La predicción de Goldman Sachs sobre la crisis del petróleo que arrastra a las bolsas del mundo
La OPEP y Rusia se han enzarzado en una guerra de precios que podría arrastrar el crudo al territorio de los US$20, según Goldman Sachs Group Inc.
El crudo Brent podría llegar a caer a US$20 el barril, poniendo a prueba los niveles a los que algunos productores pueden operar, escribieron analistas entre los que figuraba Damien Courvalin en un informe. Este avance cambia por completo las perspectivas para los mercados de petróleo y gas, dijo el banco, y recortó sus pronósticos para el segundo y tercer trimestre a US$30 por barril.
“Creemos que la guerra de precios del petróleo entre la OPEP y Rusia comenzó inequívocamente este fin de semana”, dijeron los analistas. “El pronóstico para el mercado petrolero es aún más pesimista que en noviembre de 2014, cuando comenzó una guerra de precios similar, ya que se suma al colapso significativo de la demanda de petróleo debido al coronavirus”.
La OPEP y sus aliados no lograron llegar a un acuerdo para prolongar los recortes de producción la semana pasada, dando el pistoletazo de salida a una guerra de precios que ya ha convulsionado los precios. Durante el fin de semana, Arabia Saudita recortó los precios de venta oficiales y el reino también planea elevar la producción por encima de los 10 millones de barriles al día.
El crudo Brent se desplomó un 9,4% para negociarse a US$65,93 por barril.
La alianza que se rompió
La alianza entre Arabia Saudita y Rusia era lo único que evitaba que el mercado mundial del petróleo cayera al abismo. Ahora su colapso amenaza con hundir a la industria en una caída libre con pocos precedentes en la historia moderna.
Los ministros de la OPEP+ dejaron una reunión frenética en Viena el viernes por la tarde sin un acuerdo para continuar restringiendo la producción, lo que eleva el espectro de una guerra de precios justo cuando el coronavirus desencadena una caída en la demanda que podría terminar en lo más profundo desde la década de 1980.
“Esto va a ponerse desagradable”, afirma Doug King, un inversionista de fondos de cobertura que cofundó Merchant Commodity Fund. “La OPEP+ va a bombear más y el mundo se enfrenta a un shock de demanda. El petróleo a US$30 es una posibilidad”.
La reacción del mercado el viernes fue tan cruel como rápida. El crudo Brent, un punto de referencia mundial, bajó 9,4%, su mayor caída desde la crisis financiera mundial. La espiral puede no haber terminado. Los colapsos previos en la cooperación entre los países de la OPEP desde 1960 han desencadenado las caídas castigadoras que moldearon la industria durante años.
“Este es un fracaso épico”, dice Bob McNally, fundador de Rapidan Energy Advisers LLC.
El destino de la reunión se selló cuando Arabia Saudita y otros miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo lanzaron una propuesta el jueves de un recorte adicional de producción de 1,5 millones de barriles por día para el resto de este año, pero solo si Rusia se uniera. Moscú, que había estado defendiendo una acción menos drástica, se mantuvo firme.
Desacuerdo fundamental
La reunión expuso un desacuerdo fundamental entre los dos países, anteriormente tan cercanos que su relación se describió recientemente como un matrimonio. Moscú estaba satisfecho de que la caída de la demanda inducida por el coronavirus empujara los precios a la baja, un duro golpe para la industria del shale de EE.UU. Riad, cuya economía es menos adaptable a los precios bajos, no estuvo de acuerdo.
Todavía puede haber tiempo para la reconciliación. Los países de la OPEP dijeron que la puerta estaba abierta a nuevas conversaciones.
“Tenemos que darle más tiempo a Rusia y esperamos que vuelvan”, afirma Suhail Al Mazrouei, ministro de Energía de Emiratos Árabes Unidos.
Pero no parecía haber mucha indicación de eso por parte del ruso Alexander Novak, quien abandonó la reunión diciendo que “no habría obligaciones de recortar la producción” a partir del 1 de abril.
Eso sugiere que Arabia Saudita y Rusia podrían estar a punto de abandonar todas las restricciones de producción, lo que revierte un acuerdo de 2017 entre los dos países.
Cuando se le preguntó cómo respondería Riad, el ministro de Energía, el príncipe Abdulaziz bin Salman, dijo: “no lo sacaré de la duda”. Su país puede, a corto plazo, agregar 2 millones de barriles por día. Otros, como Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, pueden bombear unos cientos de miles de barriles más por día.
Lunes negro
La decisión de Arabia Saudita impactó en las cotizaciones de todo el mundo, sobre todo en Asia y Europa y en los futuros de Wall Street. Las acciones se desplomaron después de la apertura, con el FTSE 100 de Londres cayendo un 7 por ciento, lo que podría colocarla en las proximidades de su peor día desde la crisis financiera de 2008-09. El Dax de Alemania y el Cac 40 de Francia cayeron más del 6 por ciento.
El crudo estaba en camino a su mayor caída en un día desde la Guerra del Golfo de 1991 después de la arriesgada decisión saudí, que amenaza con inundar el mercado petrolero con suministros justo cuando el brote de coronavirus afecta la demanda de petróleo. Riad aumentará la producción y ofrecerá su crudo con grandes descuentos para ganar nuevos clientes el próximo mes, según dos personas familiarizadas con la política petrolera del país, lo que generó que la cotización de la principal empresa petrolera del reino, Aramco, viera caer sus acciones a valores inferiores a la salida al mercado de diciembre último.
Las acciones del gigante petrolero Saudi Aramco cayeron un 10% por segunda jornada consecutiva, muy por debajo de su precio de salida a bolsa en diciembre, y obligó a la suspensión de negociaciones de la bolsa de Riad, en el marco del desplome del precio del crudo y los temores por el impacto de la epidemia de coronavirus.
El mercado de Tadawul sólo permite que las acciones fluctúen en un 10% al día, por lo que el comercio se detuvo poco después de la apertura del mercado, cuando el índice de Riad marcaba pérdidas por 9 por ciento.
La caída se produjo cuando los precios mundiales del petróleo sufrieron sus peores pérdidas desde el comienzo de la Guerra del Golfo de 1991.
En los últimos dos días, las acciones de Aramco, la empresa más grande cotizada del mundo, perdieron 320.000 millones de dólares, una cifra similar a todo el valor de capitalización bursátil de un gigante como PetroChina.