Contra el útero de alquiler
Diego Fusaro. – Eligieron llamarlo “subrogación”, porque se aprovecharon de la lección de Orwell.
En “1984” Orwell explica que el poder recurre a una neolengua acuñada ad hoc para mantener a los sujetos en condiciones de cautiverio simbólico y real: para que amen sus cadenas, porque no son capaces de percibirlas como tales, y estén siempre dispuestos a luchar contra cualquier eventual libertador.
La neolingua sirve precisamente a este propósito: asegurar que los esclavos no puedan llegar a la conciencia de su esclavitud y vivirla con alegría y entusiasmo, lobotomizados por el poder y sus prácticas manipuladoras.
Por eso el sintagma neo-orwelliano con el que elegimos llamar “maternidad subrogada” es la práctica obscena del útero alquilado, con el que una mujer, a cambio de una cuota, pone a su disposición – ¡un alquiler! – el útero a aquellas personas que no pueden o no quieren tener hijos con los suyos.
Hace menos de veinte años parecía imposible. Hoy en día, sin embargo, parece imposible que haya quienes se opongan a esta práctica: quien lo haga es inmediatamente atacado por el virtuoso coro del bienpensantes como retrógrado, extremista, antimoderno y, por supuesto, “homofóbico”, la etiqueta más en boga en la época de los neolingüistas y de la policía de usos costumbres.
Gramsci dijo que el gesto revolucionario por excelencia es llamar a las cosas por su nombre. Así que intentémoslo, incluso a costa de ir en contra de la corriente del pensamiento único políticamente correcto que, gestionado unívocamente por el poder, establece lo que está bien y lo que está mal, lo que se puede decir y lo que no se puede decir.
El pensamiento único es, de hecho, la superestructura ideológica que glorifica la relación de poder dominante y todas las prácticas que fortalecen el poder mismo.
Digámoslo, entonces, abiertamente. El útero alquilado es una práctica criminal, execrable y horrible. Y lo es porque utiliza a las mujeres pobres como bienes disponibles, como material humano a partir del cual obtener valor añadido. El imperativo categórico de Kant, que prescribe tratar al otro siempre como un fin, nunca sólo como un medio, es aquí totalmente contravenido.
El útero alquilado debe considerarse, pues, sin reservas, una práctica obscena y criminal porque considera a los niños como objetos-mercancía, como artículos de comercio, como productos bajo demanda que dependen únicamente del capricho del portador individual de la voluntad del poder consumista.
El niño ocupa el segundo lugar: en primer plano está el deseo egoísta de poder soberano del consumidor individual, que puede hacer cualquier cosa, siempre que tenga el equivalente monetario correspondiente. Todo lo puede, incluso comprar a un niño: la lista de precios – verifique usted para creer – varía increíblemente de un país a otro.
El útero alquilado es un gesto vulgarmente clasista: es el gesto que permite a los ricos comprar niños a expensas de los pobres, o mejor dicho, de las mujeres pobres obligadas a alquilar su vientre para llegar a fin de mes. Es el triunfo del clasismo planetario, lo que es coesencial a la lógica del desarrollo capitalista del fanatismo de la economía.
Dejémoslo claro sin miedo a la refutación: no hay nada emancipatorio en la práctica criminal del útero alquilado, que marca el triunfo del capital sobre la vida humana, de la economía sobre la dignidad, de la plusvalía sobre el derecho a la vida.
Es una batalla de civilización, una vez más: es necesario oponerse, sin más, a esta enésima práctica obscena que surge del clasismo y la reificación, es decir, de las patologías que son co-originales con respecto al capitalismo.
Quien acepta, practica o defiende el útero de alquiler -es bueno saberlo- está defendiendo un crimen contra la humanidad, reducida ésta a bienes para la venta.
Sin restricciones, sin límites, sin religión: puedes hacer con ella, con la humanidad, lo que quieras. Eres libre de Dios y de la vieja moral burguesa.
Pero el “puedes” en cuestión es siempre el de la sociedad de mercado: “poder”, en realidad, significa “tendrás que hacerlo”. “Puedes, porque nadie te lo impone ni te lo prohíbe. “Tendrás que hacerlo”, porque será tu condición socioeconómica la que lo importe para sobrevivir, para llegar a fin de mes.
