¿Mantendrían los ‘indignados’ el mismo tono neutro si gobernara la derecha española?
Jacinto Soler Padró.- Como que el “Facebook” abre todas las puertas de par en par y produce milagros, jóvenes y no tan jóvenes de cualquier lugar y procedencia se han congregado en la Puerta del Sol de Madrid, en la plaza de Cataluña de Barcelona y en otras plazas y rincones de España.
El objetivo es la “protesta”. La protesta por la situación actual. La penuria de todo. La penuria de “democracia”, de trabajo y de tantas otras cosas. El movimiento se quiere semejar en su puesta en escena a otras protestas pacíficas que se han vivido últimamente. Y quizá al mayo francés del 68. Algo así como el preludio del advenimiento de un cambio. “Democracia directa”. Este sería el slogan. Que entre el poder y el pueblo no se interpongan los partidos políticos. “Los partidos son malos mensajeros. La distancia entre el que manda y el ciudadano cada vez es más grande.” Los partidos están absolutamente alejados de las preocupaciones de la calle. Lo que está sucediendo estos días es un “basta”, alentado por los que hacen de la protesta su alimento diario.
Estuve ayer en la Plaza Cataluña, espiando a los protagonistas. Yo diría que un 50% de los congregados eran antisistema, un 30% estudiantes,- no sé si muy buenos, y el resto curiosos; o por algún motivo, a lo mejor inconfesable, solamente interesados.
¿Objetivos concretos?. No llegué a hacerme una idea de lo que se quería realmente. Aquello parecía un mercadillo. Tenderetes con anuncios y frases de distinto color y calibre. Grupos conversando y gente como yo paseando. Imagino que quienes estaban allí estaban suficientemente cohesionados y respondían a un código u orden interno, aúnque en la superficie no se percibía nada.
Si estuviera gobernando en el país otro partido que no fuera el socialista, ¿estas congregaciones de descontentos, seguirían teniendo un carácter neutro, de absoluta o aparente distancia de los partidos, o cargarian irremisiblemente contra el partido de turno? Sin lugar a dudas si el Partido Popular fuera el que mandara, ya habría sido objeto de toda clase de vituperios, amenazas y manifestaciones en la calle. Lo que está sucediendo en la Plaza de Sol o en la Plaza Cataluña se habría convertido en una llamada enardecida en contra de la derecha en el poder.
¿Quién ha montado pues toda esta historia?. ¿A quien benefician estas grandes manifestaciones públicas?. ¿Perjudican a todas las facciones políticas?. Aparentemente podría suponerse que sí. Pero no vamos a admitir por las buenas la ingenuidad de creer que no ha habido submarinos malintencionados en Facebook. Todo responde a algún designio a corto, medio o largo plazo. Y el objetivo más inmediato lo son en este asunto, las elecciones del domingo.
No me atrevo a hacer conjeturas. Pero al partido socialista y a sus compañeros de izquierdas, estas “movidas” no les vienen mal.
A ver qué dicen las urnas.