Cerca de 2.500 musulmanes de toda España se reúnen desde hoy y hasta el próximo domingo en el municipio de Trápaga (Vizcaya) para celebrar el III Congreso Salafista, cuyo objetivo es ayudar a este colectivo a integrarse en la sociedad española.

El presidente del Congreso, Jamal Ennaciri, ha explicado en declaraciones a los medios de comunicación que se trata de enseñar a estos musulmanes cómo convivir con los españoles, una meta que aún está lejana, según ha reconocido, pese a que se consideran ciudadanos «españoles» e incluso han recibido felicitaciones de ayuntamientos por el esfuerzo de adaptación realizado. «Somos de aquí -ha dicho- trabajamos durante todo el año en España y solo pasamos un mes en nuestros países».

Ennaciri, que no se ha posicionado sobre las revueltas del mundo árabe, ha asegurado que este congreso reúne al salafismo “normal”, y no al «yihadista» que, ha indicado: «mata a gente inocente, y nosotros creemos que eso no está bien. Para nosotros, el Islam no dice eso».

Control policial

Se ha referido también al fuerte control policial, de Guardia Civil y Ertzaintza, en torno al lugar donde se celebra el congreso y ha criticado que en la edición anterior ocurrió lo mismo.

También ha denunciado dicho control uno de los asistentes al encuentro, identificado con el nombre de Mohamed, quien ha asegurado que en los controles únicamente identifican a quienes «tienen apariencia de árabe o musulmán».

Mohamed ha insistido en que este congreso «no tiene nada que ver con los yihadistas ni con Al Qaeda» y en que ser salafista «no es un delito», y ha subrayado que los salafistas «llaman al diálogo y la interculturalidad».