Imagen de archivo de los expresidentes de la Junta, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, escuchando a los fiscales Anticorrupción.

Paloma Cervilla.- La sentencia sobre la primera pieza, ¡¡¡¡hay 145 más!!! de la macrocausa judicial contra el régimen clientelar del PSOE en Andalucía durante 36 años, es, sencillamente la confirmación de los que ya sabíamos los que hemos vivido y trabajado en esta Comunidad: que en Andalucía había una corrupción orquestada por los dirigentes socialistas que gobernaban Andalucía.

No se dejen engañar por los que dicen que es un caso mejor que la Gürtel (648 millones de saqueo de los ERE frente a 20 de la Gürtel, y no digo más), increíble lo que dicen algunos de mis compañeros de los medios de comunicación; que no es un caso del PSOE, alucinante las declaraciones de José Luis Ábalos.

Da igual, y eso está por ver, si el dinero que se le robó a los desempleados andaluces para destinarlo a intrusos socialistas de los ERE, a ayudas a empresas sospechosas, a comisionistas, y a mucho caradura más, no fue a parar a las arcas del PSOE, como ahora se justifica la expresidenta de la Junta, Susana Díaz.

Es aún peor, fue a comprar voluntades, a apaciguar conflictos laborales a cambio de dinero, a comprar votos para perpetuar el régimen clientelar.

Esta corrupción no se puede blanquear, no se puede mirar para otro lado, no admite paños calientes, ni justificaciones periodísticas sobre si es igual, o no. Los que hemos investigado el régimen clientelar en Andalucía lo sabemos, y solo pido prudencia, lo dice alguien que desveló corruptelas de la Diputación de Sevilla, de consejeros de la Junta y de sindicalistas del campo. Otra cosa es que algún día la Justicia lo pueda demostrar.