Las mujeres pobres se convertirán -no es difícil de predecir- en los futuros lugares de maternidad, de esa práctica que requiere demasiada responsabilidad y esfuerzo para la sociedad de mercado, para sus ritmos y sus carreras como managers desenfrenadas. Vivirán alquilando sus cuerpos. La lógica del capital es, después de todo, ésta: romper todos los límites éticos, morales y religiosos e imponer en todas partes, sin barreras residuales que puedan frenarla, la ley del omnimercado y el valor del intercambio.
Todo se convierte en mercancía, advirtió Marx en 1847, en La Miseria de la Filosofía.
Incluso el útero, debemos toparnos con esa verdad, para nuestro horror.
(La Tribuna del País Vasco)
MIRE USTED…. LAS MUJERES, INCLUIDAS LAS POBRES, LLEVAN TODA SU EXISTENCIA ALQUILANDO SUS CUERPOS. LO SUELEN HACER PARA DAR PLACER A OTROS Y OTRAS Y PARA GANAR ELLAS MISMAS UN BUEN DINERO…. ALGO QUE PARA UNOS ES MORALMENTE REPROCHABLE Y PARA OTROS NO LO ES; QUE CADA CUAL ELIJA SU BANDO. PERO QUE UNA MUJER (RICA O POBRE) DECIDA AYUDAR A UN MATRIMONIO QUE NO PUEDE TENER HIJOS Y QUE POR ELLO RECIBA UN DINERO (SON NUEVE MESES) Y LLAMARLO CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD ???!!! LO DUDO MUCHO. DE HECHO ESA MUJER LO QUE HACE ES TRAER UNA VIDA A… Leer más »
La neolengua es una perversión del lengüaje. Es llamar Surogación del embarazo al vientre de alqquiler, es llamar “interrupción del embarazo” al aborto, es llamar “conflicto, al terrorismo autóctono, es llamar “progreso” a la decadencia ..Es el lengüaje de la posverdad que es en realidad de la mentira…
Cuando una mujer tiene complicaciones en el embarazo y pierde al hijo ,se llama aborto ..y cuenta en las estadísticas como tal
Esto es, desgraciadamente, un aborto espontáneo que es inevitable. Otra cosa es el aborto voluntario en el que la embarazada decide por su propia voluntad eliminar al feto que, ya desarrollado, se convertiría en un nuevo ser humano apto para la vida y llegaría a nacer. La cantidad de abortos voluntarios es aterradora, La cantidad de abortos espontáneos es incomparablemente menor, aparte de que ante las complicaciones del embarazo se intenta por todos los medios evitarlo, Esa es la abismal diferencia. “La Etadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos… Leer más »
Pues yo por experiencia personal con gente de mi entorno es aplastante la cantidad de mujeres que pierden a su bebé desgraciadamente a la que decide hacerlo.pero si tiene los datos de los dos tipos de aborto se lo agradecería para saberlos
Se sabe estadísticamente que en el año 2017 se practicaron 94.123 abortos voluntarios y en el año 2016, 93,131. Desde el año 2006 hasta el 2013 sobrepasaron con mucho cada año los 100.000 abortos voluntarios..Atendiendo a la población, el número de abortos espontáneos representa el 2O% .de todos los embarazos
pero de dónde son esos datos???me parecen poquísimos los abortos espontáneos
En realidad el porcentaje del aborto espontáneo, que casi siempre ocurre en el primer trimestre del embarazo, está relacionado con la edad materna: Menos del 15 % por debajo de los 35 años, 25 % entre los 35 y los 40 años y el 50% a partir de los 40 años.(blog “una mami que se mima” de la doctra en ginecología Sofía Fournier de la clínica Sagrada Familia de Barcelona)
Usted ha mezclado datos María luisa..lo interesante de saber es el porcentaje de abortos naturales del total de abortos en españa.usted solo pone el porcentaje según el rango de edad en abortos naturales
La incidencia del aborto espontáneo en los embarazos confirmados es del 20% según www MSDmanuals.com y añado que en el caso del aborto voluntario, el 89,75 & es a petición de la mujer, el 6,38 % por grave riesgo para la vida o salud de la madre, por riesgo de anomalías en el feto 3,56% y por anomalías fetales o enfermedades graves o incurables o,3 (Statista.com)