Manifestación independentista de Madrid, a su llegada a la Plaza de Cibeles

AD.- La jaimitada separatista en Madrid ha sido lo último. Pero vendrán más y también serán cada vez más los españoles que muestren su hartazgo con los secesionistas. Y también con sus cómplices en Madrid.

Si hemos llegado al actual punto de rechazo a cuanto representa Cataluña en el contexto de España es porque no hemos sabido decir ‘basta’ a la opción de ponerles la otra mejilla una y otra vez. No es tiempo de circunloquios ni de frases huecas que no dicen nada: es hora de mano dura. Mucha mano dura.

No nos gustan. Nunca nos han gustado. Son más falsos que un euro de madera, más traicioneros que el puñal oculto de un yihadista y menos fiables que Falete de socorrista. No todos, claro.

A los separatistas les encanta hacer el numerito en Madrid. Se refieren a la meseta de forma peyorativa, pero bien que les encanta escabullirse en la capital y disfrutar de una ciudad que ya supera en Barcelona en todo. Les pasa lo mismo con las tradiciones de otros pueblos del resto de España, que luego, sin embargo, copian sin rebozo para amenizar sus fiestas y veladas.

Cuando hablan parecería que están mascando alguna sustancia fétida. Tal vez en esa impostura verbal esté la clave de que se rían del acento de otros pueblos. Cataluña es una región sin futuro. Al menos la Cataluña que defienden estos gañanes. Desciende cada año la natalidad catalana mientras crece, y a qué ritmo, la de los nuevos pobladores, que serán mayoría antes de 50 años.

Como el catalán tiene que andar de permanente trifulca con el resto de España, ahora se sirven del ‘procés’ para poner de manifiesto todo el cúmulo de taras mentales y morales que siempre hemos denunciado. Andan envalentonados porque saben que los españoles estamos siendo gobernados por auténticos cobardes.

Así las cosas, no es extraño que muchos españoles hayan perdido la paciencia y estén tan hartos de estos canallas que incluso se atreven a expresarlo de la forma desabrida que lo hace el señor del vídeo. Se trata de un transportista de Zaragoza al cruzarse con muchos de los que viajaron a Madrid, con todos los gastos pagados, para hacer exaltación del golpismo. “Puta caterva, gilipollas, hijos de perra..”, son algunas de las expresiones lanzadas por el transportista a los independentistas.

Les dejamos con este testimonio de la España que dice “basta” y exige acabar con el desafío catalán por lo civil o por lo criminal.