En el censo electoral, el mayor segmento de población es el de los pensionistas, que ronda los diez millones.

Parece que los Partidos (todos) no han caído en la cuenta de su importancia numérica.

Como no todo es la revalorización de la Pensión, voy a darles “gratiae et amore” una serie de ideas que al que las pusiera en marcha le daría la “mayoría biológica” que ellos significan.

En primer lugar, hay necesidades sanitarias no cubiertas por la Seguridad Social; y cuya decadencia sobreviene necesariamente con la edad.

Se necesitan gafas, se oye mal y se mastica peor.

Por qué tienen que estar condenados el resto de sus vidas a comer puré, no enterarse de la mitad de lo que se les dice y quedarse sin poder ver bien el cine o la televisión, o a sus propios nietos?

Salvo que se gasten un pastón (del que la gran mayoría no dispone), la “condena” es a perpetuidad.
Otro problema muy importante es la carga impositiva que para muchos supone el IBI. Impuesto sobre unas viviendas adquiridas con enorme sacrificio a lo largo de los años.

Tanto costaría reducirlo, incluso eliminarlo, según fuera el importe de su Pensión y no teniendo otros ingresos?

Seguro que no. Para ello, como se suele decir (y no se hace), simplemente hay que tener “voluntad política”.

Y cierro el capítulo de sugerencias/necesidades proponiendo también una significativa reducción fiscal en los elementos de primera necesidad: agua, luz y gas.

Son miles los hogares de Pensionistas que se ven obligados a reducir muy mucho las horas de calefacción en invierno.

No hay derecho a todo ello.

Lo que si hay son diez millones de votos… ¡esperando!

Politólogo