La creatividad de Montero
La ministra de Hacienda ya advirtió esta semana a las Comunidades Autónomas que iba a ser creativa a la hora de hacer frente al pago de los atrasos del IVA de 2017. Y así se lo hizo saber el viernes en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera. La creatividad consistía en no pagar los 2.500 millones, sino en no tener en cuenta esos menores fondos a la hora de calcular el déficit en el que hubieran incurrido en 2019. Además, permitirá que este año puedan acumular un déficit en las cuentas del 0,2% en lugar que cerrar en equilibrio presupuestario. Esta meta la permitirá en 2022 y 2023. También les ofrece una línea de crédito a tipo 0.
La fórmula no ha gustado a las Comunidades y, aunque finalmente salió adelante con los votos de los socialistas, nace con una oposición muy fuerte. Y parece lógico. Podrán incurrir en un déficit mayor del permitido en principio, pero lo que quieren en que les devuelvan un dinero que es de los ciudadanos de esas regiones y que se destinan a gastos de sanidad, educación, dependencia y otros.
La creatividad, finalmente, era darle una patada al balón del déficit y cargar en las CCAA el más que evidente incumplimiento por parte del Estado con los objetivos marcados por Bruselas. El clásico “buscar un chivo expiatorio” o “un enemigo exterior”. La trampa será acusar a algunas regiones de incumplimiento y obligarlas a hacer lo que ya han clamado a los cuatro vientos: si no pueden hacer frente a sus gastos que no bajen impuestos o que los suban. Se lo han dicho a Murcia y sobre todo se lo han dicho a Madrid. A los socialistas les ha importado nunca –lo han demostrado cuando han gobernado– aumentar el agujero de las cuentas y la deuda. Total, no se pagará a corto ni medio plazo sino a muy largo plazo y por las generaciones futuras.