¿Cuáles son los méritos de los pensionistas? Todos. Así de sencillo. “Justicia generacional”
Cuando se piensa en vivir con poco más de 700€ al mes, la cifra puede parecer poco o muy poco según se conciten dos circunstancias: una, los méritos para cobrar ese dinero. Otra, las necesidades que deben cubrirse.
Tras toda una vida trabajando en lo que se pudo y pagando lo que nos dijeron asomar a la vejez y verte con una pensión de 9000€ al año no puede decirse que sea simplemente poco. Es menos que eso. Una vida entera confiando en la Seguridad Social, quitando un buen pellizco al sueldo, para cobrar apenas el doble de lo que cualquiera que no haya trabajado o que, siendo extranjero, simplemente lleve 10 años residiendo en nuestro país. Los méritos son abrumadoramente dispares e injustos.
Es verdad que el sistema de pensiones de la Seguridad Social se basa en un esquema Ponzi del que la Wikipedia dice: “Esquema Ponzi es una operación fraudulenta de inversión que implica abonar a los inversores los intereses obtenidos del dinero de nuevos inversores”. Es un sistema piramidal que necesita de la incorporación de nuevos afiliados con cuyas aportaciones se pague los beneficios de los antiguos afiliados ahora pensionistas. Si falla la entrada de nuevos afiliados o, en términos económicos afines al esquema Ponzi, inversores, el sistema se desmorona. Y nadie, de quienes lo implantaron y sostuvieron sin variación a lo largo de la dictadura de Franco y la democracia, pensó que, como todo sistema piramidal, podría mermarse la entrada de ingresos por falta de nuevos inversores (afiliados) o, en el peor de los casos, quebrar.
Pero es mayor verdad aún que los que ahora dependen de una pensión y los que lo haremos antes o después, no somos responsables de la falta absoluta de previsión, talento y voluntad para prevenir lo que, por su propia naturaleza, acabaría ocurriendo. Por tanto, ni debemos responder ni debemos pagar las consecuencias de los errores de quienes han estado y están al mando. Ese mando que nos obligó y obliga a pagar para tener una pensión que, así nos lo promocionaron y siguen haciéndolo, nos permitirá llevar una vida digna cuando ya no podamos entregar más tiempo, trabajo, sacrificio y dinero ni a las arcas públicas ni para nosotros mismos.
¿Y ahora? Tras una vida pagando y confiando ¿Los que pagaron son los que deben sufrir las consecuencias de errores que nunca fueron suyos? ¿Cuáles son los méritos de los pensionistas? Todos. Así de sencillo.
¿Una pensión mínima es la recompensa a toda una vida? Bueno, eso podríamos dejarlo para la conciencia de cada uno de nosotros. Pero, ¿es suficiente para las necesidades que debe cubrir? Obviamente no. Y no lo es porque las necesidades, de las personas de la tercera edad no son inferiores a las de los adultos, sino al contrario. Y la razón es tan evidente como la respuesta a una sencilla pregunta: ¿Quién necesita más ayuda?
Ni es justo dado que ellos han pagado, ni es razonable en función de las necesidades reales básicas que los pensionistas sufran las consecuencias de lo que ya es una quiebra de un sistema pensado para quebrar. Una quiebra porque no se está cumpliendo con el contrato social que garantizaba una vida digna tras toda la vida trabajando y pagando (que no se nos olvide). Una quiebra real si no se suplen los ingresos que la merma de nuevos cotizantes (inversores) con fondos públicos aportados por la misma sociedad que obligó a pagar y ofreció garantías. La misma sociedad que tan generosamente reconoce derechos y habilita medios económicos para quienes acaban de llegar o nunca aportaron a hucha de las pensiones, no puede dejar a nuestros jubilados, a nosotros hoy o apenas mañana (recordémoslo), abandonados a la mala suerte de haber confiado en que nunca serían víctimas de un fraude piramidal, sino beneficiarios de una justicia generacional que consiste, sencillamente, en cumplir el único pacto que hay aquí, que no es el de Toledo: una vida digna, tras una vida de trabajo. Y no hay más.
Presidente Nacional de Nosotros- Partido de la Regeneración Social