¿Crisis en el Gobierno de Navarra?
En recientes declaraciones a Diario de Navarra tras la celebración del 40 aniversario de UPN, Miguel Sanz habría plasmado las inquietudes de la corriente interna de UPN conocida como “sector de la boina”. En dichas declaraciones, Sanz advierte que “la imagen de UPN está un poco confundida en Na+” y posteriormente, apostilla que “tenemos que volver a recuperar el alma y que nuestras siglas sigan apareciendo en cuantas iniciativas políticas se tomen en Na+”. Ello abriría la posibilidad de un debate interno en el seno de UPN entre los sectores de la boina y de la toga, debate que podría concluir con la separación de facto de los 15 parlamentarios de UPN del resto de integrantes de Na+ (PP y Cs) en el Parlamento Foral con el objetivo inequívoco de reeditar la teoría del quesito (UPN+PSN).
Miguel Sanz y la teoría del quesito
Tras el acuerdo provisional alcanzado entre PSN, Nabai e IU y que contaba con la aprobación casi unánime del Comité Regional del PSN (104 votos favorables y uno en contra) y las bendiciones del propio Zapatero, la sociedad navarra se durmió en la creencia de que amanecería con un “Gobierno de Progreso “ que finiquitara el atavismo navarrista de los sucesivos gobiernos de UPN. Sin embargo, la llamada urgente de Jaime Ignacio del Burgo al Secretario de Organización del PSOE José Blanco en la que le recordó el acuerdo tácito alcanzado tras el Tejerazo, provocó que el PSOE nacional desautorizara dicho Pacto y ordenaraa Puras y a los socialistas navarros que se abstuvieran en la votación para permitir que el candidato navarrista de UPN, Miguel Sanz fuera investido Presidente de Navarra, episodio conocido como “mayazo”.
Tras la separación traumática de UPN y el PP en el 2008, los socialistas navarros se vieron convertidos en árbitros de la contienda política tras el acuerdo tácito entre el Presidente navarro Miguel Sanz y el socialista José Blanco en virtud del cual las propuestas políticas de los socialistas navarros eran apoyadas por UPN en un espléndido ejercicio de ventriloquismo escénico a cambio del apoyo sin fisuras del PSN en la aprobación de los Presupuestos anuales de UPN, quedando IU y Nabai como convidados de piedra.
Dicha política de apoyo incondicional a UPN desde los bancos de la oposición le acarreó al PSN la pérdida de jirones de su primitivo ideario socialista pero tras la abdicación de Sanz en el 2009 y la proclamación de Barcina como su sucesora, le condujo finalmente al poder mediante un Gobierno de coalición UPN-PSN.
Sin embargo,tras la escenificación de la ceremonia del desencuentro UPN-PSN plasmado en el “divorcio político” Barcina-Jiménez, asistimos al finiquito de la doctrina navarrista que habría convertido a la Comunidad Foral durante una década en un coto privado de UPN y PSN (Teoría del quesito de Miguel Sanz), debiendo de nuevo el socialista Jiménez renunciar a plantear la moción de censura contra Barcina por órdenes de Ferraz, episodio conocido como “agostazo”.
¿Se desmarcará UPN de Navarra+?
La publicación de sondeos que pronosticaban la desaparición del PPN en Navarra habrían encendido las alarmas en el establishment españolista de Navarra y se habrían puesto en marcha los resortes coercitivos para lograr que UPN desistiera de presentarse con sus siglas y embarcarse en una travesía que tendrá como compañeros de viaje al PPN y a Ciudadanos, diluidos en una marca aséptica (Navarra Suma).
La propaganda de la nueva coalición (Navarra Suma) fue dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustenta mediante la inserción en el subconsciente colectivo de una idea única,siendo Na+ la marca más votada y obteniendo 20 escaños en el Parlamento Foral así como las principales alcaldías navarras (Pamplona, Tudela, Barañain. Estella). Sin embargo, la formación de un “Gobierno Progresista” presidido por María Chivite e integrado por miembros de Geroa Bai y Podemos-Ahal Dugu, (contando con la colaboración externa de I-E y Bildu), dejó a Navarra+ en el limbo político a pesar de ser la candidatura más votada y obtener 20 escaños en el Parlamento Foral.
En esta coyuntura, UPN habría decidio revisar su actual estrategia política e incorporar a su bagaje político la llamada inteligencia maquiavélica, consistente el uso de comportamiento cooperativos o combativos que le puedan reportar mayores posibilidades de adaptación en función de una situación concreta. Asimismo, la inteligencia mediática se distingue por una extraordinaria capacidad para encontrar las debilidades ajenas y utilizarlas en beneficio propio así como de realizar acciones complejas que pueden no ser entendidas en un principio por sus votantes pues sus metas se proyectan hacia un futuro mediato (reeditar la Teoría del Quesito).
En consecuencia, se habrían ya iniciado contactos discretos entre UPN y el PSOE nacional para lograr un pacto estable de legislatura que asegure los votos de los dos Diputados de UPN en el Congreso, tanto en la votación de investidura de Sánchez como en la aprobación de leyes a lo largo de la próxima legislatura.
La contrapartida sería la conformación en Navarra de un Gobierno de Coalición PSN-UPN presidido por María Chivite con Esparza como Vicepresidente, que contaría con mayoría absoluta (26 escaños) y condenaría al ostracismo a Unidas Podemos y a los partidos nacionalistas navarros.