Fort Lauderdale (Florida, EE.UU.). El veredicto lo traía la presidenta del jurado, en papel dentro de un sobre que guardaba el futuro de Ibar. Cara o cruz. Lo ha leído el juez. «Culpable» en todos los cargos contra él. Un mazazo demoledor, que destroza las esperanzas del español. Lleva entre rejas casi un cuarto de siglo, acusado de un triple asesinato que él asegura que no cometió. Dieciséis de ellos en el corredor de la muerte, con la sombra de una ejecución que podría ocurrir en cualquier momento.
Después de años de lucha, soportados en la fe robusta de Ibar sobre su inocencia, en 2016 consiguió que el Tribunal Supremo de Florida anulara su condena a muerte e impusiera un nuevo juicio porque las pruebas contra él eran endebles. Durante seis semanas, su defensa ha buscado que convencer al jurado de lo mismo. No ha sido suficiente.
Ibar no se desplomó al oír el veredicto. Nunca lo ha hecho. Negó levemente con la cabeza y voluntariamente, mientras el juez seguía leyendo, se puse de pie para que el alguacil le colocara las esposas por detrás de la espalda.
Odisea judicial
La vida de Ibar, el hijo de Cándido, un pelotari vasco emigrado a Florida en los años sesenta, no era del todo recta, pero se torció por completo a mediados de julio de 1994. Le detuvo la Policía tras una escaramuza entre pandilleros y trapicheadores de segunda. Poco después, se le relacionó con un crimen espantoso. El dueño de una discoteca local y dos chicas jóvenes fueron asesinados de forma brutal en un chalé de Miramar, un suburbio del sur de Florida donde vivía Ibar.
Una cámara de seguridad casera lo grabó todo: dos personas entraron en la casa, golpearon, robaron y dispararon a bocajarro a las víctimas. El rostro de uno de los dos asesinos es registrado por la cámara: se tapa la cara con una camiseta, pero se descuida en varios momentos y se percibe su cara. Es una imagen en blanco y negro, granulada, de calidad ínfima. El rostro guarda un cierto parecido a Ibar. Eso fue suficiente para que la policía, presionada para encontrar al culpable, le acusara de asesinato.
Ibar nunca ha dicho que en su juventud fuera un modelo de conducta. Eligió malas compañías. Pero siempre ha defendido que él no es un asesino. Su coartada era muy simple: aquella noche la pasó en casa de Tanya, una chica de dieciséis años con la que empezaba a salir. La Policía, sin embargo, se empeñó en montar una acusación desde el parecido de la imagen del vídeo.
Según han defendido los abogados de Ibar, los investigadores presionaron a testigos, manipularon ruedas de reconocimiento y desecharon otras líneas de investigación. Para ellos, el vídeo era lo que en EE.UU. se llama la «pistola humeante», una prueba incuestionable que basta para asegurarse una condena. Pablo, Cándido, Tanya y el resto de su familia han dedicado casi un cuarto de siglo a demostrar lo contrario.
El veredicto de «culpable» tumba un esfuerzo descomunal de los Ibar por demostrar su inocencia. Su caso cayó en un agujero de irregularidades procesales y de manipulaciones policiales, rematadas por un abogado insolvente. El resultado: la condena a muerte tras un juicio en el año 2000. De ahí, al corredor de la muerte. Ni él ni la familia desfallecieron. Buscaron apoyos en España, contrataron otro equipo legal, apelaron, recurrieron, cuestionaron…
La recompensa llegó en 2016, con la anulación de la condena por parte del Tribunal Supremo de Florida, que dictaba lo que para muchos es obvio: las pruebas contra Ibar no son sólidas. Los testimonios de los testigos eran contradictorios o manipulados, no había rastro de ADN de Ibar en la escena del crimen, ni huellas dactilares, ni ninguna otra evidencia de peso.
