Waterpolo: España, honrosa plata mundial ante una Estados Unidos de leyenda
Ante la campeona de todo, salir a por todas. La medalla y el pase a Tokio asegurado, sí, pero la ambición siempre es la más alta en esta selección española que protagonizaba la tercera final grande en los últimos cuatro mundiales. Pero Estados Unidos, que tenía puntos débiles, pero una portera soberbia, impuso su mayor poderío para ganar el partido y convertirse en la primera selección en levantar tres títulos mundiales.
Los dos equipos se conocían de maravilla. España había aprendido de ellas después de sufrir dolorosas derrotas tanto en la final de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 como en la final del Mundial de Budapest. Apenas una victoria sobre ella, en los cuartos de final del Mundial de Barcelona 2013, por derrotas en todos los demás encuentros. «Tienen puntos débiles, pero no les encuentras muchos errores», admitía Maica García a este periódico en la previa. Pero también Estados Unidos había hecho los deberes analizando cómo desbaratar el empuje de una selección española que siempre está ahí, en las grandes citas.
Ya la estrategia fue clara desde el inicio: una defensa muy abierta de Estados Unidos para limitar las penetraciones de España. Desde tan lejos, los brazos nacionales pierden efectividad. Se adelantaron las norteamericanas, empató Bea Ortiz con una muestra de la calidad española, con una finta fantástica. A falta de físico, inteligencia.
Pero Estados Unidos se aferró a esa defensa lejísimos de su portería que hizo mucho daño al ataque español. Porque tenían detrás, en la portería, a una Ashleigh Johnson excepcional, que lo paró todo por arriba, por abajo y por los laterales. Una pesadilla que se iba haciendo más grande por momentos. Con la retaguardia cubierta, las estadounidenses se crecieron también al ataque. 3-1 para finalizar el primer cuarto.
Miki Oca trasladó algo de calma en el primer descanso. Y a la salida, Tarragó, olvidado el vacío que vivió tras los Juegos de Río, alimentó la esperanza con dos tantos que iluminaron un empate en el marcador.
Johnson, la pesadilla
A pesar del empuje y de un punto más de concentración atrás, la igualdad duró un suspiro. En el tercer cuarto Siederman martilleó la moral de Laura Ester para ponerse por delante 5-3. Y toda la efectividad que había resultado exitosa durante todo el torneo (16 goles a Hungría en semifinales) chocó con una Johnson imperial.
Cada parada, un punto menos de energía en la moral de las españolas, que tampoco pudieron cerrar con tanta firmeza la línea defensiva y Estados Unidos se creció, convirtiendo cada robo de balón, cada lanzamiento fallado español, en gol al contragolpe. Un parcial de 4-0 impulsó a las de Adam Krikorian con una ventaja que ya fue insalvable, a pesar de los intentos de Ortiz, Espar, Tarragó. Solo pudieron limar la desventaja en un último cuarto con las energías y la esperanza al límite. España, no obstante, vuelve a dar la cara en una final de las grandes. Es una plata mundial. Otro podio en la élite del waterpolo, orgullo y compromiso siempre.