Fallece Luis Ángel Rojo, ex gobernador del Banco de España
Luis Ángel Rojo, catedrático de Teoría Económica, ex gobernador del Banco de España, académico de la Lengua, donde ocupaba el sillón ‘f’, y en la actualidad consejero del Banco Santander, ha fallecido en Madrid a los 77 años. Fue el impulsor del sistema de control y supervisión que ha librado a las entidades bancarias españolas de los primeros embates de la crisis financiera internacional. “Es precisamente en el terreno de la estabilidad financiera donde el legado de Rojo ha sido universalmente reconocido por una innovación pionera: la definición y adopción de las llamadas provisiones anticíclicas” ha reconocido el instituto emisor en un comunicado emitido tras su fallecimiento. Bancos y cajas se vieron obligados para, en épocas de bonanza, guardar para prevenir la llegada de los malos tiempos”.
Luis Angel Rojo Duque –“rojo en la cátedra, y duque en el Banco de España”, bromeaban sus alumnos- nació en Madrid en 1934, hijo de un funcionario de telégrafos. Estudió Derecho, y luego Políticas y Económicas en la Complutense de Madrid, cuando las dos disciplinas convivían en el vetusto caserón de San Bernardo. “Derecho era algo muy formal, muy positivo, que no se asomaba a las bases sociales. La Economía me parecía un mundo de realidad, donde estaba la raíz de aquellos problemas jurídicos que había estudiado y a los veintipocos años pensaba que había que cambiar la sociedad y la economía me parecía una palanca fundamental para ello”, explicó en alguna ocasión.
Amplió estudios en la London School of Economics, donde entró en contacto con Karl Popper que le cambió la forma de pensar. “Me hizo entender el conocimiento científico y le pasaba como a muchos grandes liberales que luego son tremendamente dogmáticos…”, relataba. Pero su gran maestro fue Keynes, por quien profesaba una admiración perceptible en su obra. ‘Keynes y el pensamiento macroeconómico actual’ (1965) y ‘Keynes, su tiempo y el nuestro’ (1984), dan fe de estas inclinaciones. Fue autor también de trabajos como ‘Teoría económica del crecimiento’ (1966). ‘El nuevo monetarismo’ (1970), ‘Renta, precios y balanza de pagos’ (1975) o ‘El sistema monetario europeo y el futuro del cooperación en la CEE’ (1989).
Empezó a trabajar en el ministerio de Economía como técnico comercial del Estado en 1957, en pleno plan de estabilización, en el que colaboró. Luego accedió a la cátedra de Teoría Económica en la Complutense, y entre sus alumnos hubo gentes que alcanzarían renombre. Desde Carlos Solchaga, ministro socialista de Economía y Hacienda, a Julio Segura, también él Premio Rey Juan Carlos de Economía y actual presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Del matrimonio de Rojo con Concha de Castro nacieron tres hijos: bioquímico, pintora y arquitecto.
Luis Angel Rojo fue un reconocido economista ‘ilustrado’ con gran amplitud de intereses. Socio número 15 del Ateneo de Madrid, miembro de la Asociación de Amigos del Museo del Prado, de las fundaciones Ortega y Gasset y Thyssen, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y primer premio Rey Juan Carlos de Economía, entre otras dedicaciones y méritos. Infatigable y cualificado lector, mencionaba como sus favoritos dos libros de memorias, “Desde la última vuelta del camino”, de Pio Baroja, y “Mi familia. El mundo de mi infancia”, de Corpus Barga.
Pasó Rojo 27 años de su intensa peripecia profesional en el Banco de España. Logró su máxima satisfacción en el cargo el 1 de junio de 1994, con la ley de Autonomía del instituto emisor, que le dotaba de unas cotas de poder nunca soñadas por su medio centenar de predecesores. El camino para llegar hasta ese punto no fue de rosas, precisamente. Rojo se vio salpicado ligeramente por el escándalo protagonizado por Mariano Rubio: había colocado parte del importe de un premio en una cuenta en Ibercorp, pero las altas rentabilidades le asustaron y lo retiró, según confesaría más tarde.
La batalla de Banesto
La accidentada salida de Rubio aupó a Rojo al cargo de gobernador. Y la más formidable batalla financiero-política que vivió de cerca la desencadenó él mismo al decidir, el 28 de diciembre de 1993, la intervención de Banesto, con la consiguiente separación de Mario Conde de todas sus responsabilidades. Hubo muchas maniobras para desprestigiar su decisión, pero lo cierto es que Rojo y todo su equipo salieron indemnes y pudieron contar con un apoyo generalizado, desde el sector bancario a las fuerzas políticas. Rojo también realizó una aportación decisiva al establecimiento de una política monetaria al servicio de la estabilidad y pilotó el banco central español en el histórico proceso de integración en la Unión Económica y Monetaria, que llevó al Banco de España a convertirse en parte del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) a partir de la creación del euro, en 1999. Al dejar el Banco de España en julio de 2000, fue designado miembro del comité de sabios de la UE, que presidía el belga Alexander Lamfalussy.
El ‘profesor Rojo’ mantuvo una vocación por el magisterio ampliamente reconocida. Le indignó que la ley de Incompatibilidades le apartara de la cátedra por desempeñar funciones en el instituto emisor. ¿Quién sale ganando cuando nos alejan de la facultad?, se quejaba. La política le inspiró escaso entusiasmo, pero aprendió a convivir con los políticos. Fue mentor económico de los presidentes Adolfo Suárez y Felipe González durante sus mandatos pero, desde su punto de vista, estas relaciones se anclaban más en su vocación didáctica que en el deseo de ejercer influencia. “Yo, desde el Estado, lo que he querido siempre ha sido hacer el país más libre”, repetía Rojo en justificación a su trayectoria.