El jurado del nuevo juicio ha tirado todo por tierra. Ahora se abre un panorama incierto por delante. ¿Más apelaciones, más campañas para recaudar fondos para los costes legales? «No sé, ¿qué más se puede hacer?», se lamentaba Cándido, el padre, el que nunca pierde el ánimo. De momento, el próximo 25 de febrero comenzarán las vistas para decidir la sentencia. Lo hará el mismo jurado y tendrá la opción de volver a imponer una pena de muerte o condenarle a cadena perpetua. Pablo salió de la sala con la misma mirada de determinación que ha tenido todos estos años, la de nunca dejar de luchar.
Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, y NO OS ARREPENTIRÉIS…está escrito, y los gringos a diferencia de los progreflautas si lo han leído
Bueno, mientras sean vascos, todo les va bien. Felicidades
Es inocente hasta que se demuestre lo contrario y como no se ha podido demostrar su culpabilidad, es inocente.
Solo hay un problema en el mundo y es que estamos totalmente engañados desde hace siglos por un conjunto de personas, o algo parecido, que. no tienen más objetivo que tener más dinero que todos los demás, todas las industrias y todas las riquezas de los demás pueblos.Nos engañan como a niños , Su religión es un robo de otra preexistente.Ellos pueden hacer lo que les de la gana a un goyim, una persona que no pertenece a su banda. Son MALOS, engañan, roban y se han apoderado de la tierra tras apoderarse de Inglaterra y dp de EEUU,ROBANDOLES SUS… Leer más »
Aún suponiendo que sea culpable, QUE CREO QUE NO, en España ya llevaría más de diez años en libertad, por lo menos.
En Estados Unidos, la mayor parte de las condenas se consiguen mediante acuerdos con el fiscal. El sistema judicial norteamericano es radicalmente distinto al español. Comparecer ante el gran jurado es arriesgadísimo para el reo. Hay que tener en cuenta que a los jurados se les somete a una gran presión desde que comienza el proceso de selección y luego durante las sesiones del juicio y posterior deliberación. Se les saca de sus trabajos, de su vida corriente y se les entrega la decisión sobre la vida de un hombre. Suelen estar enfadados y en este caso tan mediático, es… Leer más »
La justicia americana, nunca da marcha atras.Conoci a su tio, el malogrado boxeador.Incluso conservo una vieja fotografia, con el.Era un buen tipo…Siento lo de Ibar.No se si es culpable, pero nunca viajare a USA, porque los yankis nunca me cayeron bien.Las pocas veces que he tenido algun yanki cerca, casi acaba el asunto de forma expeditiva, pero son muy rajaos.Mas de lo que la gente piensa.Que les den.Le deseo suerte a este hombre, porque su familia, me parecio siempre buena gente.Saludos.
Ostras, como te entiendo, USA solo para alguna escala ya es una pesadilla, y soy pacífico pero como me tuve que contener para no darle de guantazos a un gringo y acabara mal la cosa, totalmente de acuerdo contigo, y aunque no todos son así, hay lugares mejores por visitar.
Pues si es culpable que lo pague, si fuese negro o moro no tendriais dudas…
Y tu eres un hijo de puta.Si vinieras por Andoain, no tendrias huevos de decir eso, puto cabron.
A la izmierda progre y mediática le han derribado otro ídolo. Reconforta ver que hay países en los que la justicia se sigue aplicando (cada día con más trabas) y no se doblega ante los buenistas. Ya solo les faltaba pedir que lo juzgase en España un juez pudremita
Hijo de la gran puta como se nota que no eres familiar subnormal vente a Zumaia y dimelo a la cara avisado quedas .
Además de los familiares, que deben sufrir indiscutibñemente lo indecible, mucha gente sentimos indignación ante la situación de este hombre. Da la impresión que la defensa ha sido incompetente, que lo ha dejado a la intemperie.Hay que poner profesionalidad competencia, y emoción en un asunto que determina la vida o la muerte, nada menos. –
nunca hubo pruebas concluyentes contra Pablo, Y LLEVA 24 años en el talego e incluso pueden llegar más lejos…así que si a ud esta triste, injusta y absurda situación le “reconforta” entonces ya queda retratado ud como lo que es: un pobre imbécil
En España, aún siendo declarado culpable, hace diez años mínimo que estaría en la calle.
Prefiero un sistema como el americano al cachondeo injusto e inmoral español, donde criminales y grandes ladrones en dos días están en la calle.
Leyendo la noticia parece increíble que esté condenado a muerte.
Nunca sabremos con seguridad si cometió los tres asesinatos. Sólo él y Él lo saben.
Veremos si es condenado a muerte o a cadena perpetua.
Caso que en realidad hubiese perpetrado los crímenes, la pena capital es lo más justo.
Confiemos que el Sumo Hacedor ilumine a quienes tengan que decidir.
Admiro mucho a los EE.UU, una nación muy variada tanto en lo social como en lo politico, con leyes muy distintas entre los diferentes estados, varias religiones etc. Con toda esa amalgama, conseguir articular un País tan cohesionado es digno de admiración. Pero su sistema judicial no me gusta, parece que uno tenga que demostrar su inocencia en lugar de que ellos tengan que demostrar tu culpabilidad. El principio de que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario parece no regir en esa nación, más bien parece que su empeño en que ningún crimen quede sin… Leer más »
Y todo, para que no entre en cólera la diosa democracia.
Este hombre es sobrino del fallecido boxeador Urtain, por eso tuvo bastante repercusión en España cuando ocurrio este hecho. Al parecer, no gustó mucho a las autoridades Americanas la publicidad y presion que se intento desde España dar a este asunto, parece ser que todo esto más que ayudar lo que hizo fue enfurecer más a “la bestia”. Por otro lado, de lo poco que se sabe, porque aunque parezca increible sólo llega una parte de la información, el motivo principal de que se repita el juicio y que todavia no lo hayan ejecutado es la ausencia de ADN de… Leer más »
De entrada, el sistema de jurado se ha demostrado como extremadamente voluble. Doce personas de la calle, sin ninguna formación y que han seguido, aunque sea mínimamente, el caso por los medios, no están en disposición de juzgar a nadie.
Y no dudo que historicamente tenga su motivación y fuese instituida la figura con buena intención pero actualmente no se puede sostener. Es como si los veredictos se dictaran por una consulta televisiva.
Sin entrar a valorar la perfección o imperfección de los sistemas judiciales, para mí imperfectos, como obra humana que son, no sé si será culpable o no. Pero yo en su lugar, y conociendo la idiosincrasia de los estadounidenses, sabiendo que me pueden ejecutar siendo inocente, una vez muerto no puedo luchar por demostrarlo. Es una vía sin salida. Por otro lado, no sé si en el estado de Florida si el culpable se declara así, se le conmuta por la de cadena perpetua, pero al menos sigue vivo y luchando por demostrar su inocencia. Ahí tiene una oportunidad. Recuerdo… Leer más »
Pues en función de lo comentado en la noticia, una de dos: o es culpable o ha tenido mala defensa….
Me estoy acordando de aquella famosa película “Doce hombre sin piedad”. Genial…
La noticia es una parte muy pequeña de todo el proceso y ademas sesgada a favor del español. Saludos,
El “español” que adquirió la nacionalidad española una vez condenado en primera instancia, para así disfrutar de la ayuda consular de una nación que le importó un comino hasta entonces. La noticia es muy sesgada. Algunos se enredan con el ADN (como si esto fuera la regina probatorum de la instrucción penal). Olvidando que ha aparecido ADN suyo en la camiseta dejada en el lugar del triple crimen, con la que aparece embozado en unos de los fotogramas del video de seguridad interior del lugar de los asesinatos, lo que refuerza el mismo video que adolece de falta de nitidez.… Leer más »
Lo tiene realmente imposible… en USA la justicia cuando quiere es dura a más no poder para bien o para mal, no voy a decir si el hombre éste es culpable o no, ya que para ello hay que saberse la “letra chica” de lo que ha pasado en el jucio y ver todas y cada unas de las pruebas presentadas tanto por fiscal como por el abogado defensor, para poder de esa forma tener una idea más o menos sesanta sobre el asunto.
Lo siento por él, y por su familia.
CREO QUE YA HA SUFRIDO BASTANTE, aunque más han sufrido las personas asesinadas, dicho sea de paso.